La fortuna favorece a los audaces. Virgilio, poeta romano.
Entre otros muchos sinónimos, al burro (no confundir al cuadrúpedo con el hato del jacalón de San Lázaro), también se le conoce como jumento, asno, pollino. borrico; en esta apasionada entrega, para usar un término taurino, lamentablemente no nos vamos a referir a este animal, cuya única virtud es la paciencia, solo igualada por Job..
Vamos a pedirle con todo respeto a las amablse lectora y amables lectores, que mentalmente retrocedan al año de 1934, en esta chulada de país, hacía una década que había terminado la Revolución Mexicana, que después se llamó "La Bola" y cuyos caudillos eran de dedo fácil para el gatillo, se asesinaron unos a otros, era la época de oro del maximato, hasta que Cárdenas acabó con él. Si estamos mal, que nos corrijan los historiadores.
Ya ubicados pues en el lejano año de 1934, ubiquémonos en el Ciudad Juárez, de aquél tiempo; había terminado la prohibición norteamericana un año antes y el alcohol, ya corría a raudales; Alcapone, había visitado la ciudad y "La Bandida" ya había hecho tratos con él; pocos años después, llegaría a la mejor frontera de México, la bonanza de la segunda guerra mundial, pero esa es otra historia.
La nuestra, es meramente comercial y tradicional, aunque dudamos que muchos juarenses conozcan lo que a continuación vamos a transcribir a nuestro particular estilo, ya que se trata de un personaje muy singular, para esta época de pluralismo chabacano.
Había un arriero, en plena revolución mexicana, que día con día, visitaba esta ciudad del Bravo, era un pequeño comerciante, un pequeño empresario, un emprendedor, bueno, según nosotros; recorría las calles de la frontera ofreciendo su mercancía, la cual se vendía como pan caliente, aunque no era pan.
El vendedor vendía, no regalaba nada, imagínense ustedes, tacos, antojito mexicano que formó una patria, pero no eran tacos como los que vosotros os estaís imaginando, nada de eso, eran de diferentes guisos caseros, sin faltar los de frijoles, por lo que su sabor era delicios, lo llamativo de estos tacos, era que la tortilla, no era de maíz, era de harina, por lo que su sabor era único.
Este vendedor que había vivido los horrores de la "revolufia", claro que tenía nombre, pues había sido cristianizado y cuando aparecía muy temprano por las calles de la ciudad del cerro "Bola", para pronto, los que lo veían, gritaban, hay viene el señor de los burritos, cargando su burrita y sus crías, dos canastas de burritos comestibles cada una; así nació este tradicional manjar culinario en la ahora H. Ciudad Juárez.
Y desde entonces, desde aquellas generaciones hasta las de ahora que son de cristal, no se dejan de saborear, los famosos burritos de DON JUAN MÉNDEZ, sin saberse, porque no lo registra la historia, de dónde era ni cómo ni dónde murió este incipiente empresario norteño; tampoco se sabe si se hizo rico como "Tony", lo que sí se sabe es que se hizo famoso.
Ciudad Villahumada, con los años, también se hizo famosa por vender, entre otras cosas, lo sabrosos burritos y no hay chihuahuense, turista nacional o extranjero, que al pasar por ese lugar, no se pare a saborear los burritos inventados o creados en l934, por Don Juan Méndez, en esta tierra de la X.
Pa que se rían: ¿Cómo se dice disparo en árabe? Hay-Va-La-Bala. Vale.