Se impuso la minoría y en la ciudad de México, ya no habrá, por tiempo indefinido, corridas de toros tal como las conocemos; el fetiche Estado, a través de un grupo de menesterosos de las dietas y prebendas legislativas, tomó esta "sabia" decisión y los derechos de los toros bravos, han quedado a salvo.
Se ha reflexionado mucho al respecto, pero no se llegas a nada, es tan polémico el asunto taurino que la razón no pudo imponerse a la persuación que, para los sofistas, ésta es más importante que aquélla.
Sin embargo, la decisión tomada en la ciudad de México, por lo pronto no afecta a otras ciudades, Aguascalientes, León, Guadalajara, Zacatecas y otras más, si embargo, son ciudades en la mira y la primera es la bella hidrotermópolis, donde ya una diputada comenzó su labor de zapa.
Está próxima la Feria de San Marcos y no creemos que su gobernadora vaya a permitir que suceda lo que acaba de ocurrir en Querétaro de Santiago, aunque no estaría por demás, tomar toda clase de providencias legales y hablar muy seriamente con el Congreso del Estado Libre y Soberano de Aguascalientes.
En España, estos vientos antitaurinos también soplan y están agarrando fuerza, aunque allá la bella fiesta es otra cosa, pero no deben dormirse en sus laureles, son tiempos modernos, tiempos de cambios, más para mal que para bien, tiempos de populismo por doquier, donde sobresalen los gobiernos socialistas o con ribetes, donde la rectoría del estado, se deja sentir con toda su fuerza, sabedor que el tiene el monopolio de la misma.
Libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre. Vale.