Ciudad de México.– Al menos cinco personas fueron asesinadas a tiros y otras dos resultaron heridas, entre ellas una niña, durante un ataque armado ocurrido en lunes en Acapulco, anunciaron autoridades estatales.

El violento incidente tuvo lugar la mañana del lunes en la comunidad rural de Tres Palos, en Acapulco, donde un grupo armado irrumpió en una vivienda y baleó a sus ocupantes y posteriormente prendió fuego a un vehículo.

La Fiscalía del estado sureño de Guerrero indicó que en el hecho fueron asesinados cuatro hombres y una mujer, y otras dos personas, un joven y una niña, resultaron heridos por disparos de arma de fuego.

Más de una veintena de muertos se han reportado en las últimas semanas en varias localidades de Guerrero entre ellas su capital, Chilpancingo, donde a inicios de octubre fue asesinado y decapitado su alcalde, Alejandro Arcos.

Ante la escalada de la violencia, un grupo de obispos solicitó la semana pasada a las autoridades civiles y militares que “ejerzan su autoridad y garanticen la seguridad, el libre tránsito y el trabajo exento de cuotas y extorsiones”.

Otro de los focos de violencia del país está concentrado en el estado noroccidental de Sinaloa donde desde inicios de septiembre se desató una cruenta lucha entre dos facciones del poderoso cartel de Sinaloa que ha dejado más de un centenar de muertos y mantiene atemorizados a los habitantes de Culiacán, capital del estado.

Los recientes hechos sangrientos han acrecentado las críticas contra las políticas de seguridad del gobierno federal. La presidenta Claudia Sheinbaum ha desestimado los cuestionamientos y aseguró la semana pasada que los resultados del plan de seguridad que arrancó a inicio de su sexenio se verán “poco a poco”.

Sheinbaum presentó el mes pasado un plan nacional de seguridad, que incluyó algunas de las políticas de su antecesor Andrés Manuel López Obrador, entre ellas el desarrollo de programas sociales y la participación de los militares en labores de seguridad pública.

El plan está sustentado en cuatro ejes: la atención de las causas de la violencia a través de programas sociales para evitar que los jóvenes sean captados por la delincuencia; la consolidación de la Guardia Nacional bajo el mando del ejército; la creación de un sistema nacional de inteligencia e investigación, y el trabajo coordinado entre el gobierno federal, los estados, los municipios y el Ministerio Público.