Hoy celebramos el día de muertos, de hecho las fechas son el 1 y 2 de noviembre, la misma está tomando cada vez mayor notoriedad, pues los eventos en los que se instalan los altares se convierten en un atractivo para la ciudadanía que ve en ellos una oportunidad de divertirse en familia o amigos, además de conocer más de esta tradición que la UNESCO declaró patrimonio inmaterial de la humanidad en 2008.

Según el sitio “México Desconocido”, la celebración es de la época prehispánica y explica que en ese periodo muchas etnias mesoamericanas rendían culto a la muerte, entre ellas la mexica, por lo mismo se trata de una tradición mexicana que se ha ido modificando y adaptando a la realidad de los mexicanos, tanto así que, llega también a otras naciones que la ven con mucha admiración y respeto, incluso ha sido parte de grandes producciones cinematográficas, como “Spectre” de la saga de James Bond, en la que los productores se trasladaron hasta la ciudad de México y filmaron una de las secuencias más importantes de la saga del agente británico 007, eso por poner un ejemplo, porque otras producciones de las más diversas temáticas han incluido algún elemento de nuestra celebración.

Lo mejor es que conforme pasa el tiempo, el Día de Muertos, adquiere más adeptos, a grado tal, que algunas de las celebraciones se convierten en atractivo turístico, lo que al final de cuentas, se traduce en derrama económica que ayuda a la comunidad en donde se desarrolle; simplemente en Juárez, cuando la instalación de los altares se hacía en el Museo de la Ciudad ubicado en el PRONAF, el lugar se abarrotaba, tanto que, era casi imposible caminar ahí, cosa que no desanimaba a los asistentes quienes año con año continuaban acudiendo, celebración que no solo incluía los altares sino también la presentación de bailables muy mexicanos y por supuesto la música que envolvía el ambiente de forma sumamente atractiva, por supuesto, como en todo festejo, no podían faltar los puestos de comida y en ese sentido también el Día de Muertos incentivó que los locatarios se decidieran a introducir alimentos típicos que no necesariamente forman parte de las costumbres de nuestra ciudad, pero que, con el ambiente adecuado, la gente comenzó a consumirlos, lo que enriqueció la cultura de esta frontera, lo malo es que en ocasiones malas decisiones casi acaban con la tradición ya que por un conato de incendio los administradores del referido museo, en lugar de incrementar sus medidas de seguridad, prefirieron cancelarla y por un par de ediciones los altares se mudaron al centro comercial de Las Américas en donde prácticamente se apagó, y no fue hasta que el Instituto de Administración, Diseño y Arte, comenzó a organizar su propio Día de Muertos, que la tradición volvió a tomar fuerza y poco a poco se convirtió en toda una costumbre el acudir al campus universitario en la que los jóvenes muestran su creatividad en la elaboración de los altares, catrinas hechas de muy diversos materiales, pero también en la personificación de ese personaje creado por José Guadalupe Posada, grabador, ilustrador y caricaturista mexicano, en su famoso grabado "La Calavera Garbancera", que originalmente criticaba a los llamados garbanceros, personas de sangre indígena que pretendían ser europeos; personaje que se convirtió en uno de los protagonistas de la celebración a la que se le agregó el catrín que es su versión masculina, sin dejar de mencionar las tradicionales calaveritas que son versos ingeniosamente escritos, en los que, de forma jocosa se menciona a gente conocida como políticos, artistas y deportistas que los envuelve en relatos sobre cómo es que la huesuda hace de las suyas, pese a su fama y poder.

Y todo lo anterior ha servido para que más gente guste del Día de Muertos, por supuesto los medios de comunicación y las escuelas han ayudado mucho a que, el Dos de Noviembre, tenga cada vez más seguidores, lo que ayuda mucho a la identidad de una sociedad y esa debe ser la idea…

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