* Aprovechando la mayoría absoluta con la que cuenta el Movimiento de Regeneración Nacional en el Congreso de la Unión, signos ominosos empiezan a surgir desde el Poder Legislativo federal.

* Fiel al populismo socialista del viejo Partido de la Revolución Mexicana (PRM) de Lázaro Cárdenas y del PRI de Luis Echeverría, Morena propone ley anti latifundio agropecuario.

El infierno tan temido de la destrucción de México con el pretexto de combatir la corrupción de la “mafia del poder”, conformada por el PRIAN, nos alcanzó con Andrés Manuel López Obrador.

Aprovechando la mayoría absoluta con la que cuenta el Movimiento de Regeneración Nacional en el Congreso de la Unión, signos ominosos empiezan a surgir desde el Poder Legislativo federal.

Fiel al populismo socialista del viejo Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y del PRI de Lázaro Cárdenas y de Luis Echeverría Álvarez, respectivamente, Morena reincendiará el campo mexicano.

La “bomba de tiempo” es presuntamente la iniciativa de la ley anti latifundio agropecuario propuesta para limitar las propiedades.

Ricardo Monreal Ávila, líder de Morena en el Senado, presentó iniciativa de ley para limitar las propiedades agrícolas, ganaderas y forestales, prohibir latifundios y mejorar las condiciones en el campo.

El senador de Morena, propuso derogar la Ley Agraria vigente, aprobada en 1992 durante el gobierno del priista neoliberal Carlos Salinas de Gortari, e impulsar la nueva Ley para el Desarrollo Agrario en su lugar.

Ello con el supuesto objetivo de construir el marco legal que contribuya a reducir la brecha de la desigualdad en el campo mexicana e impulsarlo a crecer, lo que en teoría suena sumamente atractivo y positivo.

Desafortunadamente, los mexicanos en general, pero de manera particular los oaxaqueños seguimos padeciendo la destrucción de las unidades agropecuarias altamente productivas en las regiones de los Valles Centrales, la Cuenca del Papaloapan, el Istmo y la Costa.

La Coalición Obrero Campesino Estudiantil de Oaxaca (COCEO), la Coalición Obrero Campesino Estudiantil del Istmo (COCEI) y la Unión General Obrera Campesina Popular (UGOCP), entre otras organizaciones, destruyeron la producción agropecuaria en Oaxaca.

Muertos por alcoholismo los dirigentes de la COCEO, salvo en el caso de Heliodoro Díaz Escárraga, los líderes de la COCEI han sido más exitosos y hoy Héctor Sánchez López, dueño de un parque eólico, y Leopoldo De Gyves de la Cruz, forman parte de los millonarios de izquierda en Oaxaca.

Farsantes incongruentes estos luchadores sociales han lucrado por igual desde las organizaciones y partidos de izquierda que con el PRI-gobierno. Según trascendió en su momento, Héctor Sánchez vendió en 20 millones la entrada de Carlos Salinas a Juchitán, durante el primer Ayuntamiento Popular.

La invasión de las mejores tierras en las diversas regiones del Estado, con el pretexto de combatir los latifundios y repartir la tierra a los campesinos pobres, prohijó en los 70 que los líderes se convirtieran en los nuevos ricos de Oaxaca.

Han sido cómplices del Gobierno federal y estatal, así como de los sectores seguidores de la Teología de la Liberación en la Iglesia Católica. Ayer, fue el arzobispo Bartolomé Carrasco Briseño y Arturo Lona Reyes, hoy es el, Padre guerrillero Romualdo, Francisco, Wilfrido Mayrén Peláez.

Entre los considerandos justifica que el campo es parte de las fortalezas de México, las mejoras que tendría con la nueva ley, impactarían positivamente a la seguridad, el desarrollo del campo y la paz.

Sin embargo, actualmente la gran mayoría de los productores del campo no cuentan con apoyos y únicamente explotan las tierras para su sustento diario.

La menor parte de las tierras en México, son utilizadas por asociaciones o empresas que finalmente llevan sus productos a los mercados nacional e internacional, participan en la economía y obtienen buenas ganancias.

La iniciativa de ley contempla regulaciones, mejoras y actualizaciones para fortalecer a los pequeños y medianos productores para que las tierras sean más productivas, aprovechadas y que el trabajo en el campo sea repulsivo para el crecimiento de la economía y el desarrollo del país.

Esto quiere decir, que sólo el 6 por ciento de las tierras en México son realmente son productivas para el país, la nueva ley busca aprovechar el otro 94 por ciento en beneficio de la economía nacional y pequeños productores.

Entre las modificaciones que plantea la nueva ley, destacan los artículos del 137 al 151, que básicamente regula y pone las bases para prohibir los latifundios, que son grandes extensiones agrarias en propiedad de alguna persona, empresa o asociación.

La nueva ley propone los límites de la pequeña propiedad que no deben de ser mayores a:

-100 hectáreas para cultivos especificados.

-150 hectáreas para cultivo de algodón.

-300 hectáreas para cultivo de plátano, caña de azúcar, café, henequén, hule, palma, vid, olivo, quina, vainilla, cacao, agrave, nopal o árboles frutales.

Mientras tanto, las áreas forestales no deben de exceder las 800 hectáreas y las tierras ganaderas no deben de tener más de 500 cabezas de ganado.

Los límites de la pequeña propiedad, son aplicables para solo una persona.

Mientras tanto, las empresas o asociaciones no podrán tener tierras agrícolas, ganaderas o forestales mayores a la extensión de 25 veces los límites de la pequeña propiedad.

Los individuos, asociaciones o empresas que excedan los límites establecidos por la nueva ley, tendrán que presentarse en audiencia ante la autoridad correspondiente y tendrán el plazo de un año para fraccionar o enajenar las propiedades para regularizar su situación.

Sobre los ejidos, ningún ejidatario podrá ser dueño de los derechos parcelarios de extensión mayor al 5 por ciento de las tierras totales ejidales.

Estas limitaciones fueron planteadas para evitar que individuos, asociaciones o empresas exploten las tierras agrícolas en beneficio de pocas personas, y de esta manera dar más condiciones de igualdad entre los pequeños y medianos productores.

Detrás de la noticia

Alfredo Martínez de Aguilar

[email protected]

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@efektoaguila

Las opiniones emitidas en esta columna son responsabilidad de quien la escribe y no reflejan necesariamente la línea editorial de este medio.

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