Por: María José González

Cd. Chihuahua, Chih.- La avenida Ocampo, en el corazón de Chihuahua, es una de las calles más concurridas casi a cualquier hora del día; entre el pesado tráfico del transporte público, los que regresan a casa de norte a sur, turistas, los que viven o trabajan cerca, pasan por ahí.

Aún con la prisa, todos alguna vez han pasado frente a un escaparate que, de día o de noche, los obliga a mirar aunque sea de soslayo.

Es un lugar donde la avenida hace esquina con la calle Victoria, desde donde una figura con un atisbo de sonrisa marcada en unos perfectos labios de cera, ha visto pasar cientos de generaciones de chihuahuenses que siempre se preguntan quién es esa misteriosa mujer que los mira.

Es Chonita, la estoica guardiana de los sueños de las novias de Chihuahua, quien todo observa, desde su ventanal en “La Popular”.

La belleza de brillantes ojos claros, es el maniquí ataviado con el vestido de novia más bonito de la tienda y cuenta la leyenda que es la viva imagen de la hija de Pascualita Esparza Perales de Pérez, la primera dueña del establecimiento que abrió sus puertas en 1930.

Magia de día…Y de noche

En “La Popular”, abuelas, madres, hijas y nietas han visto convertido su sueño en realidad al encontrar el vestido perfecto para su boda. No pocas le han apostado a pedir medirse uno igual que el de Chonita, pues otra de las múltiples leyendas sobre el maniquí, afirma que si una joven se casa portando el vestido, tendrá un matrimonio próspero y feliz, lo mismo si le muestra el vestido que escogió de la tienda, se dice que su boda será de ensueño.
Eso es de día, sin embargo, de noche, cuando la última clienta satisfecha se va, todas las luces se apagan excepto una, la del aparador de la Pascualita.

Es ese momento cuando la otra magia sucede.

Empleados que han trabajado en la tienda -que lleva abierta ochenta y ocho años- coinciden en la misma historia: de noche, la flamante novia, se baja de su pedestal…Y se mide todos los vestidos de la tienda para ver cuál le gusta más.



Por cierto que esta leyenda apareció en los años 60’s cuando Pascualita Esparza murió y propios y extraños empezaron a asegurar que en la tienda había actividad paranormal.

¿De dónde sacaron que la Chonita alguna vez estuvo viva?

La señora Esparza abrió la tienda de novias “La Popular” el 25 de marzo de 1930 y colocó un maniquí que ella aseguraba había sido traído de Francia. La figura era tan hermosa, que todos quedaban maravillados al verla. Muchos afirman que los rumores empezaron a causa de los rasgos realistas en la figura, por ejemplo, las manos. De ser solamente un maniquí, aparecerían lisas, sin las líneas de las manos humanas comunes, sin embargo, la histórica novia, tiene nudillos, uñas, poros apenas visibles y sus líneas de la vida y de la muerte bien marcadas.

Los ojos parecen seguir a quien se para enfrente, el cabello tiene aspecto de que nace de un cuero cabelludo con raíz y aunque su piel es tersa como porcelana, en su sonrisa se notan pequeños surcos.

Aquí, empieza la leyenda oficial que todos conocemos. Se dice que Pascualita Esparza tenía una hija que, en versiones, dicen le ayudaba en la tienda antes de la llegada del maniquí, pero que falleció el día de su boda a causa de la picadura de un animal ponzoñoso que se había escondido en la corona de flores que llevaba. Cuentan que fue tal el dolor por la pérdida de su hija que, abatida, embalsamó el cadáver de la bella joven para tenerla por siempre vestida como la novia que nunca llegó al altar.

En esa época la parecer los rumores eran noticias y el pueblo chihuahuense se molestó ante tal atrocidad cometida a un cadáver así que empezaron a acosar a la propietaria de “La Popular” para reclamarle el crimen, a pesar de que siempre lo negó todo.

La polémica

Durante años, la figura de Pascualita o Chonita -que ya muy pocos la llaman así- ha sido la protagonista de varias leyendas, todas distintas, todas polémicas.

A mediados de octubre de 2017 Pascualita desapareció. Los rumores de nueva cuenta llegaron al aparador de “La Popular” con cientos de posibles versiones acerca de dónde y qué habrían hecho con ella. Los chihuahuenses, estaban destrozados. Después de más de ochenta años, nadie los saludaba, no había a quien pedirle el milagro de una boda feliz, no había nada, más que la luz que antes había iluminado a la novia.



Días más tarde, los medios de comunicación nacionales, a cuenta gotas, fueron dando información sobre su paradero. En un comercial de una compañía cervecera, en el que apenas se ven las luces del centro de Chihuahua, se puede apreciar una caja siendo cerrada con clavos y Pascualita… Desapareciendo.

Anteriormente, la misma compañía había lanzado una campaña de cortometrajes por el Día de Muertos, con las leyendas más terroríficas de todo el país. Naturalmente la de Pascualita quedó entre las más populares. Fue tal el éxito de la campaña que crearon un museo especial para materializar las leyendas y ahí fue a donde se llevaron al maniquí.

Durante nueve meses Pascualita estuvo en la gran ciudad. Los guías de los tranvías que usualmente contaban su historia a turistas solo mencionaban que no se sabía si volvería, otros decían que la habían “vendido” por que la tienda estaba en quiebra, otros más, que se había dañado y otros tantos que se simplemente, por fin, se había ido a descansar en paz.

Su regreso

A pesar de que los encargados actuales de la tienda aseguraron que la Pascualita volvería a principios de diciembre, su estancia se prolongó hasta julio de este año y su regreso… No fue el esperado.

Una mañana, los chihuahuenses que habitualmente pasan frente a la tienda, notaron que había vuelto, parecía la misma, pero los rumores de nuevo corrieron, ahora a través de las redes sociales afirmando que esa no es Pascualita.

Aunque a simple vista se nota un cambio (o varios), los actuales encargados de la tienda afirman que es la misma, que “ni cirugía” le hicieron, pero para quienes a diario veían “la original”, la figura cambió por completo, desde el cabello, maquillaje, la piel, incluso las manos se ven, podría decirse, “rejuvenecidas”.

Se dice que la original fue vendida a la cervecera para que se quedara en el museo, pero en imágenes presentadas por la misma empresa, se ve que al parecer hay una réplica (muy mala por cierto) en Ciudad de México.

Textual la respuesta de representantes de la tienda cita lo siguiente:

“Los cirujanos nada más operan personas vivas, es cien por ciento el mismo maniquí” afirmó Benjamín Durán, quien cabe mencionar, antes del viaje de “Pascualita” acotó que fue transportada hasta el “Hotel de las Leyendas” con el mismo cuidado que una obra de arte, en empaques especiales y refrigeración,

Sin embargo, personas que pasan a diario por el sitio, al regreso de la popular novia a su vitrina se agolparon en el lugar, afirman que no es la misma, pues parece “más moderna” y opinaron que les gustaba más “la anterior”.

En apariencia, se nota que quizá sí le dieron algunos retoques a Pascualita, quedó más “rejuvenecida” -lo que por cierto, abonaría a otra de las leyendas que afirman que envejece de cuando en cuando- sin embargo los chihuahuenses siguen prefiriendo la imagen original de la novia de Chihuahua, la que nunca llegó al altar.

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