México en uno de los pocos países donde es probable que se puedan encontrar antiguas piezas arqueológicas debido a la riqueza de los pueblos prehispánicos se estuvieron asentados en el país, con grandes civilizaciones que dejaron su legado no solo cultural, sino también arquitectónico y artístico.
Por ello unos trabajadores de la construcción, mientras hacía labores de excavación para reparar unas alcantarillas en la ciudad de Acapulco, Guerrero, quedaron sorprendidos al desenterrar una extraña figura, aparentemente hecha de piedra, y cuya forma con cráneos y otros seres amorfos causó gran desconcierto.
Y es que muchos de los pobladores pensaron que se trataba de una antigüedad de alguna civilización perdida que hasta posiblemente tenía contacto con seres fuera de este mundo.
La dirección de Cultura de Acapulco confirmó finalmente que no se trataba ni de una figura arqueológica ni de un ser extraterrestre.
El cómo llegó ahí se supo más tarde, cuando la noticia se hizo viral. Fue un hombre quien salió a decir que no era ningún alienígena ancestral, sino una figura de yeso que había comprado en la ciudad de Tula, Hidalgo, porque le gustan las cosas extrañas, y que se le habían perdido cuando ocurrió el desastre del huracán Otis.
