Crujiente tentación
Foto: Carlos Soria

Ciudad Juárez.- El clima frío se niega a abandonar la ciudad, y con ello los antojos propios de la temporada: un aromático café o una taza de chocolate calientito. Y qué mejor que acompañar esas bebidas con un postre redondo, crujiente, cubierto de azúcar y canela: un buñuelo. Si bien su origen es extranjero, en México, y particularmente en Ciudad Juárez, les hemos dado un giro más sabroso.

Para entender cómo es que podemos disfrutar de los buñuelos, es necesario viajar en el tiempo, específicamente a la época colonial de la Nueva España. Por ese entonces, la población ya disfrutaba de buñuelos, pero distaban mucho de los que conocemos actualmente. El platillo tiene su origen de la fusión de las culturas árabe y española antiguas.

En ese entonces, el platillo se componía de bolitas de maíz rellenas de queso que se freían en aceite y se servían untadas de miel y cubiertas de semillas. En su llegada a México, la preparación cambió y se adaptaron a los ingredientes disponibles, además, la fritura se cambió a manteca en vez de aceite. El tiempo los cambió aún más.

La preparación de los buñuelos varía por región, por ejemplo, en Oaxaca se sirven remojados en miel servidos en un plato de barro (tepalcate), que al final se rompe para tener un buen augurio en la vida, de acuerdo con la tradición. En Ciudad Juárez, es común disfrutarlos espolvoreados con azúcar, canela y, dependiendo del lugar, con acompañamientos llamativos.

Sabor familiar

Juan Carlos Santiago, quien emprendió hace tres meses el negocios de Buñuelos Inc. ubicado en Pedro Rosales de León 7515, contó que la preparación de buñuelos es una herencia familiar, el pretexto para convivir y reunirse en la cocina mientras preparaban la masa y demás ingredientes.

Explicó que su tía y su padre lo instruyeron en la preparación, que podría pensarse que es sencilla pero tiene su grado de dificultad que pocos dominan.

Agregó que paulatinamente fue mejorando su técnica hasta perfeccionarla. En un principio no pensó que sus habilidades serían suficientes para montar un negocio y vender buñuelos al por mayor, hasta que: “la tía de un amigo me hizo un pedido, se lo entregué, le gustaron y vi que a otras personas también (…) fue entonces que le puse más pasión a esto”.

Como muchos otros proyectos, Buñuelos Inc. comenzó desde cero, con los materiales y herramientas básicas para su preparación. poco a poco, ha buscado mejorar sus procesos y el resultado final: “tener un establecimiento en cual tú puedas tener tu buñuelo y elegir el topping que quieras, casi, casi hacerlo tú mismo”, de ahí el origen del nombre.

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La preparación

Juan Carlos explicó que para preparar la masa se requiere leche, harina, azúcar, huevo, sal y polvo para hornear. Las cantidades varían dependiendo del número de buñuelos que se quieran preparar. Reiteró que la preparación es artesanal: todo se hace a mano, por lo que pone un gran esfuerzo en la mezcla de los ingredientes.

Mientras hace la mezcla, ya puso a calentar el aceite en un contenedor mediano. Tiene que alcanzar una temperatura arriba de los 120 grados centígrados, cuando llega a ese punto, se sumerge el molde para que adquiera el calor, se retira del aceite y se pone la masa sobre él, después se vuelve a sumergir durante 10 segundos para que se despegue del molde. Finalmente, se deja dos minutos a freír para que se cueza perfectamente.

Este paso es sin duda uno de los más complejos: “que no se te pegue, tienes que tener mucho cuidado, porque si el aceite está muy caliente no se va a desprender, al contrario, si está muy frío, solo se va humedecer y no se va a cocer”, comentó Juan Carlos.

Los buñuelos se dejan escurrir en un contenedor para evitar que queden grasos y el aceite dé mal sabor, para luego cubrirlos con azúcar, canela, o chocolate. Una vez depurados, están listos para empacarse en una caja o en bolsitas con 10 piezas.

Las formas de los buñuelos varían gracias a los diferentes moldes, la mayoría inspirados en las fiestas decembrinas, pero no se limitan a esa época, pues Juan Carlos dijo que se pueden hacer moldes con cualquier diseño, su proveedor los puede entregar sin ningún problema.

Su sello

“La calidad y el sabor, son algunas de las características que nos han hecho saber nuestros clientes, nuestros queridos 'buñuelovers'. Yo cuido mucho esta parte del aceite, si está aceitoso a la gente no le va a gustar”.

Juan Carlos, junto con su amigo Alberto, preparan semanalmente hasta 300 buñuelos. La preparación y el trabajo diario no ha sido lo más difícil, sino tomar la decisión de lanzar y emprender un negocio donde quedaran demostradas sus habilidades y conocimientos.

No importa la época del año, los buñuelos se pueden disfrutar en toda ocasión. Esa sensación crujiente es inigualable, y la explosión de sabor es aún más grandes si se agregan toppings como leche condensada, cajeta, caramelo, miel de maple o chocolate hershey.

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