Ciudad Juárez.- La fascinación por personajes de anime, caricaturas, manga, cómics, videojuegos, películas y series de televisión ha llevado a sus seguidores a replicar su apariencia, vestimenta y hasta personalidad. Esa réplica se ha transformado en todo un arte: el cosplay.

El concepto cosplay surge de la contracción de las palabras costume play (interpretar disfrazado). Los cosplayers, quienes dan vida a los personajes, recrean la vestimenta, accesorios, modifican parte de su cuerpo, color de cabello, ojos y piel.

El cosplay surgió en la década de los setenta en los llamados comic markets de Japón, cuando los asistentes empezaron a ir disfrazados para comprar, vender e intercambiar manga. Estos espacios ganaron popularidad y pronto se convirtieron en una costumbre que escaló al ámbito profesional.

En México y América Latina, el cosplay ha ganado relevancia en los últimos 10 años. Se ha convertido en un oficio redituable, ahora con vestuarios y accesorios cada vez más realistas. La cantidad y variedad de cosplayers dan muestra de la calidad de los trabajos y empeño que ponen en sus caracterizaciones.

Particularmente, en Ciudad Juárez la importancia del cosplay surgió con pequeños eventos, donde incitaban a los jóvenes a expresar sus gustos y talento a través de la confección de disfraces. Al inicio, no se pensaba que podría convertirse en un trabajo, más bien un hobby, interpretaciones que se quedaban entre amigos o por el simple gusto de sentirse un personaje de ficción sin temor a ser juzgado.

Al año, en la ciudad se realizan 15 convenciones, bazares o eventos de anime, en diferentes lugares de la ciudad, mayormente en plazas comerciales. Reúnen entre mil 500 hasta 2 mil 500, depende de la capacidad del lugar.

La proyección del episodio #130 de la saga Dragon Ball Súper en la explanada de la Plaza de la Mexicanidad el pasado 17 de marzo del 2018, ha sido el evento con más convocatoria, pues cerca de 5 mil personas se dieron cita, algunos caracterizados como Goku o Vegeta.

De Juárez para el mundo

Nadya Antón, mejor conocida como Nadyasonika, es una cosplayer juarense que ha sido invitada a cientos de eventos de cómics, anime y videojuegos en México y otros países para presentar diversos personajes con trajes que ella misma confecciona.

Para Nadya, convertirse en una de las cosplayers más importantes de México no estuvo en su plan de vida, sin embargo, siempre estuvo inmersa en la cultura geek.

En entrevista para Revista NET, la joven juarense recordó que su primera experiencia en el cosplay fue en la preparatoria. Un grupo de amigos y ella acudieron disfrazados a un evento relacionado con cómics y videojuegos.

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Cammy Street Figther

“En ese entonces yo no sabía coser ni nada y me dijeron: no pasa nada, todos nos echamos la mano. Mi primer cosplay fue de Seras Victoria de un anime que se llama Hellsing, es de vampiros, y yo era como una policía. En ese entonces no había cosas como pelucas, pupilentes, accesorios ni nada, yo usé mi cabello natural, lo tenía pelirrojo, me lo medio peiné como el personaje y fue todo un boom”.

Se llenó de emoción al ver que no era la única que compartía ese gusto. Más gente como ella entendía la importancia de ver cerca a sus personajes favoritos aun sin ser perfectos. Esta actividad se volvió constante en otros eventos. Los cosplayers pueden coincidir con personajes de un mismo videojuego, anime o cómic.

Como profesional lleva 13 años de trayectoria. Inició en 2006 y se ha mantenido en la cultura geek en otras áreas como conductora de un programa de televisión, jueza en concursos de cosplay y streamer de videojuegos a través de Facebook, donde suma 371 mil seguidores.

Nadya estudió Diseño Industrial, a la mitad de su carrera se dio cuenta de la fama que había acumulado en tan poco tiempo. Tuvo complicaciones cuando la invitaban a convenciones fuera de la ciudad pues tenía que pedir permiso en su trabajo y descuidar por momentos sus clases universitarias.

“Yo tenía que atender mis responsabilidades en la universidad, en ese entonces estaba empezando a vivir sola y aparte terminar los cosplay para ese tipo de eventos. Organizarme para ir y dejar las tareas, fue complicado porque tenía mi trabajo estable”.

Se dio cuenta que el cosplay no podía quedarse solo como un hobby que le daba oportunidad de viajar a ciudades de Estados Unidos, sino que podría convertirse en una fuente de ingresos.

Participar en el evento Comicpalooza en Houston, Texas, le abrió las puertas para llegar a la Comic-Con de San Diego y New York Comic Con. Por momentos se volvió imposible mantener el trabajo y los estudios.

“Era difícil para mí como enfocarme en algo en específico, pero sí había algunos amigos, algunos familiares que me apoyaban, entonces esa atención que estaba a favor mío fue lo que me ayudó a dar ese paso, de decir va, lo primero que yo empecé a dejar fue mi trabajo estable, porque mi mejor amigo, que se llama John, que vive en Houston, me empezó a guiar”.

Una de las recomendaciones que le dio John a Nadya fue llevar fotografías de ella con los trajes que lucía en las convenciones para venderlas y ganar un poco de dinero. Al inicio no le pareció una buena idea, pues consideraba que los asistentes no comprarían una simple foto. En ese entonces, las redes sociales y teléfonos inteligentes apenas cobraban relevancia.

“No es tanto que quieran tus fotos, es más bien la gente que te sigue, quiere llevarse algo, de que por fin te conocieron, les firmaste un poster, con eso se llevan a su casa que te conocieron en tal evento”, le explicó su mejor amigo al iniciar el negocio.

En los eventos fuera de la ciudad tuvo una gran aceptación, sin embargo, al aplicarlo en convenciones locales recibió muchas críticas. Los asistentes cuestionaban por qué cobrar por una foto o firma de ella, sobre todo por los trajes que usaba.

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Mystique X-Men

El arte del cosplay

Nadya empezó a elaborar sus trajes; aprendió a coser y pintar. Compró materiales básicos para confeccionar el vestuario y accesorios. Con el tiempo, se hizo experta en telas, materiales, texturas, y todo lo necesario para dar vida a un personaje.

“Cuando comencé a participar en los concursos de cosplay, que fue en la World Cosplay Summit México 2011, concursé como Sophitia, junto con un amigo como Nightmare, de un videojuego que se llama Soulcalibur, ella tiene como un brasier de metal y trae una trenza hasta la rodillas y mi compañero era un caballero endemoniado con una espada y un ojo que se le salía”.

Para este concurso investigó cuáles eran los materiales más adecuados para evitar daños en la piel al hacer algún movimiento, así como cuáles pueden simular ciertos colores o texturas que se adapten al personaje, pero que a la vez sea cómodo y ligero. La experiencia le hizo valerse de sus propios trucos a la hora de confeccionar su trajes, más sencillos y económicos.

La inversión aumenta dependiendo del personaje. Algunos del anime, Caballeros del Zodiaco o del Universo Marvel, conllevan un costo elevado. Mencionó que para recrear un Caballero Dorado, con armadura completa, realizó un gasto de 400 dólares, cerca de 7 mil 800 pesos.

Para el personaje Gambit de X-Men, gastó alrededor de 250 dólares, 4 mil 878 pesos. Solo en los lentes de contacto, característicos del mutante, gastó 150 dólares, casi 3 mil pesos.

“Lo que pasa ahora, como el cosplay ya es popular, puedes encontrar patrocinios tanto de pelucas, pupilentes, zapatos, los mismos cosplays, ya nada más tú los arreglas, porque vienen de China y vienen full size, pero nada más los arreglas y ya”.

Encontró los materiales que necesitaba en diferentes tiendas, incluso en los mercados de segunda encontraba ropa o calzado que podía adaptar al cosplay. En otras ciudades de México y Estados Unidos también ha encontrado distribuidores de materiales económicos y que dan calidad al producto final.

Orgullosa mexicana

Su belleza y los detalles que imprime en cada una de sus interpretaciones le han valido para proyectarse a nivel internacional. Ha recorrido cientos de convenciones al lado de amigos cosplayers, miles de fotos y autógrafos. Lo particular es que “creían en México que era extranjera, por eso me empezaron a invitar a eventos”.

“No era común que invitaran personas mexicanas a eventos grandes porque querían puros invitados internacionales. Como yo me la pasaba en eventos en Estados Unidos, ellos pensaban que era de allá o alguna otra parte, y así fue como me invitaron, de hecho me enviaron un correo en inglés”.

La Mole Comic Con, que se realiza en la Ciudad de México, fue la primera convención donde figuró como invitada especial. Este evento reúne cerca de 50 mil personas que comparten el gusto por los cómics, fantasía y cultura pop. Ha contado con invitados como Paul Zaloom, del Mundo de Beakman; Michael Rooker, Yondu de Guardianes de la Galaxia y actores de doblaje mexicanos como Javier Rivero, voz de Saga de Géminis (Caballeros del Zodiaco), Winnie The Pooh y Vaca, de Vaca y Pollito; Eder La Barrera y Juan Guzmán, las voces de Rick y Morty.

En este evento, particularmente, los aficionados creyeron que era extranjera, pero cuando se acercaron a ella y se percataron que habla español y que es mexicana, hicieron largas filas para conseguir una fotografía o un autógrafo, en comparación con invitados internacionales.

“En los eventos de Sudamérica sí me invitaban, porque soy mexicana y ya era invitada internacional, pero en México no, hasta ya después”.

Personajes de la cultura pop

En los últimos años ha confeccionado vestuarios de algunos personajes de películas y series íconos de la cultura pop como Leeloo de la cinta El quinto elemento (1997), que interpretó Milla Jovovich al lado de Bruce Willis en el papel de Korben Dallas.

Este traje lo utilizó en la edición 2019 de la Comic-Con San Diego, el cual ocasionó un gran impacto en los asistentes que constantemente hacían referencia a la película: “pasaba y todos: ¡multipass!, ¡multipass! Todo el evento, todos mis amigos que iban conmigo. Les voy a cobrar un dólar por cada persona que te diga multipass y nos vamos de regreso gratis, porque de plano era todo el tiempo, me decían señoras, señores, niños, jóvenes y todos ¡multipass!, y yo: aquí está el multipass; pero fue divertido”.

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Leeloo El Quinto Elemento

Entrega total

“Sabes que la gente se va con la idea de que es algo fácil, es algo que no tienen que invertir o que no le va a costar, cuando empiezan están motivados pero después dicen que sale muy caro, o les entristece que no hayan ganado un concurso de cosplay, se agüitan y lo dejan”.

Nadya dijo que en esta ciudad ha ido disminuyendo el número de personas que se dedican de manera profesional al cosplay. Refirió que cuando ella empezó había alrededor de 100 cosplayer, algunos se retiraron por diversos motivos.

Realizar cosplay es una forma de liberarse y expresar sentimientos que la persona no puede, solo a través del personaje. Es salir de la burbuja y enfrentarse, sin miedo a la crítica, a la sociedad. Saber que otros comparten el mismo interés hace más fácil desenvolverse en convenciones o estrenos de cine.

Una gran parte de la comunidad disfruta de este tipo de eventos, pues se llegan a disfrazar, no solo de manera profesional sino también como hobby. Son jóvenes introvertidos, por lo que recibir críticas de otras personas, que no entienden el concepto, les llega a causar inseguridad y que se alejen de sus gustos.

“Al momento que te expones en cosplay, te expones a críticas buenas y malas, es algo que no nos dicen, cuando estamos así, vestidos de monos chinos. Tú piensas que andan muy feliz por el mundo y de repente ¡pum! Yo creo que en México la cultura es todavía muy cerrada y hay veces que son muy duros”.

Nadya recomendó a quienes inician en el mundo del cosplay que se rodeen de personas que compartan los mismos gustos y que los puedan respaldar en sus sueños y proyectos. La parte familiar también es importante, por eso, dijo, es necesario el diálogo y romper mitos que hay sobre los concursos, convenciones y en sí del arte de hacer cosplay.

“Es necesario que les hagan entender que es un hobby positivo, no andamos en drogas, ni alcohol, ni nada. A mi familia le tomó tiempo entenderlo, fue difícil para ellos, vengo de una familia súper conservadora, mi mamá no me dejaba ir a los eventos en cosplay, yo tenía que llevarme el cosplay en la mochila y cambiarme en el evento”.

Además, comentó que es necesario hacerse de un carácter fuerte; las críticas desaniman cuando solo se remiten a “ir disfrazado de un mono”. Aseguró que dentro de la misma comunidad hay comentarios negativos, sobre todo cuando se utilizan trajes similares, comparan la calidad o quién se ve mejor, sin tomar en cuenta la inversión y el trabajo de cada uno.

“Va a haber gente que las vaya a apoyar mucho, que les vaya a gustar mucho su trabajo, pero hay de las dos, tanto vas a tener comentarios positivos como comentarios negativos, pero es normal, es como todo, en la escuela, el trabajo”.

Con una carrera consolidada, la juarense Nadya Antón se proyecta como una de las mejores cosplayers en el país. Lleva la ficción a la realidad; el proceso para interpretar a un personaje es un arte, a veces incomprendido, muchas otras, una verdadera fascinación.

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