Polinizan a Samalayuca
Foto: Cortesía

Ciudad Juárez.- A 52 kilómetros al sur de Ciudad Juárez se ubica Samalayuca, un poblado que en los últimos siete años ha sido el hogar de miles de abejas resguardadas en pequeñas colmenas diseñadas a sus necesidades por Martín Encerrado, ingeniero agrónomo de la localidad.

Actualmente la granja apícola está compuesta por 40 cajones, cada uno de ellos alberga hasta 20 mil abejas en temporada de floración, tiempo, en el que éstas tienen un periodo de vida de 3 a 4 semanas ya que trabajan desde que sale hasta que se oculta el sol, recolectando agua, polen y néctar, explicó a Revista Net el apicultor.

ABEJAS Y SUS FUNCIONES

El desarrollo de huevo a la abeja emergente varía entre las reinas, obreras y zánganos y cada una tiene su función a lo largo de su vida.

  • Limpiadoras: se encargan de mantener limpios los panales de cera y toda la colmena.
  • Nodrizas: comienzan a desarrollar sus glándulas hipofaríngeas productoras de jalea real.
  • Cereras: desarrollan las glándulas cereras y construyen los panales de cera.
  • Almacenadoras: son las que reciben el alimento de las pecoreadoras y los colocan en los panales.
  • Guardianas: cuidan en la piquera que no ingresen abejas de otras colmenas ni avispas.
  • Ventiladoras: generan una corriente de aire a fin de deshidratar el néctar.

A los 21 días se les atrofian las glándulas cereras, por lo que ya salen de la colmena (obreras de exterior) y se denominan pecoreadoras y recolectan néctar, polen, propóleo y agua.

Martín Encerrado resalta que en el espacio donde se encuentra el apiario tiene mucho mezquite, por lo que hay muchas plantas que son nectaríferas y poliníferas lo que favorece la zona para la apicultura.

Cabe destacar que cuando emprenden el viaje desde la colmena hacia la fuente "cargan alimento" proporcional a la distancia a recorrer, a fin de economizar y a su vez tener capacidad de carga a su regreso, es por eso, que si algún agente externo o atmosférico la desvía de su destino, la abeja no cuenta con autonomía suficiente y salvo que encuentre alimento necesario en su camino, no es capaz de regresar a la colmena y muere.

CATANDO LAS COLMENAS

¿Cuándo está la miel madura? Cuando las abejas comprueban que la miel ha llegado a su punto perfecto de maduración, sellan las celdas llenas de miel con una capa de cera que se llama opérculo.

Cuanto más pequeña es el alza (donde las abejas almacenan la miel), que se pone encima de la cámara de cría, menos tiempo tardan las abejas en llenarlas y opercularlas; obteniéndose las mejores mieles monoflorales y mejor maduradas en las medias alzas.

“Cosechamos entre 5 y 6 litros de miel por cada alza, estamos levantado de 3 a 4 cosechas en el ciclo, lo terminamos en octubre”, añadió.

SON INSECTOS NOBLES ¡NO LAS MOLESTES!

Para Martín el problema somos los seres humanos porque hay ocasiones en que invadimos su espacio, entonces él recomienda estudiar para conocer cómo trabajan, pues asegura la abeja no es agresiva en sí, el problema es cuando uno emite ruidos fuertes, movimientos bruscos o si usas colores, como negro, rojo, azul marino, pues estos las irritan.

“Yo los describo como insectos muy nobles que lo único que buscan es perpetuar su especie, es decir reproducirse protegerse como todo ser vivo, busca alimentos tienen trabajo, buscan resguardo”.

AUMENTAN PRODUCCIÓN DE CULTVOS

Las obreras son rentadas para polinizar los cultivos de Samalayuca, donde se ha notado que han incrementado la cosecha un 30 por ciento más sin el uso de un pesticida o fertilizante, a parte que la vida de ese producto es más larga y con mejor calidad cuando son polinizados por insectos.

COLAPSO DE COLMENAS

De 2012 a 2017 se registró una caída de 12.9 por ciento en la producción nacional de miel, al pasar de 58 mil 602 toneladas a 51 mil 65 toneladas, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).

El riesgo es cada vez mayor por el uso constante de agroquímicos, pesticidas y neonicotinoides – insecticidas que actúan en el sistema nervioso central de los insectos. Esa situación ha hecho más latente el fenómeno denominado “colapso de la colmena”, toda vez que la ausencia de las abejas obreras es cada vez más visible en los panales.

“Yo sugiero que las cuidemos, este insecto mantiene el equilibrio en el ecosistema en cuanto al tipo de plantas, hace que se repoblé las plantas, se reproduzcan más rápido, nos mantiene el aire más purificado, ellas lo único que piden es un espacio donde vivir, entonces por qué no se los podemos dar nosotros se supone que somos los inteligentes del planeta”.

Por último sugiere que si se presenta un enjambre en la ciudad lo más aconsejable, uno que las personas no se alarmen y tomen las precauciones de no acercarse ni provocarlas, hablarle al departamento de bomberos o especialista “no se preocupen la abeja no va a atacar”.

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