En ciudad Juárez, hasta ayer, ya teníamos 651 muertes por Covid-19, mientras que en Chihuahua capital eran 133, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud del Estado.

Por otro lado los comerciantes y empresarios que aún no pueden abrir, están desesperados ante la negativa de las autoridades por permitirles retomar sus actividades. Las razones son evidentes, basta con echar una mirada a los números antes referidos, para saber a qué se debe tal situación.

Y es que pese a que mucha gente dice tener temor ante un posible contagio, la verdad es que ese miedo desaparece como por arte de magia cuando un familiar o amigo los invita a una reunión en su casa, en ese caso la situación cambia, (no me explico por qué) pero así es; y quien manifestaba ese enorme miedo de padecer coronavirus, por alguna situación ya no lo siente y sin pensarla mucho, decide aceptar la invitación.

Lo anterior, sin saber a ciencia cierta, si sus anfitriones tienen o no el Covid-19; si apenas lo pescaron y se convierten en focos de infección, o si se trata de personas asintomáticas que sin saberlo, están contagiando a toda persona a su alrededor; y el anterior no es el único ejemplo de cambio de actitud repentina; también están los casos en que se reúne un grupo de gente a realizar una actividad al aire libre, y todos van muy contentos con sus respectivos aditamentos, me refiero a balones, bicicletas, motocicletas, carros modificados, asadores o cualquier otra cosa para llevar a cabo su pasatiempo favorito, pero lo que no se ve por ningún lado, es su cubrebocas, ese no lo portan, pero ni por error, y lo curioso es que nadie ve raro tal olvido o descuido, si es que se trata de eso, lo malo es que son la mayoría quienes no portan, por lo menos, ese insumo de protección que les puede salvar de una convalecencia, en la mayoría de los casos, muy complicada y tortuosa.

Y luego nos preguntamos, ¿Por qué las autoridades no permiten ya la reapertura de otras actividades comerciales?, cuando la respuesta la tenemos todos. Si con el semáforo en naranja muy poca gente se pone el cubrebocas (salvo honrosas excepciones) y los que lo hacen son obligados por los guardias de supermercados, comercios o restaurantes. Imagínese lo que pasaría si estuviéramos ya en el amarillo.

Con lo anterior simplemente quiero resaltar lo irresponsables que son algunas personas.

Por supuesto que la actitud del presidente de la República, y la del flamante subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, no ayudan mucho, ambos se niegan a usar cubrebocas; claro que no somos niños pequeños a los que se les tiene que dar el ejemplo de lo que se debe hacer, al menos es lo esperado, pero asumiendo cada quien su responsabilidad; no hay de otra, o nos ordenamos o nos va a llevar la… pandemia mucho más tiempo del esperado, y esa, no es la idea…

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