La alianza entre el PRI, PAN y PRD nunca estuvo en duda a pesar de las tensiones y desacuerdos. El PAN fue muy cuidadoso y en algún momento planteó que la alianza estaba en receso, pero no rota como lo aseguraron algunos medios.

Días atrás los dirigentes de esos partidos hicieron pública su decisión de ir juntos a las elecciones de 2023 en el Estado de México y Coahuila. Hace meses que se había llegado a ese acuerdo, pero no se había comunicado.

Y anunciaron que van juntos a la elección de 2024 en la que se disputa la presidencia de la República, la integración de la Cámara de Senadores y la Cámara de Diputados. Y están en juego nueve gubernaturas, entre ellas la Ciudad de México, congresos locales y presidencias municipales.

Alguien que participó en los acuerdos de la coalición PRI, PAN y PRD, que va más allá de una alianza, me comenta que el ánimo de la negociación fue muy positivo y hubo buenos acuerdos que benefician a las distintas partes. Todos quedaron satisfechos con los resultados.

Los dirigentes de estas fuerzas políticas conocen lo que dicen las encuestas y saben que si cada una de ellas va por su cuenta favorecen a Morena y caminan a la derrota, pero si van unidas ofrecen un frente altamente competitivo en todos los cargos de elección popular que se disputan en 2024.

En este marco faltan por definir con mayor precisión dos grandes temas. De un lado todavía no se construye el mecanismo que se va a utilizar, para elegir al candidato a la presidencia. El PAN es quien coordina el proceso, pero no quien elige.

Las fuerzas políticas de Sí por México, vía el consenso, deben acordar el método de selección, para elegir a quien los representa. La propuesta debe considerar la inclusión de ciudadanos y no solo de militantes de los partidos que integran la coalición.

El otro tema que debe ser resuelto es el de las siglas con las que se van a registrar las y los candidatos para los distintos puestos de elección popular en disputa. Un candidato puede ser de un partido, pero la coalición lo registra con las siglas de otro. Es un proceso complejo que requiere ingeniería electoral precisa, para garantizar equilibrios.

La decisión de las fuerzas que integran Sí por México es la correcta para poder hacer frente a Morena y al proyecto que represente, que implica, como lo vemos todos los días, dar vuelta atrás a la rueda de la historia y caminar por rutas que ya se habían superado y pensaba que nunca más se volverían a transitar.

@RubenAguilar

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