Con los recientes ataques a instalaciones petroleras en Arabia Saudita, los precios del petróleo en el mundo registraron importantes incrementos por el orden de aproximadamente el 20%, situación que más pronto que tarde, se verá reflejado en los precios de las gasolinas en las instalaciones de servicio de la mayoría de los países y nosotros como fronterizos lo vamos a poder comprobar, cuando visitemos la ciudad de El Paso, y eso no sorprendería, pues si se incrementa el precio de la materia prima lo normal es que los derivados de la misma sufran incrementos, eso es lo que regularmente ocurre, por lo mismo no se vale afirmar que pese a lo anterior, los precios de las gasolinas en México no van a subir.

Y es precisamente el presidente López Obrador quien afirmó que “A pesar de los ajustes en los precios del crudo al alza, nosotros estamos protegidos”, y agrego “a pesar de la situación especial en lo externo, en nuestro país vamos a mantener la estabilidad, es un equilibrio que tenemos que mantener”.

Pero ya ve que el mandatario es conocido porque, así como dice una cosa dice otra, y efectivamente lo hizo y prácticamente se contradijo pues; Adelantó que habrá una reunión entre la Secretaría de Hacienda y Petróleos Mexicanos (Pemex) para hacer el análisis, “porque por un lado nos beneficia el aumento en el precio del crudo; pero como somos compradores de gasolinas, nos puede perjudicar”.

Entonces ¿nos va a perjudicar o no?, posiblemente la respuesta más certera sea; “no nos beneficia ni nos perjudica, sino todo lo contrario”, como diría el clásico.

Por su parte Rocío Nahle, secretaria de energía, que por lo mismo seguramente no es adversaria de López Obrador dice todo lo contrario, reconoce que con el incremento del crudo en el mundo la gasolina en México subirá, además de que afirma que la dependencia que tenemos de la importación de gasolina es otro factor que recrudece aún más el problema, incluso va más allá y señala que otros productos también incrementarán sus precios, es decir, la secretaria tiene otros datos distintos a las afirmaciones del presidente que parece que se niega a ver la realidad, es decir, no habla con verdad.

Lo que sí es verdad es que, no se vale que el actual mandatario en un intento por mantener su imagen como un buen administrador y no perder la alta popularidad que mantiene pese a las decisiones que no han sido las más acertadas ni distintas a lo que otros mandatarios emanados de partidos políticos a quienes se les señala de gobernar atendiendo mas a interese particulares que públicos han tomado; diga lo que la mayoría de los mexicanos queremos escuchar, pues eso de que las gasolinas no se van a encarecer, resulta sumamente complicado de cumplir, a menos que salga con su clásica frase de que los precios de los combustibles no subirán en términos reales, porque con esa frasecita del final, de alguna manera se blinda ante reclamos posteriores de que efectivamente subió la gasolina.

Y es que si alguien necesita más dinero para pagar por la misma cantidad de un producto, así le digan que el precio no se incrementó en términos reales, su bolsillo le dirá todo lo contrario, y es que hasta suena como un contrasentido eso de que no sube, o que se mantiene el precio, por lo mismo ese terminajo no lo debería de utilizar el presidente, ya que en la realidad de la población, una simple frase no hace la diferencia, es como si el chofer de la ruta, dijera que la tarifa no subió, pero al momento en que el usuario le entrega los 8 pesos, el conductor le indica que le faltan 2 pesos, por que no subió, pero en términos reales.

Así de contradictoria es esa frase que le agrega AMLO a su afirmación sobre el precio de las gasolinas. Eso a todas luces suena a trampa; a juego de palabras, que se supone que alguien que presume que no miente, no roba y no traiciona, no debería de tener en su vocabulario, lo malo es que si lo tiene y lo utiliza cada vez que puede y la verdad, esa no es la idea…

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