El honor que se gana en décadas, se puede terminar en un momento. Publilio Siro, escritor romano.

Vaya noticia la del jueves de la semana pasada: un exmilitar mexicano de alto rango en su vida activa dentro del Ejército era aprehendido por la DEA norteamericana, en el aeropuerto de Los Ángeles, California, acusado , supuestamente, de conspiración internacional para distribuir heroína, cocaína y metanfetaminas.

Otro ciudadano mexicano, sospecho de cometer actos ilícitos, ilegales, dentro de su propio país, era aprehendido en el extranjero como si en México no hubiera autoridades competentes para detenerlos o un servicio de inteligencia (militar o civil), al servicio de la nación que dé seguridad a toda la sociedad, sin importar a qué pueblo pertenezca.

De toda la opinión pública mexicana es sabido que las instituciones del país fueron penetras por la corrupción, amparada por la impunidad y lo más lamentable, por el crimen organizado, sin que hasta la fecha puedan ser saneadas por quienes gobiernan por mandato popular al país, pues el mal es muy profundo y hay que hacerle una cirugía de caballo, tratando de evitar una amputación, pues sin instituciones, ningún país se puede gobernar.

El militar (no sabemos si cuando se retiran los soldados del servicio, siguen siendo militares o ya son ex) aprehendido en la tierra del tío Sam, fue un elemento de la más alta graduación que estudió en el H. Colegio Militar, desde que era menor de edad (14 años) y que tiene por lema: "Por el Honor de México", donde a los cadetes, aparte el honor, se les enseña a cumplir con el deber, el principio de lealtad y amor a la patria.

Con esta detención del exsecretario de la Defensa Nacional, los jóvenes cadetes del momento qué pensarán sobre los conceptos del honor, deber, lealtad, amor a México, que se les enseñan en su educación castrense durante cuatro años ¡cuatro!, sería interesante saberlo.

Es cierto: Las instituciones no se corrompen ¡claro que no!, pero las corrompen los malos ciudadanos, los malos soldados, los malos policías, los malos gobernantes, los malos políticos, los malos empresarios, etc., etc., etc.

De comprobársele los delitos que le imputan al exsecretario de la Defensa, será otra mancha para el instituto armado y sobre todo para el colegio, donde los jóvenes cadetes, en su himno del plantel, cantan a voz en cuello: Tu Nombre Sacrosanto, Colegio Militar. Vale.

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