Sin duda las redes sociales son una gran herramienta de comunicación, pues de forma inmediata se puede transmitir información que anteriormente se tardaba desde minutos hasta días enteros, lo que se supone que genera sociedades mejor informadas. Se supone, porque parece todo lo contrario, ya que hay gente que simplemente sube a estas redes lo que interpreta de un hecho en particular, y lo más lamentable es que hay quienes se van con eso y de inmediato reaccionan. Cosa que ha provocado, por ejemplo, que se le dé para atrás a decisiones tomadas por las autoridades, pero en otros, se puede acabar con la vida social y profesional de ciudadanos quienes, pensando que son dueños de sus espacios de expresión en el mundo virtual, escriben lo primero que se les viene a la mente, cosa que posteriormente lamentan por la oleada de comentarios agresivos que reciben e incluso las acciones en la vida real de que son objeto.

Esto se lo comento por el reciente caso de la joven piloto de Interjet conocida como Ladybomba, quien escribió en su muro de Facebook lo siguiente "Debería de caer una bomba en el zócalo, nos haría un favor a todos #vivaMéxico Pd: si les molestan mis comentarios bórrenme (sic), créanme que me vale 2 pesos saludos cordiales", mientras que una de sus compañeras escribió que la apoyaba. Esto durante la ceremonia del Grito de Independencia que reunió a más de cien mil personas.

Lo anterior fue suficiente para que cientos de internautas montaran en cólera, e investigaran quien era la joven para, prácticamente exigir que se le despidiera por haber osado emitir tal comentario, eso llegó a oídos del presiente, Andrés Manuel López Obrador, quien dijo: “Si lo hizo de manera inconsciente, como todo parece indicar, es una expresión muy fuerte, vamos a ver qué dice la empresa y quien participó”, y agregó “Consideró, que es un asunto que debe investigarse para conocer la forma en que se dieron las expresiones, incluso si ella confirma que fue la responsable de la publicación y conocer su postura ante lo sucedido”.

Nótese que el mandatario, en ningún momento, dijo vamos a perdonarnos. Como si lo hizo en el caso de Manuel Mireles, subdelegado del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores (ISSSTE) en Michoacán, quien llamó “pirujas” a concubinas de los derechohabientes. Este caso es distinto, pues se trata de un servidor público que es evidente su menosprecio hacia las mujeres, y si así se expresa en el micrófono frente a decenas de personas a ellas, ya se puede uno imaginar como podría tratar a las derechohabientes del sexo femenino, con el agravante de la posición de poder que ostenta.

Mientras que las dos jóvenes ya fueron separadas de sus puestos, en lo que se lleva a cabo la investigación por parte de la aerolínea, misma que, de inmediato, publicó un comunicado en que se deslindó de los comentarios de una de sus empleadas y mencionó que ya las separó de sus funciones mientras investiga y determina las acciones a tomar, tanto a la que escribió la polémica publicación y a su compañera que la apoyó.

Y efectivamente debemos ser muy cuidadosos con lo que publicamos en redes sociales, porque no se sabe la forma en que van a ser tomadas por los demás y prácticamente olvidarnos que somos dueños de nuestros muros o perfiles en las redes sociales, ya que todo lo que se divulgue ahí, puede ser utilizado en nuestra contra y como ejemplo está el de estas dos jóvenes quienes seguramente en ningún momento pensaron que una broma podría acarrearles la posibilidad de perder el empleo. Así que eso de que le valían 2 pesos que sus comentarios fueran a molestar a alguien, no fue verdad, pues tuvo que grabar un video disculpándose públicamente por lo que pensó, no le traería problema alguno.

Lo malo es que quienes la criticaron, también a través de redes, ellos si pueden insultar, utilizar toda clase de adjetivos misóginos, ofensivos y hasta amenazantes y nadie va a investigar de quien se trata y por lo mismo, tampoco se van a emprender acciones legales contra ellos. Las empresas para las que, seguramente trabajan, no los van a despedir ni recibirán sanción alguna, o si son dueños de algún negocio particular, no les van a cancelar sus permisos para operar. Si están en la informalidad, sus clientes no van a dejar de comprarles. En resumen no les va a pasar nada. Pero la realidad es que están cayendo en lo mismo, es decir, son sumamente agresivos en el lenguaje, pero por alguna razón están exentos de amonestación alguna.

Insisto las redes sociales si son utilizadas adecuadamente, efectivamente son excelentes herramientas, pero al revés también pueden destruir carreras y vidas, claro si quien puede tomar decisiones los considera, pues en el caso de Mireles, él sigue cobrando como subdelegado del ISSSTE en Michoacán, con dinero que aportamos todos quienes pagamos impuestos. Es la gran diferencia entre los que tienen un puesto por su cercanía al poder y quienes lo tienen gracias a su propio esfuerzo. Y esa no es la idea…

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