En España la fiesta respira, respira un poco más fuerte que por acá y los festejos se siguen dando con poco aforo pero los aficionados van, allí están, viendo los mismos toreros que cortan orejas, salen a hombros y el jolgorio se arma, le da vida al toro, mientras acaba de pasar la pandemia, así nos digan que el coronavirus llegó para quedarse.

Si a ti lectora (or), tienes el concierto de Aranjuez, de Paco de Lucía, escúchalo mientras lees estas letras; Aranjuez es un pequeño y hermoso pueblo cerca de Madrid, donde el rio Tajo lo baña, es tan hermoso este lugar como su concierto y hace días se dio una corrida de toros, que emocionó a la parroquia, al graderío, al tendido.

Partieron plaza Julián López "El Juli", vestido de verde y oro, siendo sus alternantes José María Manzanares, vestido de tinto y oro y Paco Ureña, de rosa y oro, terna que lidiaron toros de Garcigrande y Domingo Hernández, saliendo en hombros Julián y Pepe, por haber cortao dos orejas cada uno.

Ha habido otros festejos en el territorio español y aunque... como escribimos líneas arriba, son los mismos toreros de hace tiempo, los aficionados van a las plazas, siguen su fiesta y la disfrutan; si bien es cierto que en México está pasando más o menos lo miso en cuanto a la celebración de corridas, la cosa es muy diferente, nuestros toreros, valientes y artistas sin lugar a dudas, los vemos muy conformistas, amodorraos, como dormidos en sus laureles.

Nadie sabe cuándo pase esto de la pandemia, veremos cómo resurge la fiesta brava en México y en España, la baraja taurina está muy añeja ya y el dicho de renovarse o morir, puede aparecer de pronto y entonces el espectáculo taurino quedaría solamente en la música, en los libros, en las filmotecas y videotecas. Esperemos que no. Vale.

Compartir:
Publicidad
Enlaces patrocinados