La noticia de que Emilio Lozoya, exdirector general de Pemex, aceptara por escrito ser extraditado de España donde permanece detenido, a México, provocó revuelo, pues son varios los cargos que pesan en su contra, como para que tomara tal decisión así nada más, sin embargo, se dio a conocer que hubo acuerdo con la Fiscalía General de la República de México (FGR) por lo que, Lozoya aportará información sobre el caso Odebrecht a cambio de beneficios sobre su posible sentencia.

Con lo anterior se espera que muchos recursos pudieran regresar a las arcas federales, y que más personas involucradas también sean, en su momento, detenidas y sentenciadas, eso sería muy bueno, pero parece que lo que más le interesa a la actual administración, es el show mediático que todo esto va a generar; y por lo mismo, no se trata más que de una simple cortina de humo que distraiga a la población, de los problemas que verdaderamente importan, como los de salud, seguridad, que por cierto a este último, no le encuentran la forma de controlarlo pese a las cifras alegres que de pronto da el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, quien parece como si fuera a propósito, pero cada vez que sale a decir que ya se bajó aunque sea un 00000.1 por ciento la incidencia delictiva en algunos rubros, surge un evento que nos pone de golpe de nuevo en la realidad, la cual está muy alejada de las afirmaciones de Durazo, como la mas reciente masacre en Irapuato Guanajuato que dejó un saldo de 26 personas asesinadas.

Pero le decía, lo que más le importa a esta, la 4T, es el circo por que el propio AMLO dijo textual: El regreso de este señor Lozoya va a significar también un acto de justicia porque se van a aclarar muchas cosas, independientemente del castigo, el ventilar estos asuntos, que la gente sepa y se socialice esta información de cómo era el modus operandi durante el llamado modelo neoliberal, haciendo énfasis en esto último.

Pero la verdad, ¿de qué nos sirve conocer esa forma de actuar?, lo que verdaderamente importa, es que se castigue a quien llevó a cabo actos deshonestos y que se recupere lo que se llevaron. Conocerse o no la forma en que lo hicieron, es irrelevante, no cambia en nada el sentido de las cosas, pero un castigo ejemplar ese sí, pues sirve de muestra de lo que le puede pasar a quien intente pasarse de la raya. Lo malo es que, como le decía, Lozoya, se atiene a algo, de otra forma no accedería a ser deportado, sobre todo por las importantes denuncias en su contra.

Pero no, todo parece indicar que lo que van a hacer, es mostrar esa forma de actuar, y lo van a exponer una y todas las veces que lo consideren necesario. Olvídese de más involucrados en los asuntos de corrupción, eso no va a pasar y si no me cree, solo deje que pase el tiempo y lo verá.

Y es tan irrelevante eso de saber de qué forma actuaban los “corruptos” del pasado gobierno, porque fíjese, se está conociendo a través de investigaciones periodísticas, los bienes que poseen y que indebidamente ocultaron las actuales autoridades, mismas que no corresponden con los salarios que han tenido a lo largo de los años y no se hace nada; se sabe de la entrega de contratos directos, sin licitación a amigos, compadres y familiares de funcionarios federales actuales como; Roció Nalhe, Manuel Bartlett, Zoé Robledo, o de fortunas en bienes raíces por cantidades inexplicables de la misma secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, y nada ocurre, entonces, ¿de qué sirve que sepamos cómo se hacen las tranzas si de todas formas no se actúa?

Así que, un gobierno que solo piensa en cómo distraer a la población, sin dar resultado alguno, no es la idea…

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