Definitivamente la actual administración federal nunca dejará de culpar a las anteriores de lo que no ha podido resolver, no tiene ni el menor interés de hacerlo, o de plano no sabe cómo, pues ya va más de año y medio de que tomó las riendas y todavía es hora de que no consigue hacer absolutamente nada bueno para el país, ya que cancelar un proyecto de miles de millones de pesos solo porque pensaban que había corrupción en el mismo, no es nada positivo; me refiero al aeropuerto de la ciudad de México, el cual por cierto, ya tenía un buen porcentaje de avance y daba empleo a miles de personas a quienes simplemente se les dijo que ya no tenían trabajo.

No estoy asegurando que la obra mencionada este exenta de cuestiones irregulares, ¿pero no hubiera salido más barato recomponer las cosas y de comprobarse, meter a la cárcel a quien, o quienes resultaran responsables?

Tampoco cancelar una inversión privada de millones de dólares, aduciendo corrupción, suena como que muy brillante, sobre todo, porque se tuvo que hacer la correspondiente indemnización a los empresarios participantes del proyecto, quienes finalmente se fueron del país con su dinero a otra parte, eliminando la creación de miles de plazas laborales y cortando de tajo una importante derrama económica.

El sacar de la jugada a inversores locales y extranjeros en la producción de energía limpia, para supuestamente darle prioridad a la CFE la cual utiliza en la mayoría de sus plantas carbón o combustóleo, un desecho de petróleo que deja toneladas de contaminantes en el ambiente; de nuevo por una sospecha de corrupción. Así nomás por encimita no parece muy conveniente.

Y lo más impresionante de todo es que, en ninguno de los asuntos referidos, se ha demostrado o siquiera informado en qué casos específicos encontraron corrupción y quiénes son los responsables de tales ilegalidades, a los que de mínimo, debieron de haber despedido, pero ni siquiera eso. No hay absolutamente nada. ¿Por qué será?

Y lo más reciente; que la verdad no sé de qué nos pueda servir. El presidente asegura que en su administración se atiende el tema de la seguridad pública todos los días desde las seis de la mañana y eso mismo se hace en varios estados, y no como sucedía en otros sexenios cuando al presidente se le informaba cada semana.

De hecho dijo textualmente: Se le pasaba una tarjeta, -al ejecutivo- ese ya no es el estilo y la forma de gobernar ahora. Todos los días recibimos el parte del país, sabemos cuántos homicidios se comenten en las últimas 24 horas, cuántos robos, secuestros, todo lo que tiene que ver con garantizar la paz, la tranquilidad.

Pero y entonces ¿Cómo es que no sabía del operativo para detener a Ovidio Guzmán, uno de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, (El Chapo), el pasado jueves 17 de octubre de 2019 en Culiacán Sinaloa?, al menos es lo que dijo cuando se le cuestionó sobre el tema; que no estaba enterado porque estaba volando.

Y qué bueno que el presidente esté informado, pero ¿de qué sirve toda esa información si no ha bajado ni un ápice la comisión de delitos en esta, la cuarta transformación? Todo lo contrario se ha incrementado de forma vertiginosa, incluso supera por mucho las muertes ocurridas durante el sexenio de Felipe Calderón, al que tanto criticó y hasta lo ha llamado “comandante borolas”, porque en alguna ocasión se puso un uniforme militar que le quedaba un poco grande.

Así que prácticamente sería lo mismo que la información le llegara al ejecutivo federal, al mes, a la semana, un día sí y otro no o diario, como lo afirma, de todas formas, los resultados no se están dando; no hay, no existen. Y eso de tener toda la información sin hacer nada con ella, simplemente no es la idea…

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