La economía mexicana no va bien; lo señalan organismos internacionales y nacionales. La única voz que dice todo marcha sobre ruedas y el país crece es el presidente López Obrador.

En el segundo trimestre del año, el PIB creció en 0.92 por ciento, cantidad menor al 1.14 por ciento que se registró en el primer semestre de acuerdo al INEGI.

La tasa anual del PIB en el primer semestre fue de 1.86 por ciento, una cifra muy inferior al 4.0 por ciento anual que prometió el candidato López Obrador.

Para finales de 2022, Moody’s la estima en 1.8 por ciento. Las mejores proyecciones son entre del 2.0 y el 2.4 por ciento, que no corresponde a lo que ocurrió en el primer semestre.

Para el 2023, el FMI proyecta un crecimiento del 1.2 por ciento, corrigiendo su expectativa inicial del 2.7 por ciento, Moody’s 1.7 por ciento, CitiBanamex 1.6 por ciento y otras instituciones 1.4 por ciento.

Ambas expectativas pueden modificarse en el transcurso de septiembre – diciembre del presente año.

Los analistas coinciden en que a finales de 2022 crecerá el desempleo, porque al cierre del año la economía pierde fuerza. Se estima que en 2023, el desempleo será todavía mayor, producto de la recesión de la economía.

El ingreso de las familias sufre un doble golpe: el derivado de la pérdida del empleo y el impacto de la inflación que se mantiene alta.

La tasa de interés aumenta y alcanza su máximo a mediados de 2023 cuando la economía cae en recesión de la que sale en el primer trimestre de 2024.

El peso pierde terreno a finales de 2022, pero todavía más en el primer semestre de 2023.

De acuerdo a Monex, dato compartido por otras instituciones, hoy la economía mexicana tiene un tamaño similar al de septiembre de 2017.

La economía no se ha podido recuperar del crecimiento cero de 2019 y del menos 8.0 por ciento en 2020, producto de la pandemia del Covid – 19 y del manejo que se hizo de ella.

Esto pone en evidencia la debilidad de la recuperación de la economía mexicana, cosa que comparte con otros países.

En lo que queda del sexenio no se vislumbra que se puedan alcanzar los niveles del PIB previos al impacto de la crisis provocada por la pandemia.

El sexenio del presidente López Obrador será uno perdido con el consecuente impacto en el aumento del desempleo, la pérdida del ingreso de las familias y el crecimiento de la pobreza.

@RubenAguilar

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