A los 22 años, la comandante dos, Dora María Téllez Arguello (Matagalpa, 1955), junto con el comandante uno, Hugo Torres, muerto en una cárcel de la dictadura hoy instalada en Nicaragua, y el comandante cero, Edén Pastora, dirigieron la Operación Chanchera.

El operativo ocurre el 22 de agosto de 1978 cuando los sandinistas se toman el Palacio Nacional en Managua donde sesionaba la Asamblea Nacional. En esa ocasión capturaron a mil 500 rehenes.

La acción obligó al dictador Anastasio Somoza a liberar a 50 guerrilleros sandinistas presos. Entre ellos al comandante Daniel Ortega Saavedra, actual dictador de Nicaragua, que gobierna junto con su esposa Rosario Murillo.

En 1995, la comandante Téllez dejó el partido sandinista, en el que ocupó importantes posiciones, luego de ver como se corrompía, y caminaba hacia posiciones antidemocráticas, autoritarias y conservadoras.

Era consciente, como otros sandinistas históricos, que Daniel Ortega, por mezquinos intereses personales, traicionó las causas y valores que dieron origen al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

En junio de 2021 fue arrestada por órdenes del dictador, junto con otros opositores, en el marco del remedo de elecciones organizadas por Ortega para perpetuarse en el poder. En esa ocasión encarceló a los siete candidatos que se presentaron a las elecciones, que aún siguen presos.

El dictador, junto con su esposa, que actúa como vicedictadora, ordenó, en Nicaragua nada se mueve sin que ellos den instrucciones, que la justicia condenara a 15 años de cárcel a la comandante, en una audiencia exprés, el 22 de febrero de 2022.

Los crímenes que pesan sobre quien fuera ministra de Salud en los primeros años de la Revolución, es ser una ciudadana libre, con criterio y posiciones propias, defensora, por la vía pacífica, de la democracia, los derechos humanos y la justicia social. La dictadura eso no lo tolera.

De una investigación del portal confidencial, que dirige Carlos Fernando Chamorro, derivo: que a partir del día 2 de agosto a las y los presos políticos, incluyendo a la comandante Téllez, les redujeron drásticamente la comida. Primero les retiraron el café, la carne y los vegetales por cinco días. Luego les restablecieron la carne, pero en muy pequeñas porciones. Ellos, los presos políticos, describen así la comida: En el desayuno, quizás 2 ó 3 veces por semana un huevo, gallo pinto y media tortilla. En el almuerzo un poco de arroz, entre 30 y 50 gramos de frijoles, dos cucharaditas de carne desmenuzada, tortilla, a veces, plátano o guineo verde, cuyo tamaño es de tres centímetros cortados por la mitad.

La investigación termina: Que el ánimo de resistencia de los presos políticos está lleno de optimismo. Y añade que, a las y los presos políticos están tratando de matarlos de hambre, debilitándolos poco a poco para quebrar su espíritu de lucha. En Nicaragua la violación de los derechos humanos por parte de la dictadura es terrible.

Para escribir esta nota pregunté a una amiga muy querida, íntima de la comandante, a través de ella la conocí, que me dijera cómo la describiría y cómo pensaba que ahora la veían en Nicaragua.

Me contesta: “Como una persona consecuente y valiente. Como una convencida demócrata, respetuosa de las instituciones, y como una apasionada promotora de la justicia social”. Características, me dijo, que siempre han definido a Dora María.

@RubenAguilar

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