Apenas a un mes del operativo en Culiacán en el que el presidente, Andrés Manuel López Obrador decidió dejar en libertad al narcotraficante Ovidio Guzmán hijo del Chapo, después de que el Ejército y demás fuerzas ya lo tenían en sus manos. El propio mandatario dijo que sus opositores deberían de pedir perdón, ya que según su real entender, lo que querían era mantener las acciones militares; y en el mismo saco metió a los medios de comunicación, pero en ese caso pidió hacer una reflexión sobre su actuación.

El mandatario de la 4T textualmente dijo “Ha pasado el tiempo y estoy convencido de que fue buena la decisión de frenar, de detener el operativo porque se protegió la vida de las personas, me gustaría que nuestros adversarios que hablaban de que a sangre y fuego se mantuviera el operativo, ya pasado el tiempo, más tranquilos, más serenos ofrecieran una disculpa o si no es eso, rectificaran, que no sigan en la autocomplacencia porque vaya que se lanzaron fuerte”.

Y agregó: “Fue como un linchamiento mediático a los miembros del gabinete de seguridad. Revisen cómo fue la conferencia del día siguiente de ese acontecimiento y cómo estuvo la prensa, los medios, casi todos, entonces ya pasó”.

Y la pregunta que de inmediato me surge, ¿a un mes de distancia, qué panorama tiene el mandatario federal sobre Culiacán?, porque la inseguridad no se ha terminado, los asesinatos y la violencia no ha acabado, están en una tensa calma, pero ¿de verdad cree el presidente que ya terminó con el problema?, en lo personal no lo creo y el presidente, si de verdad no estuviera tan sumergido en su mundo en el que todo está ocurriendo tal como el piensa, ni siquiera recordaría el asunto de la inseguridad de la que solo toca los temas en los que considera que las lleva de ganar, porque en la mañanera debieron preguntarle qué piensa de lo ocurrido la semana pasada en Tamaulipas en la que hubo personas asesinadas, enfrentamientos, quema de vehículos y hasta un sujeto armado ingresó a un centro comercial y sembró el pánico y de eso ¿no debería estar pidiendo disculpas el presidente?, sobre todo por la incapacidad que ha mostrado su gente para, realmente, bajarle a la incidencia delictiva, nada más que eso no lo ve y como elige a los reporteros a quienes les permite hacer preguntas, muy posiblemente por eso ni tocó el tema de Tamaulipas.

Pero regresando al tema de Culiacán, ¿de qué se deberían de disculpar quienes criticaron su operativo que resultó en un fracaso?, ¿quizás que parece que se recuperó la paz en esa ciudad?, ¿Qué quedó demostrado que el poder de la criminalidad es muy superior al del estado?, ¿Que debemos acostumbrarnos a que los delincuentes establezcan las reglas del juego?, y así podría seguir interrogando esa solicitud de disculpas del mandatario originario de Macuspana.

Pero como le digo, al actual ejecutivo federal le está pasando exactamente lo mismo que a los anteriores presidentes que tanto criticó, es decir, el que su círculo más cercano le dice lo que él quiere escuchar y por más que llega a cada municipio, parece que no tiene la intensión de preguntarle a la gente, como está la seguridad en su municipio o entidad, porque seguramente si lo hace se dará cuenta de que las cosas no están nada bien en ese tema.

Y lamentablemente para las autoridades de la 4T, los medios no están para adular cada una de sus acciones fallidas como son la mayoría de las decisiones que se han tomado, pues basta ver como la educación no ha mejorado con el hecho de, simplemente regresarla decenas de años atrás, en los que los sindicatos controlaban tanto plazas como presupuesto, pues de no ser así, seguro lo integrantes de la CNTE tendrían tomadas las calles de la ciudad de México con sendas demandas, pero como ya arreglaron todo a su favor ya no salen y solo algunos grupos que ya se dieron cuenta de que lo que ellos pidan se les concederá, pues hacen sus desmanes en otras ciudades del país.

Cosa sumamente distinta a la situación que viven los campesinos a quienes ni los ve ni los oye, mismos que están solicitando el apoyo del gobierno federal, pero que el mandatario les contesta que, como dijera Héctor Suarez, “No hay”, e incluso los señala de que lo que quieren son moches, y afirma que se acabó la corrupción. Ojo no dice ya no se tolerará la corrupción, asevera que ya se acabó. Y pese a que eso es una mentira, quien lo defiende, interpreta eso de que la corrupción ya se acabó, como que ya no se tolera, pero definitivamente no son la misma cosa y lo ideal sería que el mandatario dijera las cosas como son y no como se deberían de interpretar.

Mientras tanto el presidente deberá esperar sentado esas disculpas que no tienen ningún sentido, pero mejora haría si se pone a trabajar para mejorar la seguridad en el país y esa debería ser la idea...

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