Producto de errores de política económica, de la pandemia del Covid-19 y del mal manejo del gobierno ante los efectos de la misma se espera que en 2020 se pierdan dos millones de empleos formales, según distintas fuentes.

Esto se explica, en buena medida, por la falta de una política gubernamental de apoyo a la conservación del empleo ante el efecto de la pandemia. Desde que inició cada minuto se cierran ocho puestos de trabajo formal, según la Coparmex.

A fines del mes de mayo ya se habían perdido 700 mil puestos de trabajos inscritos en el Imss y la caída del empleo seguirá a la baja en una economía que va a decrecer en 10 por ciento del PIB.

La caída de un punto del PIB trae consigo la pérdida de entre 200 mil y 250 mil empleos formales. Esto equivale a que queden desempleados entre 2.0 y 2.5 millones de trabajadores.

A eso se añade que al término del primer trimestre del año la población desocupada era de un millón 976 mil personas, que son 89 mil 855 más que el primer trimestre del año anterior. Es la cifra más alta desde 2016.

En marzo la tasa de desempleo de la PEA era del 3.54 por ciento y a finales del año se estima en 6.50 por ciento, que es prácticamente el doble.

De los empleos perdidos el 55 por ciento corresponde a personas menores de 29 años. De los 685 mil 840 desempleados entre marzo y abril tienen esa edad 375 mil 714. De cada diez siete son hombres y tres mujeres.

En la última Encuesta Nacional de Ocupación de Empleo (Enoe), que realiza el Inegi, la tasa de desempleo para mayores de 30 años es de ocho por ciento y de 18 por ciento los que tienen menos de esa edad.

El 75 por ciento de los jóvenes que han perdido su trabajo lo hacían en empresas de subcontratación (outsourcing) que prestan sus servicios a grandes corporativos relacionados con los servicios bancarios, entretenimiento y logística.

La OIT señala que a nivel mundial ante la crisis económica provocada por el Covid-19, quienes son más golpeados son el segmento de la población entre los 15 y 29 años. México no es la excepción.

A la pérdida de empleos formales se añaden 10.4 millones de empleos informales, que dejaron de trabajar en abril y no recibieron ningún ingreso y no se sabe cuántos de estos podrán recuperar su trabajo, como lo plantea el Inegi.

Los altos niveles de desempleo van a provocar la precarización del trabajo y del ingreso familiar. Y también que crezca la subocupación y la informalidad. La recuperación del empleo a los actuales niveles llevará años. No será en este sexenio.

La Cepal estima que en América Latina se van a perder 12 millones de empleos formales, producto de la pandemia. Y a nivel mundial 305 millones, de acuerdo a la OIT. Las pequeñas y las medianas empresas serán las más afectadas, que son las que generan más empleo.

La Cepal se plantea dos preguntas: ¿Cómo se construye una política, para recuperar los puestos de trabajo perdidos? ¿Cómo se reactiva la economía, para que la gente pueda ser parte del proceso? Hasta ahora no se sabe cuál será la política del gobierno, para enfrentar esta crisis inédita de desempleo.

Rubén Aguilar Valenzuela

Twitter: @RubenAguilar

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