Cierta polémica y hasta molestia provocó en la población un mensaje lanzado por el empresario mexicano, Ricardo Salinas Pliego, esto porque no considera adecuado el paralizar la actividad económica del país.

El presidente de Grupo Salinas dijo textualmente: “es el aislamiento y la crisis económica que dejaría a miles de personas sin empleo, sin servicios y eventualmente sin comida. Como van las cosas, parece que no moriremos por coronavirus, pero sí vamos a morir de hambre”. También mencionó: “Paralizar toda la actividad económica de tajo significa hambre y por lo tanto, dentro de poco tiempo se desatará la delincuencia, la rapiña y el caos. Porque resulta que el estómago no sabe esperar”

Y aunque efectivamente suena algo controversial, la realidad, para la que no hay coronavirus que valga, muestra que en México mucha gente vive al día, por lo mismo, no se les puede pedir, de la noche a la mañana, que no salgan a trabajar, porque de hacerlo, simple y sencillamente no comen; así de fácil, pero igual, así de crudo, por eso mismo; es muy factible que se presente el escenario que plantea Salinas Pliego, ese de la rapiña y saqueos, y no solo en contra de los supermercados o algún otro tipo de comercio, sino de la gente que tenga cierta solvencia económica que le permita pasar esta contingencia de forma, más o menos tranquila, precisamente porque la necesidad, obliga a quien sea a tomar decisiones equivocadas, pero obligados por la circunstancias.

Y eso de que el abasto de productos básicos está garantizado por 100 días como lo afirmó la secretaria de Economía, Graciela Márquez, no tranquiliza a todos, pues las existencias a las que se refiere, estarán disponibles en los 300 almacenes de Diconsa, lo malo es que no todos tenemos acceso a ellos, pues como lo ha dicho el presidente, primero los pobres, sin especificar a quien considera pobres, mientras que al resto de la población no la toma en cuenta como si no todos fuéramos mexicanos, pero si le agregamos que la actual autoridad ha salido muy malita para calcular las cantidades necesarias para abastecer a las poblaciones, el problema se agrava, basta con recordar cómo no han podido tener las cantidades adecuadas de, prácticamente, todos los medicamentos ni los insumos necesarios en los hospitales públicos.

Así que se tienen que encontrar alternativas que le permitan a la población más necesitada, salir a ganarse la vida sin ponerse en tanto riesgo de un contagio, y más porque la realidad de un grupo de personas no es la de todos; esto es, seguramente existe mucha gente que trabaja para una empresa grande en la que, pese a que sí la pasarán mal, seguramente saldrán adelante y conservarán su empleo, sobre todo en aquellas en las que la actividad no se detiene, debido a que sus labores las puede llevar a cabo su personal desde casa, pero en las demás no y en ese supuesto están cientos o miles de empresas de todos tamaños que, de apegarse a la instrucción deben parar operaciones y por supuesto que las que más sufrirán serán las micro y pequeñas, esas que generan unos cuantos empleos, pero que juntas suman miles; y la situación se empeora cuando el gobierno federal no quiere, ni siquiera condonar impuestos, argumentando que primero los pobres, sin querer ver que en esas empresas trabajan muchos mexicanos que de ninguna manera son ricos.

Lo malo es que parece que nadie puede hacer reconsiderar al presidente, Andrés Manuel López Obrador, su errada posición, quien en lugar de bajarle al tema, lo ha repetido cuantas veces ha podido, pero más como una forma de sacar raja política, porque sale con que; eso de los rescates al estilo neoliberal ya no se verán en su gobierno, lo malo es que su postura provocará que haya cientos de despidos cuando esas micro, pequeñas y medianas empresas, no soporten la cuarentena decretada y esa no es la idea…

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