A nivel mundial se reconoce que los problemas relacionados con la basura no son necesariamente de carácter técnico o económico, sino social, por ello su solución de raíz, requiere de la participación de la sociedad y el aprovechamiento de los conocimientos y experiencias disponibles. Ello se planteó en el “Primer Encuentro de Organizaciones Ciudadanas Involucradas en la Prevención y Gestión Integral de Residuos” realizado en la Ciudad de Querétaro en 2010. Este encuentro cumplió su cometido de mostrar la gran variedad de experiencias y conocimientos que estas organizaciones han acumulado y que al ser presentadas a lo largo de tres días (en forma de conferencias, carteles, videos y conversaciones entre los participantes) surtieron un efecto detonador del sentimiento de que su vinculación a través de una red de redes de intercambio de información, experiencias y conocimientos, así como de cooperación, podrá lograr sinergias trascendentes. Como señaló Alvin Toffler (El Cambio del Poder. Editorial Plaza & Janes. 1990) “La verdadera característica revolucionaria del conocimiento es que también el débil y el pobre pueden adquirirlo”.

Del encuentro citado surgió la “Agenda Nacional Ciudadana para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos” (disponible en la página: www.cristinacortinas.org), es decir, antes de que se gestaran la Ley General (en 2003) y el Programa Nacional para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (2009), el país ya tenía a su alcance mecanismos efectivos para lograr lo que éstos persiguen. Esto quedó plasmado en seis libros que publicó la Cámara de Diputados para sustentar la Ley (también disponibles en la página de la autora) y ha sido reconocido en el propio Programa Nacional. A pesar de esto, fue necesario legislar esta materia para impulsar la aplicación de manera efectiva del principio de responsabilidad compartida de todos los sectores en la prevención y gestión integral de los residuos.

Esto último significa que la intención del legislador al regular la prevención y gestión integral de los residuos fue establecer bases legales para impulsar cambios en los modelos de consumo y producción, así como para que las propias autoridades con competencia en la materia reconozcan que para ello es imprescindible involucrar a todos los interesados no solo para lograr la sustentabilidad del aprovechamiento de los recursos y del manejo integral de los residuos, sino para que lo lleven a cabo formalmente y de manera continua a través de sus programas respectivos y asignen recursos para ello ya sea en especie o en forma de financiamiento a proyectos o de inversiones lo cual, a su vez, demanda la adopción de compromisos por parte de los generadores de residuos de los diversos sectores sociales y de los productores, importadores, exportadores, distribuidores, y comercializadores de productos que al desecharse se convierten en residuos.

De lo anterior deriva que lo primero que se espera, para acelerar el tránsito de México y sus municipios hacia una economía circular, en la que evite el desperdicio de recursos y la generación de residuos, es que se repitan encuentros similares en las diferentes entidades del país, que provoquen una reacción en cadena para multiplicar los grupos involucrados en actividades que contribuyan a fortalecer de manera efectiva la capacidad nacional en este campo. Consecuentemente, se espera también que ocurra una respuesta institucional por parte de las dependencias gubernamentales con competencia en la materia, para hacer efectiva la responsabilidad compartida de todos los sectores de reducir, reutilizar, reciclar y dar un manejo ambientalmente efectivo, económicamente viable, tecnológicamente factible y socialmente aceptable a sus residuos.

Finalmente, no menos importante es el reconocimiento, por parte de las agencias nacionales e internacionales de asistencia técnica y financiera, a la importancia de la labor de las organizaciones ciudadanas y de otra índole (como las citadas en la Agenda) para el fortalecimiento de capacidades que permitan lograr el desarrollo sustentable en México a este respecto; aunado a ello, se espera se sume el apoyo a estas organizaciones por parte de empresas con responsabilidad social, ya sea de manera individual o por medio de los organismos empresariales que han conformado.


Para mayor información consultar las páginas: www.cristinacortinas.org y www.fundacionccortinas.org

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