Las inclemencias del tiempo han convertido la tarde de este domingo 24, en una tarde de perros, mucho viento, muchas nubes y al rato mucho frío y quizá lluvia y aguanieve, todo pue suceder en esta extremosa región norteña, apenas llevamos un mes de invierno, donde algunos se calienten con tragos de "taguarnis", otros con ponches o calientitos y la mayoría de las familias con la calefacción y eso sí, todos bien encerrados bajo el llamado sanitario de... quédate en casa.

La desesperación flota en el ambiente, todas las actividades humanas están restringidas, se han perdido no solo empleos, sino que muchas pequeñas y medias empresas, han cerrado, solo el campo labora normalmente los 365 días del año, con o sin pandemia, lamentablemente los hombres del campo, a pesar de que nos quitan el hambre, no son héroes, ellos carecen de reconocimiento alguno por parte de la humanidad. ¡Perra vida!

Nos imaginamos como han de estar los ganaderos de bravo der mundo, nos ponemos en sus botas, los novillos y los toros allí están, pastando en el campo, rumiando la hierba y el grano y desde luego... subiendo de peso y eso aumenta el costo de manutención de las reses bravas y los ganaderos. Quieran o no, tienen que capear a pies juntos, la dura embestida de la pandemia, tal como capearon la nevada y ventisca de la tormenta "Filomena".

La fiesta brava no se ha escapado de la parálisis laboral en España ya se anunció la suspensión de las dos ferias más importantes de la península, la de abril en Sevilla y la de mayo en Madrí, lo mismo en el sur de Francia que en Sudamérica, mientras que en México, tierra bendita de Dios, según canción popular, la más bella de todas las fiestas, también está sufriendo las de Caín.

Dígalo si no la suspensión, de la Internacional Feria de Aguascalientes, pues el Gobierno del Estado, ya anunció oficialmente que nuevamente se suspende, por el bien de todos, con todos los perjuicios que ello implica. Pero no hay de otra, la vacuna, aunque ya está en circulación a nivel mundial, nuestros países tercermundistas y pobretones por culpa de sus gobernantes tendrán que aguantarse un buen rato todavía, a modo de que su población quede debidamente vacunada y libre de toda infección.

Tengamos paciencia, ya llegará noviembre y veremos si en la monumental Plaza de Toros México, hay lo que por acá se conoce, como la Temporada Grande. Vale.

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