Para el sacerdote Rodrigo Salinas, este joven es gran un ejemplo de la lucha del bien contra el mal.
“Fue no solamente su actitud de ir en contra del mal, sino que su mismo ejemplo lo manifestaba y este es un mensaje para todos los jóvenes que se dejan llevar por esa ansia y esa falsa fama del dinero o del poder”, expresó al concluir la misa para despedirlo.
Juan Manuel practicaba atletismo, trabajaba en un laboratorio clínico y todavía se daba el tiempo para darle clases de box a niños de escasos recursos, de acuerdo con Milenio.
“Le decía a la dueña del gimnasio que no les cobrara, que él les daba clases, pues era mejor a que anduvieran de vagos”, externó un amigo que pidió el anonimato.
En cuatro meses, Juan sería el primero de tres hermanos en ser profesionista. Se graduaría como químico fármaco biólogo por la Universidad Autónoma de Baja California.
La línea de investigación más sólida de la Fiscalía General del Estado (FGE) es que la delincuencia organizada requería de sus conocimientos para fabricar drogas sintéticas.
Pero Juan Manuel se negó y en consecuencia lo atacaron la noche del pasado 30 de abril.
Saúl Rentería fue su amigo de la infancia. Se conocieron desde que tenían dos años por ‘Coco’, abuelita de Juan, quien se encargaba de cuidarlos en un barrio popular de Tijuana.
Mientras carga a su bebé, Saúl observa el sepelio de su amigo, que en diciembre pasado cumplió 23 años de edad.
“La última vez que vi a Juan, así totalmente que estuve un rato largo con él, fue aquí (en el panteón) cuando enterramos a mi tía ‘Coco’ en el 2019, el 27 de diciembre. Y hoy vengo a despedirlo a él”, lamentó.
La recámara de Juan fue atacada por tres hombres armados. En la agresión sus hermanos resultaron con lesiones, así como dos amigos que estaban de visita. No hay detenidos.
