
Colaboración: Alejandro Contreras Cortés
Laboratorio de Problemas Estructurales de la Economía Mexicana
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD JUÁREZ
Ciudad Juárez.– En 2025, el panorama inter nacional ha cambiado drásticamente, rompiendo con la estabilidad que durante años se consideró normal. Con la llegada de Trump al poder en Estados Unidos de América, su administración ha implementado una serie de políticas y regulaciones que han repercutido en múltiples sectores, alterando incluso el equilibrio de economías enteras. Estas medidas responden a las tensiones acumuladas en el comercio internacional y reflejan una transformación profunda en las dinámicas globales que lo rigen.
En este contexto global, se han intensificado las tensiones entre las grandes potencias y lideres mundiales. China avanza ferozmente en su búsqueda de la hegemonía eco nómica y política. Luego de convertirse en la fábrica del mundo, este país ha ganado influencia planetaria, y de la mano de la innovación tecnológica y el poderío militar, bus ca situarse como la nación más poderosa. Por otro lado, Rusia, aliada de China, busca afianzar su poder sobre Europa. Tras el actual conflicto entre Rusia y Ucrania, este país ha demostrado más que solo poderío militar, pues también ha maneja do sus cartas desde el sector eco nómico, amenazando la seguridad de Europa al cortar recursos clave como el gas o el petróleo.
Las reglas del comercio inter nacional están cambiando. Tras décadas de apertura comercial y tratados que promovían la eliminación de barreras, en los últimos años ha vuelto a surgir la bandera proteccionista en varias economías desarrolladas, particularmente en el caso de Estados Unidos de América. Las amenazas de aranceles, la renegociación de acuerdos y las políticas proteccionistas están transformando el panorama para las empresas mexicanas que participan activamente con sus exportaciones e importaciones.
La conexión económica entre México y EUA
A partir del 2023, México se convirtió en el primer socio comercial de Estados Unidos de América (EUA).
Algunas de las cifras (históricas) alcanzadas: 505 mil MDD de bienes exportados de México hacia Estados Unidos durante el 2024, y 839 mil MDD como el valor total del comercio entre ambos países, es decir, la suma total de exportaciones e importaciones de bienes y servicios comerciados entre ambos.
Aunque para este punto las amenazas arancelarias no son nuevas, aún tienen efectos sobre el nearshoring y la certidumbre de la Inversión Extranjera Directa (IED). Y es que, luego de un 2024 con las cifras más altas registradas de inversión extranjera, propiciadas por el T-MEC, la estabilidad macroeconómica del país y el escenario político tensionado entre Estados Unidos y China, pasamos a un 2025 donde se pierde todo grado de certidumbre y seguridad. Mientras existan amenazas de aranceles no habrá nuevas inversiones extranjeras, no se aprovecharán los incentivos fiscales y tampoco la simplificación de procesos y reducción del tiempo de espera para la instalación de nuevas plantas industriales en el país (estos últimos parte de los objetivos del Plan México).
Después de la amenaza de aran celes generalizados, Donald Trump pasó a una estrategia de aranceles focalizados a distintas áreas, sectores y/o productos que su administración considera pueden tener repercusión sobre la economía mexicana. Con estas acciones, las empresas exportadoras e importadoras enfrentan nuevos desafíos.

La industria manufacturera se enfrenta a un entorno complejo. Los aranceles generan incertidumbre en torno a las mercancías de importación temporal, clave para el funcionamiento del sector. El alza de precios ha provocado una paralización parcial del transporte de insumos y productos, disminuyendo el volumen de mercancías en circulación. Como consecuencia de este nuevo escenario, se elevan los costos operativos de las manufactureras y se frena la actividad económica.
Por otro lado, la industria auto motriz logró escapar parcialmente del impacto de los aranceles gracias al peso estratégico que en la región. Después de intensas negociaciones, y ante la presión de grandes armadoras y asociaciones industriales, se aplicaron excepciones temporales o reducciones a los aranceles para ciertos componentes y vehículos ensamblados en México.
Esta exención hacía la industria automotriz radica en el papel crucial que juega este sector en ambas economías y en la profunda interconexión en el sistema productivo de la región de Norteamérica. Algunas consultoras privadas, como AlixPartners, estiman que 225 mil millones de dólares en importaciones podrían verse afectados y, según S&P International Mobility, el costo de fabricación de un automóvil podría elevarse hasta en 6 mil 250 dólares. El sector alimentario también ha sido golpeado con la amenaza de aran celes. Actualmente, el 60 por ciento de los aguacates, el 50 por ciento de los tomates y el 40 por ciento de las cervezas consumidas en Estados Unidos de América provienen de México, según datos del Departamento de Agricultura estadounidense (USDA)
Además, la interdependencia agrícola entre México y EUA, donde el maíz estadunidense es esencial para la producción pecuaria mexicana, y México ex porta alimentos y derivados a los Estados Unidos, puede sufrir frac turas. Bajo este contexto, donde la estrecha conexión entre México y Estados Unidos de América es vital para el desarrollo de ambos países, preservar la estabilidad y cooperación es clave para que Norteamérica asegure su lugar como la región más competitiva del planeta.