Ciudad de México.– La Fiscalía General del Estado de Oaxaca dio a conocer a través de un comunicado que el asesinato de los siete jóvenes originarios de Tlaxcala, cuyos cuerpos fueron hallados desmembrados dentro de una camioneta bajo el puente Calapa, en el estado de Puebla, el pasado 2 de marzo, podría estar relacionado con el ajuste de cuentas entre grupos del crimen organizado.
Según el informe presentado por el fiscal estatal Bernardo Rodríguez, los jóvenes fueron llevados de Tlaxcala hacía Oaxaca por un hotelero de la zona para robar en cajeros automáticos y centros comerciales de algunos puntos turísticos de playa en el estado. Lo hicieron a mitad de febrero y a final del mes ya estaban desaparecidos.
El fiscal explicó que el viaje fue organizado por un hombre identificado como “El Jocha”, residente de la región, quien les ofreció hospedaje y les proporcionó información sobre posibles blancos para delinquir.
Las autoridades consideran que esta actividad habría provocado un enfrentamiento con otro grupo criminal local, lo que derivó en el asesinato de cinco integrantes del grupo.
Además de la línea de investigación sobre los grupos criminales, la Fiscalía también indaga el posible involucramiento de autoridades locales.
Se realizó un cateo en las instalaciones de la policía municipal de Santa Cruz Huatulco, para determinar si armas o cartuchos de esa corporación están relacionados con las lesiones que presentaron los cuerpos de las víctimas.
También se están revisando bitácoras oficiales de distintas corporaciones y se desmanteló una red de 40 cámaras de vigilancia clandestinas, instaladas en calles del mismo municipio. Estas cámaras habrían sido utilizadas por los grupos criminales para vigilancia ilegal o para seguir a las víctimas.
