El reto de la educación a distancia
Foto: Cortesía

La epidemia del coronavirus puso a maestros, alumnos y autoridades en una emergencia educativa, ya que en la mayor parte del territorio nacional no estaban preparados para cambiar el esquema tan rápidamente

La pandemia plantea nuevos retos de atención, integración y continuidad escolar que deben ser atendidos para el inicio del ciclo 2020-2021, situación que empujó a los gobiernos federal y estatales a modificar las estrategias educativas a fin de que los menores no pierdan clases ni la calidad con que las reciben.

Sin embargo, la gravedad de la pandemia tomó desprevenidas a las autoridades y a los sectores educativos en general quienes tuvieron grandes dificultades para cerrar el ciclo escolar 2019-2020, en muchos casos poniendo en duda el aprovechamiento de los alumnos y la manera de evaluarlo, por lo que en algunas entidades se tomó la determinación de no reprobar a ningún alumno que haya cursado este último ciclo.

“La emergencia sanitaria nos puso en una emergencia educativa, no estábamos preparados ni a nivel estatal ni local para cambiar el esquema tan rápidamente”, dijo Alfredo Postlethwaite Duhagón, presidente consejero de la Coalición de Participación Social en la Educación (Copase) de Baja California.

Señaló que el país está en riesgo de mantener las malas calificaciones en logros educativos como las que realiza la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), quien colocó a México, en su medición de hace dos años, como uno de los países peor evaluados en el aprendizaje de Matemáticas, Ciencias y Comprensión Lectora.

De manera específica, se puntualizaron condiciones importantes para la educación en casa en esta etapa de la nueva normalidad, a fin de alcanzar el máximo logro de aprendizaje:

La primera es conocer las condiciones y los recursos disponibles en casa para aprender, lo cual es la principal limitante, sobre todo en áreas rurales donde el acceso a la tecnología es escaso.

También deben orientar a los alumnos para recibir la escuela en casa, lo que contempla conocer a los niños, niñas y adolescentes, y que ellos conozcan su estilo y su forma de trabajo.

El tercer punto es reducir el abandono escolar, toda vez que el índice puede elevarse por diferentes variables: más trabajo en casa, necesidad de trabajar para sostener el hogar, no hay acceso a ambientes de aprendizaje, no pertinencia del contenido, los padres pueden considerar que no es conveniente inscribir a sus hijos.

Además de esto, los docentes deben anticipar barreras de aprendizajes que van a experimentar, y lo mismo deberán identificar las condiciones con las que cuentan las familias para que sus hijos puedan dedicar tiempo para aprender en casa.

Con información de Erika Gallego/La Voz de la Frontera

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