Voces con valor
Foto: Yvoné Vidaña | Diseño: Adriana Baca

Ciudad Juárez.- Hay comunicadoras y periodistas que crecen por mérito propio y abren camino a otras, difunden los logros de otras desde sus espacios en un entorno que privilegia la sumisión e invisibilidad sistemática de las mujeres. “Si todo sigue igual, se necesitarán al menos 67 años más para cerrar la brecha promedio de igualdad de género en los medios de comunicación tradicionales”, de acuerdo con el Proyecto de Monitoreo Global de Medios “Quién Figura en las Noticias” (2020).

Bajo esta premisa, entrevistamos a Karla Mariscal (1975) quien cuenta con 25 años de trayectoria, es una juarense que ha sabido forjar su labor periodística bilingüe en la televisión, como conductora titular de noticieros de habla hispana en esta frontera. Dinorah Gutiérrez (1971), quien ha encontrado su espacio, su voz en la radio, y su libertad en la poesía, encabeza un noticiero en la ciudad de Chihuahua, además de ser parte del equipo de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH). Verónica Palafox (1966), colaboradora incansable de Revista Net, tapatía, pero fronteriza por adopción, hace visible en cada “V de Venus” a una mujer que construye un escalón más para el desarrollo femenino de la región y lleva 10 años produciendo y conduciendo "Tenemos Mucho que Decir". Ellas nos comparten anécdotas de sus carreras, vidas y desafíos que enfrentaron para mantener una voz genuina en los medios de comunicación.

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Foto: Yvoné Vidaña / Gráfico: Adriana Baca

Orgullo juarense

Si una conductora de noticieros ha sabido hacer valer su nombre más allá de la empresa en la que trabaja, ha sido Karla Mariscal. Para ella, ni la frontera ni el idioma han sido un límite, por el contrario, han representado una oportunidad de crecimiento.
“Mi infancia y mi vida académica estuvo aquí en Ciudad Juárez… también mis primeros años de formación periodística”, comenta. “A mí me apasionaba la idea de escribir para una revista, me veía a mí misma escribiendo y haciendo periodismo escrito”.
Aunque esa era su intención, una tarea casi al final de su carrera vino a cambiar su plan. Su abuela y mamá siempre veían los noticieros de televisión, y de ahí eligió: “lo voy a entrevistar a él”, se refería al conductor de noticias (canal 56) Alejandro Cacho.
Al entrevistarlo, le pidió que la considerara para un trabajo. Al mes le dieron una oportunidad en la Redacción de ese canal (XHJUB) en 1998. Karla considera que su experiencia fue creciendo con la capacidad de jerarquización de la información y escritura muy concisa.
Vicente Fox (el candidato del PAN) y Francisco Labastida (primer candidato del PRI en perder una contienda presidencial) visitaron Ciudad Juárez. Cacho entrevistó a Fox (quien finalmente ganó 2000-2006), mientras otro reportero entrevistaría al candidato tricolor. “La persona que normalmente cubría política estaba fuera de la ciudad, otra de las reporteras se había enfermado {…} sin hacer la historia más larga, las cosas fueron a caer en mí. Pero no cuestioné, me dijeron —tú vas a hacer la entrevista a Francisco Labastida… recuerdo la carga que había sobre mí, pero el compromiso y la emoción que me dio porque ya era frente a la cámara”.
Considera que fue aprendiendo de sus errores, el tomar con mucho empeño el trabajo en la redacción le permitió tener un dominio de la información y capacidad de análisis.
Con el tiempo fue el director de noticias le dijo que iba a conducir un noticiero vespertino, le comentó que ella tenía presencia para hacer televisión. “Me dijo Cacho, —lo vas a hacer, lo vas a hacer bien—”.
“Me ayudó mucho que redactara mis propias notas porque empecé sin el uso del teleprompter (apuntador electrónico) y para mí fue una escuela maravillosa”.
Karla considera que fue mejor para ella tener una formación muy rígida en el trabajo, lo único que quizá se cuestione es “mis veintes no van a regresar, quizá pude haberme relajado un poco más, pude haberme disfrutado más lo que estaba haciendo sin haber sentido tanto ‘terror’ de equivocarme”.
—¿Sufriste discriminación o acoso? — “Ese no es un asunto de tiempos, creo que es algo que lamentablemente sigue ocurriendo, yo fui bendecida, porque estuve bajo una dirección muy profesional con un grupo de compañeras y compañeros que trabajaban con mucha pasión por lo que hacían. Sí vives muchas experiencias, pero a veces, también había mucha falta de apoyo entre las mismas mujeres, en eso, sí culpo a los tiempos, había mucha competencia y había poco espacio para muchas mujeres en una rama periodística muy dominada por los hombres, pero ¿qué ramas no había dominadas por los hombres? Eran tiempos aún más dominados por los hombres y las mujeres estábamos apenas abriéndonos camino”.
“Hay cosas que han cambiado y que celebro, por ejemplo, cuando veo las incapacidades por maternidad, te tomabas antes muy poco tiempo o si no perdías tu lugar {…} hoy es más relajado, la mujer tiene más oportunidad, y ¡qué bueno! que se puedan hacer cargo de su hija o hijo sabiendo que pueden seguir adelante con su profesión”.

A prueba de retos

Comenzó a sentir presión en cuanto a su imagen, era muy joven, pese a su buen desempeño, escuchaba comentarios en los pasillos como “parece una teresiana (niña) dándome las noticias”. Decidió cambiar su imagen para que no la cuestionaran, era seria, vestía seria, su maquillaje era fuerte, se tiñó el cabello de un color oscuro… “pero sobre todo, la preparación calla muchas voces”.
“¿Cuál es el problema que me veo muy chica?, ¿esos eran los ataques? Puedo irme transformando {…} tampoco estoy hablando de que fui perfecta, cometí errores... era parte de la formación”.
Otro reto a enfrentar en la televisión eran los sueldos. “Yo le digo a mis amigas hasta el día de hoy, amigas yo no hice esto solas, recuerdo que si cambiaba de vestuario todos los días, era porque el clóset de mis amigas era muy grande (se ríe). Y pasaba cada una, yo te prestó esto hoy, yo esto mañana, eran una hermandad. Claro, con mi salario no alcanzaba para realmente dar una imagen de vestuario que se requería para la televisión”, —para los hombres, en cambio, ¿dos sacos?— “sí, comprobadísimo está, incluso si no se cambian no pasa nada”.

El periodismo bilingüe
Después comenzó a desarrollar su cobertura en El Paso, tiene ciudadanía (por su madre, quien es estadunidense) y contaba con dominio del inglés. “Eso me abrió las puertas allá”.
Pronto llegó una invitación de una cadena (en el canal paseño KINT), era para hacer reportajes los fines de semana. Aceptó la oferta (2000-2013). “Entonces yo trabajaba en El Paso para cubrir historias en Juárez”. A los pocos meses, Karla fue productora y conductora del fin de semana de Univisión, además de ser reportera tres días entresemana. De ahí, fue conductora del noticiero principal, productora ejecutiva y su carrera se consolidó.
“Cuando inicié dominaba el inglés conversacional, pero de eso a que pudiera redactar una historia a nivel periodístico o hacer una entrevista en inglés, hay un abismo de diferencia, entonces tuve que aprender mucho. Además, eran otros tiempos, ahora los portavoces de muchas dependencias son bilingües, antes hablaban solo inglés, hasta que se dieron cuenta de la fuerza del público hispano”.
Pero hasta la fecha, los boletines e informes de las dependencias deben traducirse, si llega algo de último momento hay que tener la capacidad de estar dando la información al aire de manera fluida y correcta en español.
“Como decimos ‘cuando te lazan al ruedo… lo desarrollas’. Todos los días trabajo haciendo traducciones, los boletines de prensa que llegan a la redacción vienen en inglés. Aunque se tengan que convertir en una historia más completa, en realidad se debe condensar el qué, cuándo, por qué en español, es más, a veces estoy al aire, estoy conduciendo el noticiero y si llega un breaking news (noticia de última hora), llega en inglés, pero lo debo estar diciendo en español de manera inmediata, con la información totalmente correcta.Es una habilidad que también vas desarrollando con estudiar pronunciaciones, perfeccionar tu gramática.Mi inglés ya está en otro nivel, pero me tomó tiempo, me ha tomado mucho trabajo”.
“Ese fue un gran desafío hace más de 20 años, ahora viene otro, la cadena de televisión a la que yo pertenezco (Telemundo) es parte de la NBC, y como tal, surgen ocasiones en que un reporte que acabas de hacer en español te lo pide la misma televisora en inglés, entonces a desarrollar esa otra habilidad. Todos los días he encontrado un nuevo desafío, cuando creí que había dominado algo, viene un nuevo reto, eso es lo que me ha permitido sentirme apasionada de lo que hago”.
Actualmente Karla trabaja en el canal paseño KTDO 48, se integró en 2014, un nuevo reto como conductora titular de noticias, pero también como encargada en la fuente política, aunque los temas de Educación también le apasionan y sigue haciendo reportajes.

Trabajo y familia

Su vida personal no ha sido menos importante, ha sabido disfrutar su tiempo como madre de Odette y Denisse, al lado de su esposo, el también periodista, Elhiu Domínguez.
Antes de tener familia, acordaron ella y su esposo cómo sería su familia, “nos casamos, los dos muy apasionados de nuestra profesión, duramos varios años poniendo en pausa a los hijos… disfrutamos bastante nuestros años casados sin hijos, pero también llegó el momento”.
“Cuando tenía 12 años en Univisión, mi hija estaba a punto de entrar al kínder, y quise sentir esa época de mamá y me tomé una pausa. Empecé a llevar a mi hija a la escuela, pero mi pausa no duró casi nada, porque a los pocos meses recibí una invitación por parte de Exa, en radio, para Noticias MVS, era un buen balance, porque podía seguir atendiendo a mi nena y hacer algo que me gustaba, luego volvió a llegar el llamado a la televisión (con Telemundo-NBC)”.
“El cambiar de una televisora a otra en el mismo mercado es un desafío, de pronto algunos te comentan: yo me cambio a verte”.

Reconocimiento sin fronteras

“Cuando el público me ve y saben que soy de Juárez se sienten muy orgullosos, y sobre todo, si yo lo reconozco. Cuando gané por primera vez un Emmy en Texas como Mejor Presentadora de Noticias (2003), me decían: ¡Wow El Paso…— y yo les completaba —…y Ciudad Juárez!. Reconozco mucho de dónde soy. Es un privilegio, con el tiempo también reconozco que yo no soy Karla Mariscal la del canal tal, soy Karla Mariscal, el público confía en mi trabajo en donde esté”.

Karla ha sido reconocida con dos premios Lone Star Emmy como Presentadora de Noticias. También recibió dos premios Emma y varios reconocimientos de la Asociación de Prensa de Texas. Su más reciente Emmy fue en noviembre de 2022, por un reportaje sobre el programa de Educación Dual en El Paso, “Yo Soy, I’m”, el impacto positivo de la educación bilingüe.
—¿Y en el futuro?—, “me proyecto aprendiendo, veo el mundo de los podcast, las redes sociales, me veo crecer... Por ahora estoy muy feliz con mi casa Telemundo-NBC que me da esta oportunidad de hacer lo que me apasiona”.

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Foto: Yvoné Vidaña / Gráfico: Adriana Baca

Más que ‘Aire Fresco’

“Mi papá solía grabarme con un pequeño micrófono (yo le decía el biscofino), me encantaba, aún conservo algunos audios”, así recuerda Dinorah Gutiérrez Andana su primer acercamiento a su vocación, es originaria de Parral, pero ha hecho su vida en Chihuahua. Como adolescente la poesía y la declamación fueron su fuerte, incursionó en los medios a los 19.
Dinorah empezó como redactora de comerciales, casi no había mujeres locutoras. “Me pedían que hiciera las ‘voces femeninas’ y que al mismo tiempo escribiera los comerciales. Recuerdo que solo estaban Adriana Torres Romero, pionera de la radio en Chihuahua, de las pocas que tenía base en el sindicato, y otra compañera en Cuauhtémoc, Brenda Key (locutora de Lobo). No les decían locutoras (aunque lo fueran), les decían ‘voces femeninas’”.
De esa primera experiencia, tuvo luego la oportunidad de entrar a televisión, donde las cosas no eran muy distintas. “No había espacios para nosotras, solo había lugares como acompañantes de quienes tenían la titularidad de las noticias, generalmente hombres. Y los programas que eran conducidos por las mujeres eran de revista”. Entró al área de edición de noticiarios, siendo la única mujer (con el sistema análogo), “recuerdo que había una sola reportera y le daban solo sociales y cultura”.
Por la privatización de Imevisión (la compró TVAzteca), continuó en radio, “de nuevo, los directores eran hombres, solo me tocaba leer las noticias”. A principios de los 90, comenta, todo fue así, leer, pero no decidir qué se redactaba o qué se pasaba al aire, no había eso para las mujeres. Con una intención de cambiar de aires, aceptó participar en un programa para el entonces gobernador Fernando Baeza. Durante el siguiente gobierno, con Francisco Barrio, tuvo una co-conducción.
En 1998, en TVAzteca estuvo como conductora de un programa revista, para luego pasar al noticiero como conductora titular. Al poco tiempo terminó el proyecto y decidió irse a la Ciudad de México a buscar más oportunidades en la misma empresa. Fue reportera de cultura y espectáculos (2001-2003), de ahí se pasó al departamento de Investigación Documental, detrás de cámaras.
“De lo que pude observar, las mujeres que incursionaban en el periodismo buscaban la construcción de historias humanas y lograban hacer empatía con esas historias, esa fue la fuerza que ayudó a desarrollar estilos de periodismo desde la perspectiva femenina y eso me gustó mucho”. En cuanto a salarios y presentaciones en televisión, no había ni buenos salarios ni estímulos para las mujeres (para vestuario o lo que fuera), con los hombres sí. Por otra parte, las competencias no eran por los valores del trabajo periodístico, sino por cómo te vestías y cómo te veías, nada más.

Hostigamiento laboral, un mal arraigado

“Regresé a Chihuahua como la primera directora de noticias local y se me exigían mucho, recuerdo que el gerente me dijo: —Eres demasiado emocional porque eres mujer, no puedes ser gerente de noticias—. Me molestó mucho todo eso. A pesar de que tenía una trayectoria, todo el tiempo era estar a prueba”. Otro factor que enfrentó fue que al regresar empezó a ganar menos, en un horario más extendido, “todo el día”. En el caso de los subordinados, “cuestionaban mis decisiones e iban con el director general y había contraordenes, no respetaban mi jerarquía”.

Cambios y amor a la profesión

Dinorah entró en una pausa solo para tomar impulso y explorar una nueva oportunidad, decidió ser candidata a la presidencia municipal de la ciudad de Chihuahua en 2007. “Aunque no me afilé al partido, sentí que pude hablar por mí, me dieron esa libertad, qué pensaba, qué propuesta podía hacer, eso me empoderó. No me fue tan mal ni en el debate, quedé en tercer lugar de la elección”. Esa contienda fue cerrada entre Carlos Borruel y Alejandro Cano, para ella fue aprender y divertirse.
Desde un inicio combinó su labor con la poesía interactuando con otras mujeres poetas desde 1996. “Creamos una antología que se llamó ‘Químicamente Puras’, ese fue un punto de encuentro con muchas mujeres con las que aún tengo amistad, para mí fue una plataforma, no solo para encontrarme con escritoras que promueven a través del arte el pensamiento, sino una forma de activismo. En la poesía he podido decir todo lo que no he podido como periodista”.
“Desde luego, se publica más a varones y cuesta trabajo ganarse un lugar”. Pero considera que la solidaridad entre mujeres en el arte también ha ayudado a abrir caminos.

La pesadilla del acoso

Define estar como mujer en los medios como un tema de “supervivencia”. “Ha sido más el amor al arte que otra cosa”.“El acoso sexual lo viví en muchas ocasiones, incluso estuve a punto de quererme retirar… inicié muy joven… de lo que más recuerdo de manera horrible {…} (él ya falleció), pero era el líder del sindicato de radio y televisión (Stirt), era vitalicio, lo puedo decir ahora con toda claridad porque no solo yo viví ese acoso, en ese entonces no tenías esa fuerza y ese respaldo de denunciar, las frases eran —es que así es, no le hagas caso—, era minimizar. Fue un acosador terrible. Nunca pude tener base en radio o televisión porque tenía que pasar ‘la prueba con él’ para poder ser considerada meritoria para el sindicato como locutora. La prueba era ‘quedar bien con él’. Me decía cosas, vulgaridades {…} entrábamos a grabar y era mucho acoso: —qué bonitas piernas, ¿por qué no te dejas querer?, entre otras vulgaridades, o como la clásica ¿a ver cuándo nos vamos a tomar un café?— La forma en la que lo detuve {…} un día entré con mi grabadora de reportera (oculta) a la cabina de producción, grabábamos a dos voces y compartíamos el micrófono, entonces cuando me empezó a decir algo, le dije —señor no me vuelva a decir absolutamente nada, no se atreva a decirme nada, porque ya lo tengo grabado, y si no, voy a poner una denuncia—. Me dijo: —¿Ah poco sÍ me vas a denunciar? Pues a ver si te creen—.—Está grabado, no me vuelva a molestar en su vida—. Y no me volvió a molestar”. Dinorah no había hecho público esto, hasta hoy.

Muchos años después, “amigas locutoras me confiaron que sufrieron lo mismo, pero igual se lo guardaron, porque era un hombre de poder”.

“Y no era el único que acosaba, había muchos acosadores. Unos más sutiles en sus comentarios… hablo de compañeros periodistas, reporteros, y no se diga los políticos, entrevistar a solas a ciertos personajes era muy incómodo”.

El otro hostigamiento

A veces la cuestionaron, —Si tienes tanta capacidad ¿por qué te cambias tanto de empresa?—, ella respondía que “para poder defender con dignidad algo, tienes que renunciar y no estaba dispuesta a pagar nada que no estuviera de acuerdo con mis principios y valores”.
La jubilación es otro tema complicado en los medios de comunicación, factores como la intermitencia por cambios de empresas, la volatilidad en los cargos que dan a las mujeres en directivas donde dejan la decisión solo a hombres, el predominio de pagos por honorarios o la falta de prestaciones de ley, la edad, son algunos factores por los cuales considera que “no tenemos nuestros derechos a salvo”.
Más adelante, en la Función Pública encontró cobijo, comenzó también a diversificar sus habilidades, daba asesorías y consultoría en desarrollo humano y comunicación. “Comencé a sentirme fuerte para dar mi opinión y ofrecer mi trabajo. Ha sido todo un reto eso de estar a prueba todo el tiempo, que si puedes y si eres capaz, luego te pongan a competir con personas que ni siquiera tienen la experiencia {…} eso no termina y estás en ese lugar por la supervivencia”.

Un nuevo aire

Dinorah también ha defendido los contenidos “nobles”, las historias inspiradoras, así surgió “Aire Fresco”, su programa de radio. “Necesitaba oxigenar mi pensamiento, mi palabra. Surge ‘Aire Fresco’ como un proyecto individual (en 2006, en una estación privada) y lo retomé en 2016 en Radio Universidad”.

“Me he encontrado con estas mujeres que creen ellas mismas que sus historias no son tan interesantes, y eso lo hace más interesante, eso es lo que vale la pena, ‘ellas mismas no se creen’ lo valiosísimas que son sus historias de vida, entonces verlo con esta perspectiva me ayuda a hacer esta conexión, desde mi perspectiva de mujer contar la historia de otra mujer”.

Durante las mañanas es titular del noticiero de Radio Universidad (suma 6 años y es la primera mujer en hacerlo), además es parte del equipo de Comunicación de la CEDH. Para ella, “Aire Fresco” son “charlas terapéuticas”. “Creo que encontrar mi voz en otras mujeres puede ayudar”.
Con un matrimonio de 33 años, una hija de 27 y un hijo de 32, ha sabido equilibrar su entorno personal. “Ambos entraban conmigo a las cabinas, muy pequeñitos y se quedaban calladitos. He tenido siempre el acompañamiento de los tres, incluyo a mi esposo”.
El 8 de marzo es “una fecha dolorosa… no hemos superado todo por lo que peleamos año con año, parece que volvemos a empezar cada 8 de marzo o cada 25 de noviembre, ambas fechas tan emblemáticas en la lucha por los derechos de las mujeres”,
concluye, “le sigo apostando a seguir fortaleciendo la voz de otras mujeres, que todos los días sea más visible el trabajo que hacemos”.

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Foto: Yvoné Vidaña / Gráfico: Adriana Baca

Verónica con V de Venus

Nacida de Guadalajara, pero adoptada desde hace casi 16 años en la frontera juarense, Verónica Palafox Sandoval es una comunicadora muy activa en el entorno cultural, tiene “mucho que decir” y comparte cada mes en Revista Net las historias inspiradoras de otras mujeres.
“Mi personalidad fue muy definida desde pequeña, mi familia, mi gente cercana, siempre ha sido muy respetuosa de lo que decido hacer y de lo que no”, se refiere a su decisión de no optar por la maternidad. “Es una construcción cultural que nos han hecho creer a las mujeres, es como si tu ruta de vida debe de incluir que te enamores, te cases, tengas hijitos, seas mamá…”. Pero Verónica no es la esposa de… o la tía de…, comenta, “eso no nos da un espacio, debemos pelear para tener uno”, por eso ella es Verónica Palafox.
De un seno familiar conservador, considera que sus padres la impulsaron a no ser parte de esa tradición “de la mujer sumisa y el hombre machista”, pese que “para ellos funcionaba”.

El decidir el área de Comunicación fue muy temprano y claro para ella. Estudió en la Universidad Femenina de Guadalajara (que ya no existe), contaba con un gran prestigio y los catedráticos eran experimentados en el medio. “Esta escuela fue precursora en Juárez de la UACJ, cuando yo salgo tengo conexiones en medios, en agencias, porque eran mis maestros, aún sigo tratando con ellos”.
Verónica se casó muy joven, a los 19 años. “Conocía a Pepe (José Acosta) antes de los 17, una época en la que te ciegas con la idea que tienes del amor, y luego, cuando hay una correspondencia, pues ¡wow!. Fueron años en que él iba a verme a Guadalajara, fue como muy mágico la estancia del enamoramiento”. En su hogar, la idea de que se casara muy joven no fue mal vista, “si te va bien, qué bueno, pero si te va mal, esta es tu casa”. Pero entre los 22 y 23 años decidió divorciarse.
Para Verónica, vivir esa etapa fue muy importante, “sola, pero con otro tipo de experiencia”. Destacada con el mejor promedio de su generación, desarrollarse en el ámbito laboral le fue favorable gracias a la Bolsa de Trabajo de su universidad. Aceptó el reto de trabajar en el área de Comunicación de Expo Guadalajara (uno de los Centro de Convenciones más grandes del país) y de ahí se pasó a ExhiModa, “me tocó en ese tiempo el ‘detonador’ para que ese evento se convirtiera en el ¡boom!, fueron años de mucho aprendizaje”. Como directora de Mercadotecnia del evento, un día “descubrió” la nómina… “dos niveles debajo, todos los hombres ganaban más que yo. Era su jefa, yo supervisaba su trabajo, coordinaba lo que hacían”. Cuando confrontó a su jefe, la respuesta (más estúpida) fue: “es que son hombres, ellos tienen más responsabilidades (en casa) que usted”.

“Soy honesta, hasta ese día yo decía que el machismo en las empresas no existía. Mi mundo de cristal se me cayó, puedo tener las mejores condiciones de trabajo, y aún así, ser discriminada por ser mujer”.

“A mÍ me gustan las diferencias entre mujeres y hombres, no busco la igualdad, pero sí exijo equidad. A veces, por conservar la expectativa económica o por el ‘relumbrón’ de la empresa en donde trabajas tienes que ceder”.
Su vida personal y laboral dio un giro con la llegada del Internet. Después de 17 años de su divorcio, volvió a establecer contacto con su primer amor.

La plata y la frontera

Un acercamiento con Hugo Salinas Price, la suma al proyecto de “La plata como moneda para salvar a la economía nacional”. Encargada de la gira de conferencias en Chihuahua, retomó su relación con su ex y se mudó a esta frontera.
“Me encontré a una ciudad con miedo, llena de soldados, llego durante ‘La Guerra del Narco’. Duré casi tres años sin salir de mi casa”. En ese encierro, trabajó en equipo con Pepe, quien tenía ya su portal de noticias.
En ese momento y bajo una sensación de aislamiento social, Verónica decidió tratar de solucionarlo. “Necesitábamos una red que nos juntara, aunque fuera por Internet. Empiezo a darle forma a ‘Tenemos Mucho Que Decir’, originalmente como un contexto de sororidad, contactar a otras mujeres que estaban en un entorno de aislamiento y armó el proyecto, compró tiempo en Radio Net y en Milenio y lo lanzó”.
A nivel general, ella observaba que los temas que abordaban las mujeres en los medios eran: Cocina, Belleza, Sexo, Horóscopos, Jardinería… “súper he-te-ro-pa-triar-ca-da-men-te reducido. Empiezo a invitar a 30 mujeres de diferentes partidos políticos, profesiones, condiciones económicas, religiones y las siento en una mesa y les digo: —Nos han hecho creer en toda la historia que mujeres juntas ni difuntas, que les parece si rompemos el mito y nos concentramos en lo que nos une y le mostramos a las otras mujeres, primero, que sí podemos trabajar entre nosotras y que podemos opinar y ser expertas en cualquier temática— Treinta manos se levantaron”.
Para economizar el costo en radio, Verónica produjo su proyecto de forma independiente. “Cualquier duda existencial que yo misma tenía lo ponía entre los temas, he aprendido mucho a través de los años”. Antes de una pausa durante la pandemia, “Tenemos Mucho Que Decir” agregó una sección cultural semanal. De este proyecto, de manera paralela, surgió su colaboración en Revista Net con “V de Venus”. “Quería entrevistar a mujeres que normalmente no son entrevistadas”. También incluyó a mujeres destacadas, pero sobre todo, a aquellas que de manera casi anónima contribuyen al tejido social.
Con el tiempo se han forjado lazos de amistad y respeto, “algunas han llorado, a veces lloró con ellas”. Algunas de sus entrevistadas no han dudado en pedir, que por más terrible que haya sido su experiencia, se publique. Una le dijo: “ponga todo igual que cómo se lo dije, porque nadie más lo sabe y es la revista la manera en que mi familia se va a enterar de todo lo que me ha pasado”.

“La comunicación te marca, la gente te da la confianza de poner su vida en la mesa”.

“Los trabajos en Revista Net me han dado tres columnas de plata (del APCJ, un gremio local de periodistas), pero eso no se equipara con el reconocimiento de cada mujer, el brillo de cada mujer”.
Por otra parte, Verónica es una promotora cultural y hace cortometrajes. “La vida sin arte es gris, mi bisabuelo era fotógrafo, mi abuelo era fotógrafo. Me encuentro, cuando llegué, que Juárez es un hervidero de cultura. Los juarenses han sabido sobresalir de esta pasta de amargura, esa etiqueta de resiliencia que ha tenido la ciudad está sustentada, por un lado por las mujeres, y por el otro por el arte”.
“En 2018, entré a un curso de edición ¡de cine! (pensé que sería de Photoshop)”. Viendo a sus compañeros, mucho más jóvenes, no se desanimó y surgieron los cortometrajes: “La Abuela de los Baños” y “Río Bravo Blues”, como parte del curso Polos Audiovisuales (del Imcine). Los cortos son inspirados en las vidas de Josefina Gutiérrez y Rubén Moreno Valenzuela, respectivamente. En esa etapa, también se sumó otro corto, “Familia”.
Por ahora tiene dos proyectos muy importantes, acaba de ganar dos becas, una por parte de la asociación paseña Femme Frontera para realizar el guion para un cortometraje. “Ya está el guion, estoy preparando la carpeta para meterla a fondos de producción, es un cortometraje de mujeres sobre el Alzheimer”.
Mientras la otra es estatal (Eká), para hacer el guion de un largometraje basado en los personajes de la novela “La Biblia de Gaspar”, de Moreno Valenzuela. “Estoy trabajando en eso ahora mismo y estoy empezando a producir un documental sobre la Lucha Libre en Ciudad Juárez de la mano de La Sirenita”.
“En todo lo que yo hago quiero empoderamiento, no quiero ser más ni ser menos, quiero ser dueña de mi poder para hacer lo que yo quiera sin que nadie me diga si está bien o si está mal, asumiré las consecuencias si está mal y gozaré el triunfo si está bien, pero es mi decisión, y ese poder de decisión yo quisiera que todas las mujeres lo pudiéramos tener”.

A manera de epílogo
Las voces de estas mujeres se suman a muchas otras que han hecho de sus batallas una sola, una que busca un alto a la violencia sistemática e institucional, una que busca la equidad salarial, una que exige dignidad laboral y un trato justo, una que busca frenar a la discriminación ancestral: cultural y educativa… esta lucha perenne busca el respeto a los derechos humanos de las niñas, adolescentes, mujeres, mujeres trans y adultas mayores, el más frágil de todos: la vida.
¡Sororidad!

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