Violencia de género: La cifra negra
Foto: Net Noticias | Fotografía: Pixabay / Gráfico: Náyade Cruz

En México, 7 de cada 10 mujeres mayores de 15 años han experimentado al menos una situación de violencia a lo largo de su vida, siendo la de carácter psicológico la de mayor incidencia, seguida por la sexual, cifras que se agravan al calcular que solo una de cada 10 agresiones es denunciada. En el resto prevalece el silencio de las víctimas y la rampante impunidad del agresor.

La Encuesta Nacional sobre La Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh), que cada quinquenio realiza el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), estimó, en la edición 2021, que de un total de 50.5 millones de mujeres de 15 años y más, 70.1 por ciento ha experimentado, al menos, una situación de violencia a lo largo de su vida.

La violencia psicológica es la que presentó mayor prevalencia con un 51.6 %, seguida de la violencia sexual con el 49.7 %, la violencia física con 34.7 % y la violencia económica, patrimonial y/o discriminación en un 27.4 %.

Con respecto a 2016, los resultados de 2021 mostraron un incremento de cuatro puntos porcentuales en la violencia total contra las mujeres a lo largo de su vida. La violencia sexual registró el mayor aumento, con 8.4 puntos porcentuales adicionales entre una encuesta y la siguiente.

Es de resaltar que en los ámbitos donde debería existir un mayor nivel de protección y seguridad, la familia y la pareja es donde se presentan el 30.7 % de dichas agresiones.

Si bien Chihuahua no se encuentra entre los estados de mayor alerta de violencia de género, sí se sitúa ligeramente por encima de la media nacional con un 71 por ciento de incidencia.

La muestra de la encuesta en el estado (4 mil 394 viviendas) indica que en el ámbito familiar, son mayormente los hermanos (24.7%) quienes ejercen la violencia, seguido por las madres (16.3%) y los padres (12%), el resto incluye a tíos, primos, hijos, abuelos, padrastros o madrastras y suegros.

En el caso de menores de 15 años, los agresores son principalmente los tíos (22.4%), seguido por los hermanos (17.8%), padrastros (11.2%) y conocidos cercanos a la familia [1] (13.4%), siendo únicamente un 8.4% de casos los perpetrados por un desconocido.

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Calladita…

“Crecí bajo la instrucción de: ‘Calladita te ves más bonita’, así que todo lo malo que viví lo guardé para mí, dejando que me secara por dentro. Un día me atreví a contarle a mi mamá lo que me hacía mi pareja y solo me dijo: ‘¡Ni te quejes! A ese hombre tú lo escogiste, ¡es tu cruz!’, se fue y no me habló por semanas. Jamás volví a tocar el tema”.

“Laura N.”1 tiene 50 años, durante 32 vivió una relación violenta de pareja, donde los golpes, gritos y humillaciones fueron parte de su cotidianidad desde la primera semana de “juntada”: “A los 16 años conocí a un señor, pariente de una vecina, desde el primer día me dijo que me iba a ir con él porque yo le gustaba, como en mi casa vivía entre golpes, abusos y gritos, pensé en esa oferta como una puerta de escape y del comal, acabé cayendo en las brasas. La primera golpiza la recibí antes de una semana de haberme ido con él, solo porque no supe cómo prepararle el lonche, a esa siguieron muchas más, pero hasta ahora sé que pude haberlo denunciado, todos esos años los viví como si de verdad estuviera pagando algo, como si me lo mereciera. Él ya murió, ya no puedo hacer nada en su contra”.

Víctima en el hogar

De acuerdo con la Radiografía Socioeconómica del Municipio de Juárez, Así Comienza 2023, publicada por el Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP), de los 33 mil 032 casos delictivos del fuero común denunciados ante las instancias correspondientes en dicho municipio en 2022, el 22% (7 mil 426) están relacionados con la violencia familiar (85% de las víctimas son mujeres, 15% hombres), por encima del robo (18 %), el daño a la propiedad (10 %), el narcomenudeo, fraude y homicidios. Cabe señalar que los casos de violencia familiar presentaron un aumento del 22% con respecto a 2015.

De los 7 mil 426 casos presentados en 2022, el segmento de edad entre los 18 y 29 años es el de más alta incidencia, con 2 mil 200 casos, seguido por el de 30 a 49, con 924.

Punto de alerta que se enciende en las mujeres de hasta 17 años, donde se presentaron mil 391 casos, de los cuales 514 son por abuso sexual, 388 por violación, 459 por violencia familiar y 30 por omisión de cuidados.

Datos del mismo documento revelan que en ese periodo (2022), el Instituto Municipal de las Mujeres de Juárez (Immuj), atendió a mil 057 víctimas de algún tipo de violencia, mil 054 de ellas mujeres, en las que más del 80% fue de carácter psicológico. En referencia a su estado civil, 41% casadas, 23% madres solteras, 21% viven en unión libre y el resto son solteras, divorciadas o viudas. 59.1% de ellas cuentan con un trabajo remunerado.

El enemigo en casa

“Mi mamá limpiaba casas y se iba muy temprano, nos dejaba encerrados a mis hermanos y a mí y le dejaba la llave a una vecina, era común que yo despertara mientras el esposo de esa señora me acariciaba, yo tenía solo 5 años, ¿cómo iba a saber que eso no estaba bien? Pasó mucho tiempo antes de que tomara conciencia de que eso era un tipo de abuso, estaba yo muy chiquita y jamás se lo había contado a nadie, era algo que intenté borrar, pero que ahí estaba, haciéndome daño”.

“Mariana”, a sus 63 años, abre por primera vez esta experiencia que la marcó por años, la culpa de “haber permitido” ese abuso la puso en una situación vulnerable para que la violencia sexual fuera parte de todas sus relaciones, las que vive con sometimiento y miedo. Mariana descartó denunciar. “No puedo, ¿cómo voy a decirle eso a un desconocido? ¡me da vergüenza! Además, ¿ya para qué?”.

La estadística

Si bien las estadísticas sobre violencia de género en contra de las mujeres proporcionan un panorama sobre el cuál se desarrollan programas asistenciales y de prevención, son en realidad una pálida idea de lo que ocurre realmente puertas adentro de los hogares.

Patricia Aragón, Coordinadora de la Unidad de Psicología Forense de la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género y a la Familia (FEM), enciende una alerta respecto a estos números: “Hay un dato al que llamamos en criminología la cifra negra, que representa todos los actos delictivos que no son reportados ante el Ministerio Público o que no son objeto de una averiguación previa y por tanto no figuran en ninguna estadística y de acuerdo con la cuál, de cada 10 delitos, aproximadamente solo uno se denuncia”.

La cifra negra en el estado de Chihuahua en 2022 corresponde al 92.3% de delitos cometidos en los cuales no hubo denuncia o no se inició una Carpeta de Investigación (Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, Envipe, 2022. Inegi).

La Envipe 2022 estima que en Chihuahua únicamente se denunció el 10.7% de los delitos, de estos, el Ministerio Público o Fiscalía Estatal inició una Carpeta de Investigación solo en 71.8% de los casos, es decir que se inició una Carpeta de Investigación apenas en el 7.7% de los casos.

La misma fuente estima que, en 2021, en el estado de Chihuahua, entre las razones de las víctimas para no denunciar delitos ante las autoridades destacan que se considera una pérdida de tiempo con 26.5% y desconfianza en la autoridad con 13.7%, así mismo revela que de quienes sí denuncian, el 52% son hombres y 48% mujeres.

Pero las razones de la cifra negra en los casos de violencia de género van mucho más allá: “Las mujeres guardan silencio por cultura, porque así han sido educadas; viven en un ciclo de violencia donde no se alcanzan a percibir como víctimas, no ven la magnitud, usan frases como: ‘si nada más me gritó’, ‘al cabo no se ve el moretón’, ‘esta vez no me dio tan feo’, ‘a mi vecina le pegan más’, ‘por lo menos no me falta la comida, ni tengo que trabajar’, ‘si lo denuncio me mata’, ‘qué van a decir de mí, si soy licenciada’, entre otras que muestran que no se reconocen como víctimas. Hay casos de mujeres que tienen hasta nueve denuncias y no les dan seguimiento, solo piden órdenes de alejamiento”, acota Patricia Aragón.

Círculo del silencio

Se estima que pueden pasar hasta ocho años antes de que una mujer víctima de violencia familiar se atreva a hablar de la agresión, durante ese tiempo de impunidad, el agresor puede escalar la violencia y llegar a resultados fatales.

Estudios del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México han documentado casos de mujeres violentadas de manera continua por hasta 11 años antes solicitar ayuda psicológica, en cuyo caso la mayoría de ellas solo busca ser escuchada y rara vez llega a denunciar.

El círculo del silencio no proviene solo de la víctima, familiares, amistades y vecinos, también lo guardan, argumentando que: “son cosas de pareja”, “la familia es primero”, “son asuntos privados”, “es mejor no meterse, porque luego se arreglan y queda uno mal”, como las más comunes.

“Tenía tres años y mi mamá contrató a alguien para que me tomara las clásicas fotos de bebé, no recuerdo por qué comencé a llorar antes de las tomas, la reacción de ella fue darme un par de bofetadas, que provocaron más llanto, a lo que siguió una serie de golpes, hasta que comprendí que debía guardar silencio para detenerla, cada vez que miro esa fotografía me duele ver mi rostro lleno de tristeza, con los ojos y las mejillas hinchadas. Ella usaba castigos inquisidores con todos, pero contra mí eran más frecuentes, ¿cómo pensar en denunciar la violencia que viví? ¡Era mi mamá!”.

“Norma”, 60 años, fue sometida a fuertes castigos físicos a manos de su madre durante toda su infancia, al convertirse en adolescente y después adulta, estos se volvieron psicológicos. “Siempre esperé una palabra de cariño de mi mamá, ella ya murió y eso nunca llegó. Su muerte me enojó, le invertí toda la vida y nunca conseguí que me viera con cariño. Jamás me atreví a decirlo, ahora que lo hago, me siento liberada”.

¿Dónde estamos? [2]

Si tomamos como ejemplo en el Segundo Informe Casa Amiga Esther Chávez Cano, Impacto Social de la Violencia Contra las Mujeres, en que se hace referencia a un total de 2 mil 031 personas (95% mujeres) atendidas en 2021, en que el 51% fueron de violencia familiar, el 12% duelo/depresión, 10% a violencia sexual y el resto a otros tipos de agresión o la víctima prefiere no referir la causa y aplicamos a estos la regla de la cifra negra, podríamos hablar entonces de que en Ciudad Juárez, durante 2021, un promedio de 20 mil 310 personas debieron haber solicitado ayuda en ese centro.

O si el dato a comparar fuera el de la Radiografía Socioeconómica, hablaríamos de que 74 mil 260 mujeres debieron haber denunciado las violencias ejercidas sobre ellas y al menos 13 mil 910 menores de edad estarían buscando justicia.

“La violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones más generalizadas de los derechos humanos en el mundo. Se producen muchos casos cada día en todos los rincones del planeta. Este tipo de violencia tiene graves consecuencias físicas, económicas y psicológicas sobre las mujeres y las niñas, tanto a corto como a largo plazo, al impedirles participar plenamente y en pie de igualdad en la sociedad. La magnitud de este impacto, tanto en la vida de las personas y familias como de la sociedad en su conjunto, es inmensa”2.

Mariana: “Pensé varias veces con terminar mi vida, me sentía inútil y culpable. Creía que merecía todo lo que me ha pasado. Escribir sobre mí ha sido quizá lo más difícil de empezar a hacer, pero una vez que me atreví, me vi de manera diferente. Es como si las cosas tomaran su lugar, donde sé que he sido una víctima y que puedo romper ese ciclo. Me siento fuerte, adolorida y sanando, pero fuerte, con nuevas ganas de vivir y salir de ese hoyo negro en que muchas mujeres vivimos desde pequeñas. Sueño con que todas las que hemos vivido alguna forma de violencia, podamos romper el silencio y denunciar. ¡Atrevernos a ser libres!”.


[1] Los nombres de las víctimas de violencia han sido protegidos

[2] Fuente: www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/faqs/types-of-violence

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