Ciudad Juárez. - Por años las ferias del país han tenido el reconocimiento de las personas por sus expositores, sin embargo, es uno solo quien logra resaltar con su peculiar estilo de venta.

Cobertores, cobijas, edredones y cojines son parte de la gran gama de productos que los vendedores ofrecen a sus clientes con la intención de que estos mismos no pasen frío a la hora de dormir en la temporada de invierno.

"¿Le damos una? ¡No! Mejor dos o quiere los tres, ándele pues, mejor todo por mil pesos… Me agarraron de buenas y porque ya casi nos vamos, llévense todo por 600 pesos, Mira jefe, mire dama, ¿No le gustan? Se los cambio y para los niños los superhéroes y si hay niñas, pues las princesas, si se lo llevan ahorita le regalo los cojines, más barato ni en abonos", son solo algunas de las frases que sin detenerse el merolico puede gritar a los espectadores.

La experiencia se adquiere con la práctica, hasta el momento no hay cursos para ser un subastero de cobijas por lo que los interesados en ser parte del equipo deben observar, escuchar e iniciar, así lo explicó Eliseo Antonio de la Cruz, originario de Tlaxcala, quien junto a sus compañeros hay recopilado vivencias por más de 20 años.

Hasta el momento no se ha tenido la oportunidad de escuchar a una mujer ‘subastera’ pues al ser un trabajo que constantemente se cuenta en rotación los mismos caballeros prefieren mantener en un lugar fijo a sus esposas, madres e hijas salvaguardándolas de algún percance que se pudiera presentar durante los traslados.

Invitando a no dejar morir esta cultura popular, misma que logra hacer llegar los recursos económicos a cada una de las familias de los gritones de cobertores es que se exhorta a comprar sus productos pues aseguran que son de buena calidad a precios de fábrica.

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