Ciudad Juárez.- La suspensión de citas para atender solicitudes de asilo debido al avance del coronavirus Covid-19, ha causado en los migrantes que se encuentran en el albergue El Buen Samaritano depresión y sentimiento de desesperanza, comentó el pastor Juan Fierro García, director del refugio.

“Claro que se ven tristes, muy desesperados y muchos de ellos en una severa depresión, porque no solamente creen que sus casos se pierdan, con la suspensión de las citas, sino que el encierro y no tener forma de hacerse de sus propios recursos, pues sin duda los deprime”, indicó.

El religiosos señala que antes de que se suspendieran la mayoría de las actividades en la ciudad, poco más der 30 migrantes trabajaban, ahora solo siete de ellos conservan sus empleos. Además, las salidas están restringidas.

“A muchos los distraía el poder salir a trabajar y hacerse de sus recursos, pero ahora no es posible. La salida se restringe a una comisión de ellos para que vayan y cobren envíos de dinero o compren comida que nosotros no tenemos en el albergue, pero solo van una vez por semana, los que fueron seleccionados y el resto aquí se la pasa todo el día, entonces por eso muchos están deprimidos, se la pasan acostados, si mucho salen al patio un rato y nada más, no pueden hacer otra cosa”, refirió el pastor

Néstor Hernández, migrante originario de Cuba, dijo que ha acudido a cuatro citas, con tres jueces diferentes. La última cita estaba programada para este mes, pero tendrá que esperar que la reprogramen ante la emergencia sanitaria que frenó la mayoría de los procesos migratorios en Estados Unidos. Su quinta y última audiencia será el próximo 4 de noviembre.

“Estoy aquí en México desde hace más de un año, ya he tenido cuatro citas con distintos jueces de migración, ahora me dieron para el próximo 4 de noviembre y la verdad es una situación muy difícil. Estoy solo aquí, extraño a mi familia y aunque veo muy difícil lograr el asilo, es lo que más deseo, así que tendré que esperar casi a finales del año para que me den una respuesta”, contó Néstor.

En su travesía, desde que salió de Cuba y llegó a México, ha invertido poco más de siete mil dólares, puesto que primero llegó a Panamá donde se refugió por algunos meses y luego vino su viaje hasta esta frontera.

En esa misma situación están los casi 100 migrantes que se refugian en el albergue El Buen Samaritano, es decir, llevan más de un año, han tenido varias citas el gobierno estadounidense pero no les ha resuelto su petición.

Néstor señaló que con base en la experiencia de otros compatriotas, las posibilidades de lograr el refugió descendieron a menos del 1 por ciento, desde que se canceló el programa “Pies secos, Pies mojados”, por parte del entonces presidente Obama y con la políticas antiinmigrantes del actual gobierno, casi no hay esperanzas, no obstante la situación en Cuba es tan severa, que vale la pena esperar y arriesgar.

De no lograr el asilo en el vecino país, Néstor, al igual que más de 5 mil cubanos, se quedará en México para encontrar aquí las oportunidades de desarrollo que en su nación nunca les ofrecerán.

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