Ciudad Juárez.- En los próximos días el Heroico Cuerpo de Bomberos de esta fronteriza Ciudad Juárez dará inicio a su tradicional colecta de juguetes para los niños y niñas en situaciones vulnerables. Detrás de ellos existe una historia, una historia con un casi un siglo de trascendencia y que no hubiera sido posible sin el buen corazón de Leonardo Solís Barraza: el primer Santa Bombero.
Ese que parece cuento, pero no lo es, tuvo su origen a finales de 1939, rumbo a Navidad. Fue en esa época cuando al entonces jefe del Departamento de Bomberos se les acercó un niño de escasos recursos para pedirle un juguete. Solís Barraza cumplió con creces, no solo a él, sino a muchos más infantes.
Se le unieron muchos, empezando por sus mismos hombres, mismos que eran considerados cono excelentes en su trabajo, no por su jefe sino por sus compañeros de profesión del otro lado del Río Bravo en El Paso Texas. A ellos también se les sumaron empleados municipales y los civiles, todos con la intención de darle un presente a cuantos niños fuera posible. El esfuerzo y el altruismo alcanzaron para recolectar 300 juguetes que fueron entregados el 24 de diciembre.
“Chief” Solís como le decían los vecinos, o “Jefe” para sus elementos, se vistió de rojo inspirado en Santa Claus. Sin embargo, no llevó trineo, no negó la cruz de su parroquia y se trepó en un camión de bomberos. La historia del comandante de los tragafuegos se vuelve todavía más destacable por el hecho de que, como muchos otros personajes ilustres de esta comunidad, el no nació en Juárez, no nació juarenses… Se hizo juarense.
El jefe nació en Parral en el ya lejano 1904, pero llegó a vivir a estas tierras cuando tenía apenas siete años. Trabajó en la industria del algodón, que para aquellas épocas era mucho más grande que la de hoy en día. Arribó a la comandancia y la ocupó por 50 años, participando en un número de misiones que se ha perdido con el paso del tiempo, pero que se estima supera los 10 mil incendios sofocados.
Bajo su comando también quedó el testimonio de la infraestructura. Era el dirigente del cuerpo más noble de todos cuando se edificó la Estación Central de Bomberos. Esto hasta que décadas más tarde la movieran a la calle Malecón.
Colgó la careta en 1985, no sin dejar de ponerle atención y sin dejar de asesorar a quienes se quedaron en la labor. La vida le fue casi eterna, por que dejó este mundo un 24 de marzo de 2005 a los 100 años de edad.
Su aportación y su idea de transformarse en el Papá Noel, esa si fue eterna. Se volvió toda una tradición y un evento por demás esperado año con año. Las filas son interminables y las bicicletas siguen siendo los más buscadas y más solicitadas por los niños.
Si cambió una cosa: ya no son 300 juguetes, son decenas de miles, 40 mil bolsas si tomamos los números del año pasado.
“Si yo tuviera cinco hombres de los que tú tienes, apagaría los incendios de todo El Paso y los dos valles”, le decía el comandante Farr, jefe del Departamento de Bomberos de El Paso en 1963, después de terminar un simulacro.