Ciudad Juárez.- En Juárez se estima que existen alrededor de 400 yonkes afiliados a la Unión de Yonkeros y otros 300 que operan de manera independiente. Actualmente, todos realizan sus actividades sin regulación alguna. Por ello, la Comisión de Ecología y Protección Civil, junto con las direcciones homónimas, trabajan en la creación de un reglamento específico para regular esta industria, históricamente presente en la ciudad, pero hasta ahora sin un marco normativo claro que delimite sus funciones, obligaciones y límites.
César Díaz Gutiérrez, director de Ecología del municipio, informó que se han iniciado mesas de trabajo con diversos actores del sector para definir las bases del nuevo reglamento. Según explicó, se tienen previstas fechas tentativas para continuar con estas reuniones, siendo junio un punto clave para avanzar en el proceso.
“El tema de los yonkes lleva mucho tiempo en la ciudad. Es una problemática normativa porque muchos negocios operan bajo el principio de que ‘lo que no está prohibido, está permitido’. Existen zonas que originalmente eran ejidales, pero que hoy están rodeadas por áreas urbanizadas, y algunos propietarios siguen escudándose en su estatus ejidal cuando les conviene”, señaló el funcionario.
Uno de los desafíos para la autoridad municipal es que, aunque la Unión de Yonkeros agrupa a cerca de 400 negocios, se estima que al menos otros 300 operan de manera independiente, sin pertenecer a ninguna asociación formal, lo que dificulta la supervisión y regulación equitativa del sector. Según datos históricos, hace unos 15 años se tenía un padrón de aproximadamente 900 yonkes en Juárez.
Díaz Gutiérrez destacó la necesidad urgente de contar con un reglamento que defina claramente los giros permitidos para estos establecimientos, ya que muchos operan como recicladoras, centros de acopio, puntos de venta de autopartes o incluso realizan actividades como la quema de metales, todo sin una normatividad que especifique sus alcances y límites.
Asimismo, el director de Ecología agregó que un aspecto fundamental del nuevo reglamento será el componente ambiental. Para operar legalmente, los yonkes deberán cumplir con criterios ecológicos estrictos, incluyendo el manejo adecuado de residuos peligrosos y no peligrosos, la prohibición de quemas a cielo abierto, la impermeabilización de suelos y la gestión responsable de aceites y otros materiales contaminantes.
“Ecología tendrá que establecer puntos clave, como dictámenes de impacto ambiental y documentos previos que son necesarios para iniciar cualquier negocio. También debe considerarse la licencia de uso de suelo, porque no todos estos negocios están en zonas adecuadas”, explicó Díaz.
La expectativa es que el reglamento pueda estar listo antes de que termine el año, dependiendo del avance en las mesas de trabajo y de la voluntad política de los actores involucrados. “Siento que hay oportunidad de lograrlo en ese plazo”, concluyó.
La regidora Gloria Mirazo, integrante de la Comisión de Ecología y Protección Civil, informó que a partir de junio se instalarán mesas de trabajo con la participación de dependencias relacionadas con la problemática de los yonkes, como Protección Civil, Ecología, Seguridad Vial y Desarrollo Urbano.
“Desde la Comisión de Ecología estamos organizando mesas de trabajo que comenzarán a mediados de junio. El objetivo es establecer un reglamento específico para regular la operación de los yonkeros, formalizando su actividad, ordenando su funcionamiento y asegurando que estén debidamente registrados, ya que muchos operan sin estar incluidos en un padrón oficial”, explicó Mirazo.
Mirazo señaló que esta iniciativa surge a raíz de múltiples quejas ciudadanas sobre el funcionamiento irregular de los yonkes, muchos de los cuales carecen de instalaciones adecuadas y terminan invadiendo espacios públicos.
Agregó que la creación de este reglamento contribuirá a mejorar el orden en estos espacios y a prevenir incidentes como incendios, que suelen ocurrir en lugares sin regulación adecuada.
“En algunos casos, los supuestos yonkes acumulan todo tipo de objetos, no solo autopartes, lo que aumenta el riesgo de incendios”, concluyó la regidora.