Plasmando historias en Horizontes de Color
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El paisaje de Juárez está lleno de colores, personas y culturas. Plasmar en murales sus virtudes, interacción y resiliencia, uniendo a la comunidad, fue el propósito de Horizontes de Color.

Para recuperar la frontera es importante resignificar colectivamente los espacios públicos y motivar la convivencia, esa fue la premisa del programa que sumó los esfuerzos de Fundación del Empresariado Chihuahuense (Fechac), el programa Comex “Por un México Bien Hecho” y el Colectivo Tomate. En septiembre de 2023 dio inicio este proyecto socio-artístico que transformó la barda perimetral del aeropuerto de Juárez, un contorno que abarca a las colonias Campestre Virreyes y José Martí.

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En septiembre de 2023 dio inicio este proyecto socio-artístico que transformó la barda perimetral del aeropuerto de Juárez | Antonio Calleja

Caminar por las calles Camilo Cienfuegos y Melchor Portocarrero, ahora nos cuentan las historias de su gente: los paracaidistas, las mujeres tejiendo, el agua, el dolor, el miedo, la alegría, las escuelas, los muertos, la vida… cada pincelada que dio origen a estos 53 murales refleja la conexión entre artistas, organizaciones y ciudadanos.

Este programa fue creado dentro del marco del Modelo Integral para el Desarrollo Social (Midas) de Fechac. Adrián Escobedo, coordinador de Campo de Horizontes de Color, comparte cómo la inmersión en estas colonias permitió ir conociendo las necesidades, las anécdotas, las problemáticas que los vecinos tienen en el sector.

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Tomates en acción

El contacto se fue “tejiendo” casa por casa, “así comenzamos a conocer a estas dos colonias, a partir de ahí, de algunos intereses, algunos gustos, comenzamos a planear los diferentes talleres”, apunta Escobedo.

Entre los cursos que se impartieron estuvieron: Sintiendo A través del Arte, Teatro Participativo, Educación no Violenta, entre otros. “Con estos talleres buscábamos ver qué es lo que la gente quería que se pintara en sus colonias. Un proyecto comunitario, al fin de cuentas, es unir a la comunidad”.

“Es muy gratificante, porque la comunidad logra identificar a otros actores claves que ya han participado, se unen, se saludan para resolver ciertas problemáticas {…} buscábamos que se unieran, darles las herramientas y que ellos pudieran gestionar recursos para resolver problemáticas durante los 10 meses que estuvimos”.

Lograr la participación de vecinos fue parte de la confianza ganada día con día, tal como considera el coordinador del programa, “la gente se fue sumando poco a poco”, llegó un punto en que decían: “ahí andan los Tomates” y comenzaban a sumarse a los talleres y actividades.

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Cada pincelada que dio origen a estos 53 murales refleja la conexión entre artistas, organizaciones y ciudadanos | Antonio Calleja

En los 10 meses del programa se lograron hacer 20 talleres socio-artísticos, varias reuniones vecinales, sesiones para activación comunitaria, juegos cooperativos y caminatas, entre otras actividades en conjunto.

La integración de personas de todas las edades se dio de manera natural, “nos dimos cuenta de que las abuelas cuidaban a sus nietos y nietas {…} así que las invitábamos a jugar”. Escobedo considera que la otra interacción muy importante fue la de los artistas con los vecinos.

Pintar historias

“En la calle María Bucareli empezaron a pintar los artistas y se acercan las madres de unos chicos que estaban pintados (se alcanzaban a ver ya muy leve). Ellas les platicaron que en los años de la violencia (la Guerra contra el Narco) –a nuestros hijos los mataron–. Dos artistas hicieron un boceto y plasmaron las siluetas de cuatro jóvenes en la barda, entonces las madres se sumaron y terminaron de pintar el muro”. El coordinador considera que fue parte de su duelo ayudar a concluir la barda y sumarse, “es un ejemplo de cuando la gente hace conexión con el arte y externa algo”.

El proyecto de 53 murales tuvo tres etapas para lograr las obras en una superficie de 6 mil 900 m2. “Se iban sumando, ya en la tercera etapa teníamos a muchísima gente”.

El Colectivo Tomate es una organización civil que hace proyectos socio-artísticos y se encarga de implementarlos. “Tenemos diferentes proyectos en varios estados de la república, como Chihuahua, Puebla, México, Oaxaca, Veracruz…”, (son 25 estados en total) y explica que facilitan procesos de encuentro para fortalecer la confianza colectiva. Para Horizontes de Color se abrió la convocatoria a artistas locales y nacionales, siendo seleccionados 25. Hasta enero de este año el colectivo tenía mil 718 murales en el país.

Entre los artistas juarenses destacan: Deko (colectivo), La Homs (Angélica Luna), Laura Meneses, Cisforscorpio (Marisol C), Tala (Joel Talavera) y WAN (Juan Ontiveros). También la chihuahuense Yanely Saray, además de Media Lima, Mitthu, El Pon, Zed, Karla Peregrina, Miranda Varo, Tovart, Meat, Pío Diego, Bicho, entre otros talentos.

El arte de conectar

“Construyendo una Comunidad”, “Somos Hechos de Historias” y “Memorias Florales” son las obras de colaboración entre Deko y Yanely Saray, sobre esta última Benito Mendoza, Deko Uno, uno de los muralistas nacionales más destacados, nos comparte la importancia de resaltar la fuerza de las mujeres que tratan de sacar a sus familias adelante, “a muchas de ellas les gustaban las flores, toda esa parte viva de la naturaleza y querían ver a su barrio más vivo”. Otro de los aspectos que destaca de este mural es que tiene elementos arriba de la pared, que lo complementan, al estar colgados en la malla ciclónica superior, como colibrís y mariposas.

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“A muchas de ellas les gustaban las flores, toda esa parte viva de la naturaleza y querían ver a su barrio más vivo”: Deko Uno | Antonio Calleja

La convivencia en la colonia se dio de forma muy natural, “la gente de Juárez somos muy cálidos,- siempre había una muestra de agradecimiento, una invitación a comer, a tomar agua {…} fue importante que los artistas de otras partes vieran y sintieran eso”. Estos proyectos “cambian entornos y la forma de vivir de las personas, con un poco de color en las calles cambia hasta la forma de sentir en un momento”.

La Homs, sin duda, fue una de las artistas más productivas de este proyecto. En su Instagram podemos ver muchos de los momentos de convivencia y trabajo en las colonias. Ella recuerda que en la primera etapa, su principal interacción fue con niños y niñas, “cuando me veían llegar a pintar ellos se acercaban”, la ayudaban a pintar, “me aceptaban como parte de su entorno”. El invierno hizo difícil esa primera etapa, “eran bardas muy grandes, era condiciones difíciles, empecé a trabajar en noviembre y estaba frío, el horario no nos ayudaba mucho, pero también el hecho de saber que era algo comunitario era una motivación extra”. Al igual que Deko Uno, resaltó la calidez de las personas que le llevaban agua, fruta, lo que podían.

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“Luz de Noche”, obra de la Homs | Antonio Calleja

Una de las obras destacables de La Homs es la de “Paracaídas”, donde se muestra el origen de la colonia: los migrantes mexicanos caen del cielo como paracaidistas para forjar su comunidad, “nos platicaron cómo venían a buscar un futuro mejor, con ganas de salir adelante, de trabajar, de forjar un patrimonio. Toda la lucha que tuvieron que hacer para asentarse en Juárez”.

“Tejiendo el Camino” fue la primera obra que terminó, las vecinas le compartieron que durante la pandemia, un grupo de tejido les permitió sobrellevar este momento, “en esa búsqueda de también ellas unirse, se comienzan a juntar una vez a la semana a tejer”. Las mujeres la invitaron a sus casas a estar en estas reuniones, esto se sumó a las anécdotas de conseguir los servicios básicos en esa tierra, antes despoblada. La construcción de la primera escuela, estas historias se tejen a pinceladas en este mural. Angélica Luna (La Homs) también hizo los murales “Luz de Noche”, “Semillas” y “¡Suban, Aquí Cabemos Todxs!”, en colaboración con Tala.

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Tejiendo el Camino” fue la primera obra que terminó la Homs, vecinas le compartieron que durante la pandemia, un grupo de tejido les permitió sobrellevar este momento | Antonio Calleja

En estas colonias el maltrato animal es una realidad, las bardas vacías con perros o gatos muertos son algo evidente. En el mural de “Semillas”, las tumbas de algunos canes son incluidos como reflejo del cementerio urbano que representa el lugar, expresiones e ideas que fueron también compartidas por los vecinos. Fue tanta la interacción con artistas y residentes, que como describe Homs: “estuve en las tres etapas, te puedo decir que hubo un gran cambio, en la última ya pertenecíamos a las colonias”. Reconoce que un proyecto artístico-social como este es mucho más enriquecedor que estar en el estudio, “aprendemos mucho de las demás personas y eso es lo más importante”.

Juan Ontiveros (WAN) realizó “Guardianes y Guardianas de la Noche” y “Manos que Cuidan”, recopila los relatos de los vecinos cuando vigilaban y resguardaban sus calles, con bastones y linternas. Las guardianas caminan con lobos, trabajando en manada para cuidar a los suyos. Mientras, en su segundo mural, los gallos, esas “mascotas urbanas” que persisten en las colonias, son los protagonistas, haciendo también un recordatorio a evitar el maltrato animal, “es una invitación a que traten bien a las mascotas”.

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“¡Suban, Aquí Cabemos Todxs!”, en colaboración con Tala | Antonio Calleja
“Lo que hicimos nosotros sí generó un impacto {…} ya corresponde a los vecinos seguir cuidando su lugar”, agrega WAN.

“El arte y la conexión con la comunidad cambia vidas”, así lo define Adrián Escobedo. Es tarea de todos conocer estas obras urbanas, cuidar de ellas y fomentar proyectos como el que Fechac, Comex, Colectivo Tomate y los vecinos de Campestre Virreyes y José Martí han logrado.

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Fue tanta la interacción con artistas y residentes, que como describe Homs: “estuve en las tres etapas, te puedo decir que hubo un gran cambio, en la última ya pertenecíamos a las colonias” | Antonio Calleja
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