Ciudad Juárez.- Poeta, músico y difusor de la cultura rarámuri, Erasmo Palma fue uno de los artistas más representativos de Chihuahua a nivel mundial, pues dejó un legado musical importante para el estado y las culturas indígenas de México; su rostro fue plasmado en un mural hecho por dos artistas locales en las paredes del Parque Central.

Palma nació en Basigochi, municipio de Guachochi, Chihuahua, el 10 de agosto de 1928. Desde pequeño aprendió a tocar la guitarra, el violín y diversos instrumentos de viento. A sus 20 años se convirtió en compositor de canciones y escribió cuentos. En 1975 fundó el coro de niñas del internado de Nagorachi. También fue guía de jóvenes rarámuris, pues dio clases de canto y danza.

Imagen
Cortesía

Presentó sus obras en diversas partes de México y del mundo. Espacios como el Palacio de Bellas Artes, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Festival de la Calle Noventa y Dos en Nueva York se deleitaron con el misticismo y composiciones de origen ancestral que le valieron para obtener premios como la Medalla al Mérito Cultural “Víctor Hugo Rascón Banda” y nombrado Creador Emérito por el Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (Fonca).

La esencia de la Sierra de Chihuahua
Xitlhali Treviño y Carolina Hernández fueron las artistas encargadas de hacer el mural de 6 metros de largo por 4 de alto, en el primer piso de las oficinas de la Subsecretaría de Desarrollo Social. La obra resalta el paisaje de la Sierra de Chihuahua, la música y el hikuri o peyote, planta preciada y utilizada en rituales por la comunidad rarámuri.

“Quisimos representar los elementos característicos del lugar donde hizo su obra. Las notas musicales de inmediato resaltan en el mural. Por lo que más ha sido reconocido fue por su música; todo esto está envolviendo su rostro”, comentó Carolina.

Imagen
Cortesía

Xitlhali Treviño explicó el rostro que plasmaron fue de una de las fotografías más conocidas del compositor. Agregó que no encontraron suficientes ejemplos sobre sus obras, sin embargo, eso no impidió que realizaran con apoyo de la Secretaría de Cultura a través de la Subsecretaría de Cultura Zona Norte, en un homenaje para el compositor que murió en 2016.

“Me gustó mucho que desarrolláramos el mural aquí porque es algo representativo, tal vez en un lugar chiquito de la ciudad o escondido, pero que para mí significó mucho darles ese pequeño reconocimiento por medio del arte: este mural es para ustedes”, expresó Carolina, recién egresada de la licenciatura en Artes Visuales por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).

Treviño, quien ha colaborado en distintos proyectos colectivos para hacer murales, explicó que la obra estuvo lista en tres días, con jornadas de 10:00 am a 6:00 pm. Utilizaron pintura acrílica, brochas y pinceles para dar detalles, especialmente en el rostro del músico que conquistó las montañas y cuya vida quedó plasmada en el corto-documental El Ladrón de Violines del cineasta juarense Ángel Estrada.

Inmersas en la comunidad
Las artistas acordaron impartir talleres de pintura mural a niños de la colonia rarámuri antes de iniciar con el trabajo sobre Erasmo Palma. Los cursos los desarrollaron durante siete sábados y los niños eligieron qué pintar en la fachada de una vivienda.

“Nosotros pensamos que íbamos a batallar en eso pero no, los niños fueron muy unidos. Yo siento que uno es quien no se acerca, pero ellos son muy abiertos, luego, luego quieren conocer, platican…”, comentó Xitlhali Treviño, técnica en Artes Plásticas, egresada de la primera generación del Centro Municipal de las Artes (CMA).

Ambas artistas coincidieron en que el acercamiento con los niños funcionó para desarrollar el trabajo con fluidez. Además, les sirvió para comprender su visión del mundo, intereses y aficiones que no distan mucho del resto de los ciudadanos, pero que aún conservan el misticismo que envuelve las montañas.

Publicidad
Enlaces patrocinados