Ciudad Juárez.- Las altas temperaturas y la escasez de humedales debido al cambio climático han afectado la movilidad de las aves que solían visitar regiones de México. Por ello, el lago y el arbolado del Parque Central sirven de hospedaje para diversas especies migratorias que transitan del norte al sur, o viceversa, en busca de climas aptos para su reproducción.
Dos veces al año se conmemora el Día Mundial de las Aves Migratorias: el segundo sábado de mayo, en la temporada de verano, y el segundo sábado de octubre, en la temporada de invierno. Por lo tanto, hoy, 10 de mayo de 2025, se celebra esta fecha como parte de una campaña para concienciar sobre la necesidad de conservar y proteger a las aves migratorias y sus hábitats.
Ramón Isaac Miramontes Cinco, biólogo y becario del departamento de Fauna del Parque Central, compartió en entrevista con Netnoticias que la próxima temporada en la que será más notable la observación de aves en tránsito será de junio a agosto.
“Acaba de pasar el invierno y estamos en primavera, por lo que está cambiando la composición de la biofauna en las áreas urbanas y naturales de Ciudad Juárez. Algunos de los cambios más significativos son que las aves de invierno, como gansos, patos y cisnes, regresan al norte del continente, y llegan otras especies, como los chipes migratorios y pequeños parúlidos. Ya se empiezan a ver en el parque y son comunes en esta temporada”, explicó.

Entre los ejemplares observados recientemente se encuentran setophagas de diferentes especies, como la Setophaga petechia o chipe amarillo, así como pequeñas garcitas y falaropos, que no son frecuentes en invierno.
Beneficios que ofrece el hospedaje
Frente a la crisis climática y de agua, los cuerpos de agua en áreas naturales son escasos o están sobreexplotados por la ganadería, la agricultura o la minería, lo que lleva a las aves a ocupar espacios urbanos donde encuentran humedales y condiciones adecuadas para descansar y continuar su viaje, contextualizó Miramontes Cinco.
“El Parque Central ofrece un cuerpo de agua permanente y recursos que las aves aprovechan en su viaje, lo que también ha permitido que se reproduzcan aquí”, detalló.

Entre las especies que han elegido aparearse e incubar en los espacios del parque, ubicado en esta frontera, se encuentran:
- Pato mexicano
- Monjita americana
- Gallareta
- Ganso común
- Ganso canadiense
El caso del pato mexicano es relevante, ya que está catalogado como especie en peligro en la Norma Oficial Mexicana (NOM) 059-SEMARNAT-2010. Su reproducción en dos ocasiones dentro del parque posiciona a este lugar como un área clave para su conservación.
Actualmente, hay más de 20 polluelos de diferentes especies que nacieron en el parque, y se espera la eclosión de más ejemplares debido a la presencia de varios nidos.


Desde el Polo Norte
Algunas aves que eligen el Parque Central como área de descanso durante su migración provienen de lugares tan remotos como el Polo Norte. Entre ellas están especies que se reproducen en el norte de Estados Unidos y el sur de Canadá, así como el ganso de Ross, que se reproduce en el círculo polar ártico.
Cuidado responsable del visitante
Ante esta situación, el área de Fauna del parque inició en febrero de 2024 un programa permanente de monitoreo de especies, completando un censo detallado que registra el número de aves, el nombre de la especie y la fecha de observación. Esta información ha generado una base de datos compartida con la academia, como el laboratorio de Ecología y Biodiversidad Animal de la UACJ, y plataformas de ciencia ciudadana.

“Contamos con bases de datos extensas sobre todas las aves del parque. Todas se censan, y también realizamos proyectos de restauración y mejoramiento del hábitat. Designamos áreas exclusivas para el descanso de las aves, libres del paso de visitantes, para evitar que las molesten, les den comida o se estresen”, detalló el biólogo.
Los visitantes del parque deben considerar las siguientes medidas para respetar a las especies y contribuir a su conservación:
- Observar desde lejos, utilizando la cámara del celular o binoculares.
- Mantener una distancia respetuosa, ya que las aves eligen el parque para descansar.
- No alimentarlas, ya que alimentos como cheetos, pan, tortillas o maíz quebrado pueden llenarlas, pero no les aportan nutrientes.
“Limitamos la alimentación de las aves, ya que hacerlo interrumpe sus movimientos migratorios y altera su ciclo natural. Al fomentar una interacción respetuosa, protegemos sus ciclos biológicos y garantizamos nuestra seguridad, pues algunas aves en temporada reproductiva pueden ser agresivas o portar enfermedades transmisibles a humanos o mascotas”, explicó el entrevistado.

Un efecto negativo observado en aves alimentadas por visitantes es el síndrome conocido como “ala de ángel”, en el que el ala del ave aparece levantada y fuera de su posición natural, lo que indica una fractura que le impide continuar su migración debido al consumo de alimentos no nutritivos.
Esta fecha también se conoce como el “Global Big Day”, en el que se organizan paseos y caminatas para observar aves en espacios naturales cercanos a las comunidades. Durante estas actividades, se comparte información sobre las especies encontradas, sus características y datos relevantes para su conservación.
Si quieres conocer más sobre los ejemplares observables en la región, se pueden seguir las redes sociales del Programa de Aves Urbanas (PAU) de Chihuahua, que comparte información recurrente para mantener informada a la comunidad, promover la divulgación científica y fomentar el interés por la preservación de los entornos naturales.
