Ciudad Juárez.– Los obispos de Juárez y El Paso concelebraron hoy la misa por el primer aniversario de la muerte de 40 personas migrantes en el Centro de Detención del Instituto Nacional de Migración (INM), aprovecharon para pedir no solo por los que murieron, sino también por aquellos que siguen intentando llegar a Estados Unidos.

José Guadalupe Torres Campos, obispo de Ciudad Juárez, dijo que ha pasado casi un año, desde aquel evento y es importante pedir que haya paz y justicia.

Además, instó a acudir a las autoridades para saber cómo van con los pendientes, especialmente en un momento crítico donde las personas en movilidad están una vez más en el borde del río, esperando cruzar.

“Las condiciones son tristes y deplorables. Llegan, quieren pasar, se entregan y reciben maltratos, bloqueos, muros. Se topan con ese muro físico, pero también de espíritu y corazón. Es triste verlos. El llamado es a los dos países, a las autoridades, pero también a las iglesias y a las sociedades, a una respuesta de fraternidad, para que en cada país recibamos a los migrantes, hay que recibir y acoger a nuestros hermanos migrantes con respeto por su dignidad”, expuso el jerarca católico en Juárez.

Mark Seitz, obispo de El Paso, lamentó el sufrimiento de las personas en movilidad ante la imposibilidad de avanzar en su camino hacia Estados Unidos. Se encuentran atrapados, sin opciones, antes de cruzar el río y no pueden pedir asilo ni trabajo.

El reverendo también se refirió a la Ley SB4 en el estado de Texas, que busca criminalizar la migración. “Estoy muy preocupado por esta ley. En Texas, el gobierno siempre está tratando de hacer un esfuerzo para buscar seguridad para ellos y sus familias como un crimen. Es terrible. Si cualquier persona, incluidos los funcionarios electos, estuvieran en una situación similar, sin duda harían lo mismo que ellos (los migrantes) que están huyendo hacia nuestra frontera”, expuso el obispo paseño.

El religioso paseño dijo que es terrible cuando la población no empatiza con las personas que están sufriendo.

“A veces no tenemos buenas respuestas, pero si comenzamos desde ese punto, podemos empezar a construir una respuesta que respete su dignidad. Estoy seguro de que podemos hacer algo bueno, porque ellos están listos para trabajar, no quieren todo gratis, quieren trabajar para sus familias, solo necesitan un lugar donde puedan encontrar esta posibilidad”.
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