
Ciudad Juárez.- El retrato de espaldas de un pequeño niño adorna un muro blanco de aproximadamente tres metros de altura. La pintura cuenta el momento en que William se despedía de México, un niño de siete años originario de Guatemala que llegó a Juárez junto con su familia, quienes cruzaron el cauce del río Bravo para entregarse a las autoridades estadunidenses para pedir asilo, mientras que el menor se quedó de este lado de la frontera debido a la fuerza de la corriente. Al quedarse solo fue resguardado por las autoridades mexicanas que ocho meses después lograron reunirlo con sus seres queridos.

En 2024 de reportaron 92 mil 139 niños, niñas y adolescentes (NNA) migrantes viajando solos en la frontera norte de México en su colindancia con la frontera suroeste de los Estados Unidos (EU), en donde se encuentra incluida la región de El Paso, Texas, que es conocida como una comunidad binacional con Ciudad Juárez; ante la situación, las instituciones mexicanas responsables de garantizar el interés superior de NNA trabajan por la reunificación de los menores migrantes con sus familias.
La cifra corresponde a los datos oficiales publicados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) en los últimos dos años fiscales para definir el periodo del año 2024. Las autoridades mexicanas, puntualmente la Subprocuraduría de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes a través del área de comunicación social del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Estatal, informó que en el mismo periodo atendió a 5 mil 312 NNA no acompañados.
Los casos que predominan son connacionales, con 4 mil 776 NNA mexicanos que fueron repatriados; la nacionalidad que ocupa el segundo lugar en incidencias de menores viajando no acompañados por México es Guatemala con 371 casos; Honduras, 60 casos; El Salvador con 40 casos; Venezuela, 25 casos; Ecuador, 21 NNA; mientras que Colombia, Nicaragua, Estados Unidos, Argentina, República Dominicana, Chad, Perú y Panamá presentaron seis o menos casos.
“De este total, (los mexicanos) fueron entregados a su familia, ya sea en Juárez o el interior del país. En el caso de los extranjeros, igual, fueron entregados con su familia en México, en su país o bien en un tercer país; actualmente hay 32 casos vigentes del 2024 que están esperando ser reunificados en México y en un tercer país”, precisó el DIF Estatal.

El promedio de edades que la Subprocuraduría reporta entre los NNA atendidos se encuentra que, de 0 a 11 años fue el cinco por ciento; y de 12 a 17 años, el 95 por ciento de la población referida para su resguardo.
Derechos de la niñez y adolescencia migrante
México forma parte de tratados internacionales por los que sus leyes y reglamentos de derechos humanos, migración, refugiados, protección y asilo político establecen que hay medidas especiales para garantizar los derechos humanos de la niñez migrante, siempre priorizando el interés superior del menor.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, define que los niños o niñas son personas menores de 18 años, excepto en los casos que las leyes nacionales establezcan antes la mayoría de edad; se encuentran en contexto de “no acompañados” cuando han quedado separados de ambos padres y otros parientes y no están al cuidado de un adulto que, por ley o por costumbre, es responsable de hacerlo.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) señala que los principales motivos por los cuales los menores dejan sus países de origen se encuentran la pobreza, las catástrofes naturales, la desintegración o la violencia familiar, la falta de protección, el miedo a ser objeto de reclutamiento por grupos armados, la explotación laboral o la violación a sus derechos humanos.
Una publicación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), detalla que los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes migrantes están protegidos en la Convención sobre los Derechos del Niño, entre los que se encuentran: la igualdad y la no discriminación; el interés superior del menor; el derecho a expresar su opinión y ser escuchados; tienen derecho a solicitar asilo y refugio en los Estados receptores de su tránsito.
La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes resalta las medidas especiales de protección. Durante el proceso administrativo migratorio podrá prevalecer la unidad familiar o en su caso la reunificación familiar, siempre y cuando ésta no sea contraria al interés superior de la niñez.
Las autoridades competentes, para resolver sobre la reunificación familiar, deben tomar en cuenta la opinión de niñas, niños y adolescentes migrantes, así como todos los elementos que resulten necesarios para tal efecto. En el proceso de garantizar la protección integral de los derechos, los Sistemas Nacional, Estatales y Municipales DIF, deben contar con espacios de alojamiento o albergues para recibir a niñas, niños y adolescentes migrantes.
La atención y el proceso
El mural con el retrato de Willian se encuentra en el patio interior del centro de asistencia social “México Mi Hogar” el cual está a cargo del DIF Juárez que, al cierre del mes de enero contaba con una población de 26 menores de edad los cuales recibió en coordinación con la Subprocuraduría y el DIF Estatal.

Este último cuenta con dos albergues ubicados en esta frontera, el “Noemí Álvarez Quillay” que recibe a niños, niñas y adolescentes migrantes nacionales, con una ocupación de 15 usuarios; así como la “Casa del Menor Migrante”, en donde se atiende a NNA extranjeros y al corte del 28 de enero contaba con una población de 21 menores.

Con el objetivo de conocer el proceso de atención que se brinda a esta población, este medio visitó el centro “México Mi Hogar” y en entrevista con Mónica Murillo González, directora de Derechos de NNA del DIF Municipal, exploró los espacios comunes y de esparcimiento.
Detalló que en el periodo del 2024 recibieron a 58 NNA, 37 hombres y 21 mujeres, los cuales, todos han pasado por el proceso de reunificación con sus familias en EU, debido a que para ser canalizados al albergue deben estar en contexto de poder ser reunificados con sus familiares.

En lo que va del 2025, se han completado 16 casos de reunificaciones que estaban pendientes desde el año pasado; en enero recibieron a 11 nuevos usuarios. El año anterior estuvo marcado por estancias prolongadas de hasta ocho meses de espera para que los procesos burocráticos se completaran y pudieran reunirse con sus familias, mientras que en 2023 los tiempos promedio eran de tres meses: se espera que el presente año vuelva a ser ágil para aminorar la estancia de transición.
“Es muy común que vengan acompañados por sus hermanamos menores; ellos nos comentan que (sus familias) los mandan con ‘guías’ mujeres, y manifiestan que al llegar a México no las vuelven a ver, pues son abandonados. Es común que los envíen los abuelos o uno de los padres para que se reúnan con papá o mamá en Estados Unidos”, dijo Murillo González de lo que viven los NNA antes de ser resguardados por la Subprocuraduría.
Al llegar a las instalaciones acceden a una valoración de su salud física y mental; tienen una entrevista con el personal de trabajo social, la nutrióloga para que compartan cuáles son sus gustos y la comida que tradicionalmente comían en sus casas para acercarles los sabores y guisados que les hagan sentir en casa, así como en un espacio seguro.

Como el objetivo final es que las infancias y adolescencias puedan volver a estar con sus familias conforme a sus derechos humanos, el proceso de estancia en el centro México Mi Hogar cumple una función de acompañamiento psicoemocional, de salud, esparcimiento y formación para la vida con el desarrollo de actividades que les den independencia, como el ordenar sus habitaciones y participar ocasionalmente en alistar los ingredientes para que la cocinera prepare sus alimentos.
“Llegan a la defensiva, porque es otro país, otras personas, otros espacios; para nosotros es muy importante su salud emocional y que se sientan en casa. Toman clases de computación en el CIA dos veces por semana, salen a actividades recreativas, y porque ellos lo han pedido, van a misa una vez al mes”, explicó la directora.
Para alcanzarles el bienestar físico y emocional, se recurre a la colaboración interinstitucional, canalizándoles a valoración con personal especializado cuando se detectan casos de violencia y abuso sexual en sus lugares de origen; mientras que los casos de abuso que hayan vivido en el trayecto se dan vista a la autoridades correspondientes.
Al estar bajo tutela del Estado, cuentan con cobertura médica en el Hospital Infantil de Especialidades (HIES) y a partir de los 16 años en el Hospital General; además de tener personal de salud, tanto médico y enfermera, al interior del albergue, así como medicamento que pueda ser requerido para atención primaria.

Murillo González planteó que como personal que acompaña la estancia y el desarrollo de los NNA han detectado que entre las principales preocupaciones de los menores está el poder llegar a EU para trabajar, sin embargo, buscan orientarlos para que aspiren a la formación educativa que les pueda abrir el panorama de oportunidades y mejores opciones laborales para así apoyar a sus familias, que es uno de sus más grandes anhelos.
Conforme a sus derechos humanos, los NNA se mantienen en comunicación con su papá, mamá, familiares o tutores a través de videollamada para brindar certeza de que se encuentran bien y en proceso de reunificación.
Al haber vivido circunstancias complejas por las que tuvieron que salir de sus lugares de origen, más el trayecto para llegar hasta esta frontera, los servicios que se les otorgan a los niños, niñas y adolescentes en el albergue México Mi Hogar les permiten una atención integral que al salir para reunirse con sus padres o familiares les permite estar mejor que cuando ingresaron, aseguró la directora de Derechos Humanos de NNA.
