Natalia González: Vivir por la cultura
Foto: Yvoné Vidaña

Ciudad Juárez.– Cuando su mamá se casó tuvo que mudarse por el trabajo de su papá, de esta frontera a la Ciudad de México, donde nacieron ella y sus dos hermanos, pero al cumplir los tres años, sobreviene el divorcio y regresa a asentarse a la que desde entonces es su querida tierra, Ciudad Juárez.

Sus bisabuelos tenían una librería, “Publicaciones Juárez”, que se localizaba frente al edificio de Correos, en el centro de la ciudad, así que su niñez transcurrió entre discos, libros y todo aquello que una papelería alberga. Su abuela fue una de las fundadoras de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) y si a eso le sumamos a su tía Libertad, dueña del segundo teatro construido en la ciudad sobre la Av. Lerdo, sitio que también fungía como academia de música, pues entonces agregaremos once pianos a la vida cultural de Natalia.

“Mis grandes recuerdos de infancia son los pianos de mi tía y el tren. Yo tocaba el piano, pero sin público, me gustaba, ¡imagina que mi mamá dio su primer concierto a los tres años! Y como mi papá trabajaba en el ferrocarril, pues en vacaciones viajábamos con él en ese medio de transporte, de ahí que me gusta tan to viajar. Siempre estuve en clases extra curriculares, así que me acostumbré a tener muchas actividades y súmale que estudié en la Primaria María Martínez, crecí con una educación rígida y con muy buenos modales”.
“Quería ser maestra de Educación Física, pero aquí no había esa carrera, además de que me enteré que no era bien pagada, así que desistí. Estudié un año en el Community College en El Paso, pero como no soy ciudadana, no pude seguir”.

“Un día vi anunciada la carrera de Administración de Empresas en la UACJ y me inscribí. Al principio no me gustó, aun así continué y terminó encantándome, posteriormente hice una maestría en Mercadotecnia, lo que me dio muchas herramientas para lo que seguiría después”.

“La culminación de mis estudios coincidió con la llegada de la primera franquicia a Juárez, McDonald’s, se abrieron plazas gerenciales y una amiga y yo fuimos, cuando llegamos estaban ya ocupadas, de todas maneras apliqué y terminó abriéndose un espacio y me enviaron a Tijuana a entrenamiento, así que en mi primer empleo me tocó ser gerente, ahí estuve dos años. Mi plan era aprender en una empresa externa para volver a la librería con mi mamá, las franquicias te en señan mucho, sobre todo en materia de servicio al cliente”.

“Cuando al fin regresé a la librería, se dio el boom de la fotocopia que nos llevó a la quiebra, las ventas bajaron en un 70%, era 2004 y la ‘cultura de las copias’ lastimó fuertemente la compra de libros y tuvimos que cerrar, te nía 28 años. Tuve que buscar empleo y llegué a la Fundación Comunitaria Frontera Norte, cuyo bazar comunitario se financia a través de la venta de donaciones”.

En la llamada guerra contra el narco, Natalia sufre de varias pérdidas, hechos de violencia y una cantidad impresionante de asaltos y confiesa que vivía con mucho miedo, lo que la tenía paralizada, fue entonces que recibe la invitación para trabajar en la Cdmx en el Conapred, Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, que es un organismo federal descentralizado que busca contribuir al desarrollo cultural y social de nuestro país mediante la inclusión social y la garantía del derecho a la igualdad, mismo que acepta. En este empleo tuvo la oportunidad de viajar a Ginebra, Suiza, como parte del equipo mexicano para hablar sobre el racismo en México, ese viaje le abrió los ojos al tema de los Derechos Humanos y comprende que hay una gran deuda al respecto en el país.

“En Conapred me tocó abrir la Coordinación para Promover la Igualdad y la No Discriminación en Espacios Culturales, estuve allá siete años, hasta que la salud de mi mamá me hizo regresar. Durante ese tiempo hice muchos contactos y mediante ellos he traído eventos de gran importancia a Juárez, como la exposición ExpoMandela, memoria y tolerancia, la de caras de la discriminación, una de obra de Dalí, prestada por el Museo Soumaya y otra de fotografía de Frida Hartz, entre otras”.

“Cuando regresé me costó mu cho trabajo reintegrarme, comencé con un empleo de medio tiempo en el Patronato Amigos del Museo, luego trabajé en la Subsecretaria de Cultura Zona Norte, donde tuve la coordinación de tres Ferias del Libro, para las que conseguí donaciones de libros del área de documentación de la Conapred. El libro nunca me ha abandonado”.

“Estuve también en la Comisión Fílmica y posteriormente en el mu seo del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, INBAL, que es un espacio muy especial, ya que en el país hay únicamente 18 museos en esa red y solo tres de ellos están fuera de la Cdmx, el nuestro es uno de ellos. Ahí estuve coordinando el área de Promoción y Difusión por seis años, organizaba eventos, actividades y buscaba donativos. Hoy soy directora del Patronato Amigos del Museo Hacia Una Nueva Imagen A.C., que es una organización civil creada hace ya 25 años, para la obtención de recursos que generen eventos en el Museo de la Revolución en la Frontera, MUREF, mismo que a partir de 2024 se abre a apoyar a otros museos y tenemos, para este 2025, el proyecto de la creación de la Coordinación Red de Museos y Centros Culturales de Ciudad Juárez”.

Cuando quiero ahondar en el tema de la cultura en Ciudad Juárez, Natalia recapacita: “Saber leer es una habilidad que desperdiciamos. Hay muy pocas librerías en Juárez, porque la gente no lee, en esta frontera cuesta mucho trabajo la cultura: hay una gran agenda cultural, en su mayoría gratuita y poca gente acude”.

“Por ejemplo, tengo 23 años como maestra de administración, liderazgo y relaciones públicas, cada semestre le pido a los chicos que traigan a clase un libro y buscan pretextos para no leerlo, cuando vencen esa resistencia y lo leen ¡les gusta!, pero cuando vuelvo a tener los en otro semestre, no han vuelto a acercarse a un libro, de igual manera, van a cursos, les gusta, pero no vuelven a inscribirse”.

“A mí, la cultura me ha hecho mucho bien, por eso quiero que la ciudad consuma cultura. ¡Aquí los museos son gratuitos! La historia de la ciudad me reconcilió con ella y quiero que los juarenses se sientan orgullosos de su historia, de sus artistas. Si no conocen su cultura, no pueden querer su cuidad y querer a Juárez es desear hacer algo por él. Creo que la ciudad se merece todo, ese todo son las grandes exposiciones, grandes conciertos, las grandes películas, en verdad, debemos saber que nos lo merecemos”.

“En esta frontera hay muchos talentos que no hemos explorado, debemos aprender a hacerlo. Me gustaría poder conseguir recursos para apoyar a todo ese talento creativo en espacios diversos, para que el acceso a la cultura sea más fácil de acceder y vivirse”.

“Socialmente se cree que el arte no es para todos y tenemos que quitarnos el miedo de vivirlo, sin estrés, disfrutándolo; aquí tenemos varios espacios culturales, quienes los trabajamos, los disfrutamos, vemos la transformación de quien los visita, tras vivir una experiencia cultural o artística, salimos siendo otra persona, nos hace empáticos”.

“Vivimos en un lugar donde debemos luchar por nuestros derechos humanos, sin discriminación, se debe ofrecer cultura en braille, en lengua indígena, con intérpretes de lengua de señas y todas las opciones de accesibilidad”.

Y coincido plenamente con Natalia, conocer la historia y la cultura de nuestra ciudad, nos hace amarla, respetarla y desear que nos ocurran cosas mejores, ella hace su aportación desde su espacio, les invito a hacer la nuestra visitando los museos, los centros culturales y el centro histórico de esta maravillosa Ciudad Juárez, cuna de tanto, espacio de nuestro día a día.

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