
Ciudad Juárez.- La Casa del Migrante alberga actualmente a unas 40 personas de origen mexicano, colombiano, venezolano y ecuatoriano, todas en espera de que las políticas migratorias y de asilo político cambien en el vecino país.
Francisco Bueno, director de la Casa del Migrante, recordó que al iniciar el 2025 había alrededor de 180 personas en este albergue dependiente de la diócesis de Ciudad Juárez. Sin embargo, a partir del 20 de enero, fecha en que se produjo el cambio de gobierno en Estados Unidos y la llegada de Donald Trump a la presidencia, todo se detuvo.
“A partir del 20 de enero, con el cambio de gobierno en Estados Unidos, la puerta se cerró literalmente. No hay posibilidad de asilo político. Muchas personas buscan una vida plena porque no pueden regresar a sus lugares de origen. Algunos se desplazaron o se mantienen al interior del país, pero la mayoría regresó a su país”, dijo.
De acuerdo con el sacerdote, la información obtenida en reuniones con autoridades de ambos países indica que la situación no cambiará en el corto plazo.
“A nosotros, como siempre, nos pone en una situación de mucho estrés, en el sentido de cómo le digo a una niña de siete años cuándo podrá salir de la Casa del Migrante. Su mamá le dice que cuando puedan cruzar a Estados Unidos se irán, y ya llevan seis u ocho meses aquí. Los niños quieren jugar, quieren volver a estar con sus familias, abuelos, tíos, primos, y no lo pueden hacer. Es el sentirnos impedidos para dar respuestas, más allá de la esperanza, de que se mantengan firmes, de que la fe sea el motor de sus vidas. Ellos también requieren una respuesta concreta que nosotros, como institución, no podemos otorgar”, expresó.
El padre Bueno aseguró que esta situación no es exclusiva de la Casa del Migrante, sino que afecta a todos los albergues en la zona norte y en el resto del país.