La basura electrónica puede ser un concepto nuevo para muchos, pero ha cobrado relevancia en los últimos años porque está más cerca de lo que quisiéramos de cualquier persona. En la actualidad, en ningún hogar falta el cable roto de un cargador, una pila inflada de un celular o una grabadora ochentera con la que no sabemos qué hacer.

Porque la cultura del reciclaje lo exige y el medio ambiente lo necesita, la recolección de basura electrónica y tecnológica se hace cada vez más necesaria.

Luego de la certificación adquirida por la implementación de la norma ISO 2000-1:2018 el año pasado, hay un apartado de responsabilidad social que exhorta la Universidad Tecnológica Paso del Norte (UTPN) a conducir a sus estudiantes hacia aprendizajes ecológicos.

De esta manera, la UTPN ha implementado un programa para llevar a sus alumnos a desarrollar una consciencia de cuidado del medio ambiente a través de tres ejes.

El primero de ellos se ejecuta a través de un programa permanente de recolección de desechos electrónicos que ha impactado no únicamente a los miembros de la comunidad universitaria, sino también en la colonia Anapra y Lomas de Poleo, al norponiente de la ciudad, que es donde se ubica la escuela.

Recolectores con causa

Es lunes cerca del mediodía, Brenda Facio, acompañada de Melisa y Ana, todas estudiantes de la licenciatura Administración, Gestión y Evaluación de Negocios en la institución, se dirigen al pequeño módulo de dos por dos metros, lo abren y esperan la llegada de sus primeros recolectores.

Ellas son tres de los cinco responsables del programa de Recolección de Desechos Electrónicos de la UTPN, que permite a estudiantes y a la comunidad en general sacar de sus hogares aquellos aparatos tecnológicos, eléctricos y hasta electrodomésticos que no tienen uso, y que a la larga se podrían convertir en un foco de contaminación ambiental.

Aunque las jóvenes tienen a cambio horas de servicio social y desarrollan habilidades que su carrera exige, como control de los artículos, organización de inventarios, la administración de tabuladores, gestión de las horas, reportes diarios para el control, publicidad y hasta gestión de carteles; las estudiantes también se muestran genuinamente interesadas en el mayor beneficio del módulo: la conservación del medio ambiente.

“Uno cree que este tipo de actividades la gente no lo va a considerar, pero sí, en la casa tenemos muchas de estas cosas que contaminan el ambiente, es muy bonito ser parte de este proyecto. Yo quiero invitar a la comunidad universitaria”, dijo Brenda.

Para Ana, que gusta del cuidado del medio ambiente, administrar los artículos para el reciclaje ha sido un gran aprendizaje, “Yo dejaba las cosas tiradas, ahora me doy cuenta que me sirven para liberar servicio social”.

“Yo pensé que nada más eran celulares, cargadores y computadoras, me sorprendí la gran cantidad de cosas que caben dentro de este concepto, pensé en todas las cosas que hay en casa”, reconoce Melisa.

La primera en llegar al módulo ubicado al fondo de la universidad, a un costado de una hilera de cerrillos, es la maestra Julieta Corral, quien reconoce que su casa también funciona como un pequeño punto de recolección donde su familia sabe que puede llevar pilas y cables, entonces ella luego las lleva al módulo de la UTPN.

Las estudiantes explican que no solo ellas son beneficiarias de horas de servicio social, también los estudiantes recolectores, que pueden reunir hasta cien horas de servicio social por la basura electrónica que lleven al módulo, así, además de deshacerse de lo propio, se vuelven colectores en su entorno.

Los estudiantes empiezan a llegar y hacen un listado de sus artículos, pues este conteo se convierte en horas de servicio social según los números de un tabulador ya establecido. Las responsables revisan los artículos para realizar el canje y entregan un documento tipo baucher con las que obtienen las horas de servicio social.

Cuando el módulo ya está copado de basura electrónica, las responsables del módulo se encargan de la disposición gracias a un convenio con el municipio, los desechos se ponen en contenedores de la Dirección de Ecología, esta actividad también es parte de sus responsabilidades.

Ecotecnologías a la obra

El segundo de los ejes para desarrollar una conciencia de cuidado del medio ambiente entre los estudiantes incluye la instalación de una planta tratadora de aguas residuales con el objetivo de regar la flora existente en el campus, así como para desarrollar un plan de reforestación.

La infraestructura permitirá sembrar árboles frutales, como nogales y granados que embellecen el entorno de las instalaciones, que se ubican en una zona completamente desértica.

Para ello, el sistema de tratamiento tiene los accesorios necesarios para la distribución del líquido tratado lo que permitirá que llegue directamente a las zonas de riego, así como del espacio de reforestación.

El tercer eje incluye el manejo de energías limpias a través de dos sistemas de energía solar que permiten recibir los rayos del sol para transformarlos en energía eléctrica, y así alimentar las instalaciones de la universidad.

Esto permitirá a la UTPN, además de contribuir a cuidar el medio ambiente, a bajar los costos en el consumo de energía eléctrica.

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