Ciudad Juárez.- Bryan es un joven colombiano de 19 años que llegó hace unas semanas a esta frontera en busca de cruzar a los Estados Unidos para trabajar y enviar dinero a su familia, debido a las dificultades económicas que se viven en su país.

En entrevista para Netnoticias compartió que salió de su país junto a tres amigos, todos jóvenes en busca de oportunidades, debido a que en su lugar de origen eran pocas las posibilidades de tener un trabajo con un ingreso suficiente para darle a la familia lo necesario para una vida digna.

"Nosotros llegamos un domingo, al día siguiente nos consiguieron trabajo por medio de un compañero. Trabajamos solo tres días, desde entonces no hemos trabajo porque cerraron la bodega. Nos mantenemos aquí haciendo la aplicación (CBP-One para obtener una cita) y viendo a ver dónde nos conseguimos trabajo. Con otros compañeros salimos a jugar futbol a veces", dijo al explicar su cotidianidad.

Mencionó que en sus conversaciones con la familia sus hermanos y su madre le dicen que tenga paciencia, que no busque cruzar de forma ilegal y espere por una cita, para que no le vayan a retornar a su país y el refuerzo de llegar hasta aquí no haya valido la pena.

"Yo salgo ahorita en la mañanita a trabajar y ya regreso en la noche, estoy en construcción, un trabajo que nos dijo aquí un compañero hace una (...) Mas o menos ya sabía un poco de eso. El trato está bien", comentó Daurison Daniel, otro joven colombiano de 19 años quien salió solo en busca de llegar a Estados Unidos.

Los beneficios que ofrece el campamento, respecto a los albergues, de acuerdo con declaraciones de los propios migrantes son poder salir a trabajar y regresar a dormir a un sitio seguro, tener un alimento garantizado y hacer comunidad con los compañeros para cocinar por su cuenta, lo que les permite preparar arroz y tener así una comida que les recuerde "el sabor de hogar".

Nayerlin, una chica venezolana de 17 años dijo que se encuentra aquí junto con cinco integrantes de su familia, entre ellos su madre. Actualmente trabaja en una tienda de ropa en el Centro en una jornada de seis horas diarias.

"Somos inmigrantes, es complicado tener un arriendo porque son muy caros, que nos pagan el trabajo lo usamos para comprar comida porque aquí tampoco contamos con el apoyo de que nos den comida, nada de eso (...) Nos vienen a dar comida, pero no una lo suficientemente grande y buena para mantenernos llenos, por eso estamos aquí", describió.

Mencionó que desafortunadamente en su país dejó de estudiar debido a que durante la pandemia las clases se impartían por internet y ella no contaba con acceso a estas tecnologías ni a dispositivos con conectividad.

"Quería estudiar patología, llegué a ese cuarto año de secundaria porque las cosas se pusieron rudas con los estudios también, yo no tenía los recursos para tener celular ni nada y tuve que dejar de estudiar", dijo la joven con el anhelo de poder llegar a EU para volver a la escuela y seguir trabajando.

En una la visita realizada al campamento temporal de migrantes instalado por el municipio y el Instituto Nacional de Migración (INM) que se encuentra en un predio entre la calle Moctezuma y David Herrera Jordán, se pudo observar poca actividad, al menos 10 casas de campaña y varios ocupantes al interior de la carpa que cuenta con climatización.

La dirección de Derechos Humanos del Municipio informó que este día cuentan con una ocupación de 100 personas, continuando con un flujo que cambia diariamente.

Publicidad
Enlaces patrocinados