Ciudad Juárez.– La madrugada de este miércoles un incendio en la colonia Ampliación Felipe Ángeles cobró la vida de Ángel, un joven conocido por sus vecinos como “Saladino”. El fuego consumió por completo su vivienda, dejándolo atrapado sin posibilidad de escape.

Según el reporte de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, el siniestro ocurrió alrededor de la 1:30 de la mañana en el cruce de Arroyo del Muerto y Caballo. Vecinos intentaron ayudar y llamaron a las autoridades al notar las llamas, pero cuando los bomberos lograron sofocar el fuego, el cuerpo de "Saladino" ya estaba calcinado.

Una historia marcada por la tragedia

Los vecinos recuerdan que "Saladino" llevaba una vida difícil. Su familia fue víctima de una masacre en mayo de 2020 ocurrido en la misma casa donde murió, cuando sujetos entraron y dispararon en contra de cuatro mujeres y dos hombres. En esa masacre, cinco personas perdieron la vida, incluyendo su madre, su padrastro y algunos hermanos; solo una niña sobrevivió.

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Con el tiempo, "Saladino" intentó salir adelante a pesar del trauma. Vecinos lo describieron como un joven educado, respetuoso y con estudios universitarios. Algunas personas del vecindario le ofrecían comida y lo recuerdan como alguien amable, sin problemas con nadie.

Las circunstancias de su muerte

Vecinos comentaron que la casa no tenía electricidad y que el joven solía encender veladoras para iluminarse, lo que podría haber provocado el incendio. Peritos investigan si el fuego pudo haber sido intencional.

Una vecina comentó que Saladino le mencionó que debía pagar una deuda de 14 mil pesos y no sabía cómo haría para conseguir el dinero. “¿Cómo voy a pagar eso?”, le dijo en su última conversación.

“No le debía nada a nadie”.

Saladino también había compartido con algunos conocidos que enfrentaba discriminación por su orientación sexual. “Mi sexualidad, como yo soy, muchos no me quieren por ser así, pero yo no le debo nada a nadie”, les decía.

Las personas que convivieron con él lamentan su partida. “Para mí fue un buen muchacho, ni malas palabras decía. Es triste porque si él no tenía a nadie, ahora menos”.

En el lugar del incendio quedó un perro, que era su única compañía.

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