Ciudad Juárez.- Las nubes que a penas cubrían pequeñas partes del cielo fueron las que causaron que el atardecer del lunes se volviera un bello espectáculo.

Al poniente, en combinación con la Sierra de Juárez, los últimos rayos del sol tomaban su característico tono naranja que se proyectó durante varios minutos sobre la nubosidad.

La gama de colores desde rojizos hasta rosados contrastaron con la penumbra de las montañas y lo gris del cielo al oriente.

Tanto amaneceres como atardeceres en el desierto tornan de manera constante un grado impresionante de óptica, tal como de una postal.

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