Home Office, el futuro del trabajo en casa
Foto: Cortesía | Freepik

Con la detección de los primeros casos de Covid-19 el año pasado en México, la principal recomendación de las autoridades de Salud de los tres niveles de gobierno fue “quedarse en casa” para evitar la propagación del virus que provoca la enfermedad, por lo que ciertas actividades productivas y de servicios se tuvieron que modificar.

Las empresas adecuaron sus espacios para mantener sana distancia entre los empleados, como la colocación de separaciones de acrílico, la reducción de los aforos en los centros de trabajo, horarios flexibles y el cambio al 100 por ciento al trabajo en casa también conocido como Home Office, con acuerdos entre patrón y trabajadores.

Aunque las actividades propias del Home Office surgieron en el primer semestre de 2020, en otros países ya era una realidad, sobre todo en los que integran la Unión Europea (UE), como Holanda, Bélgica, Suecia y Portugal, naciones desarrolladas económica y socialmente, con una regulación diferente en cada caso.

Las reglas en México

El valor del teletrabajo se acrecentó en México debido a la pandemia, sin embargo, esta modalidad ya tenía presencia en el país, sobre todo en la conocida Área Metropolitana (Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara) y las principales ciudades de los estados, apunta el economista Antonio Cabrera Rico.

La Ley General del Trabajo contemplaba, desde antes de la pandemia, algunos escenarios del teletrabajo, denominado como “Trabajo a domicilio” en el Capítulo XII del Título Sexto (Trabajos Especiales). Ahí se detalla qué se puede considerar como trabajo a domicilio y los convenios que deben establecer patrones y empleados.

Esta normatividad también especifica que el trabajo a domicilio es el que se realiza a distancia utilizando tecnologías de la información y comunicación, además, define que el trabajador a domicilio es la persona que trabaja personalmente o con la ayuda de miembros de la familia. Sin embargo, señala Cabrera, este marco normativo es ignorado u omitido por las empresas.

“En un inicio, este cambio se realizó de manera rápida y sin una base legal clara, lo cual en algunas ocasiones trajo consigo discrepancias entre patrones y empleados. Trabajadoras y trabajadores se vieron expuestos a jornadas laborales más largas que sus horarios habituales y las compañías vieron una reducción en la productividad”, señala Romina Muñoz de la firma legal BC&B.

Agregó que el fenómeno obligó a las autoridades, en este caso al Poder Legislativo, a poner sobre la mesa de análisis reformas a la ley y adecuarlas al escenario generado por la pandemia en México, con miras a que el teletrabajo sea una opción viable para las compañías y los empleados, basados en un marco legal específico.

Tras la discusión en el Senado, el 11 de enero de 2021 se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) las reformas a la ley, las cuales entraron en vigor un día después, sin embargo, su aplicación podría dilatarse hasta 18 meses, tiempo que tiene el Gobierno Federal para crear una nueva Norma Oficial Mexicana (NOM) que mandate las obligaciones.

Imagen
Cortesía

Productividad desde el hogar

Eduardo Ramos Morán, presidente en turno del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de Ciudad Juárez, señaló que la regulación en la materia trae certeza para las partes involucradas, con un contrato de por medio, además “el Home Office ayudó a que las personas siguieran siendo productivas desde sus casas, lo que generó cierta tranquilidad para el trabajador”.

El líder empresarial agregó que las reformas traen beneficios para los empleados, como que los patrones se encarguen de pagar proporcionalmente los servicios de Internet y energía eléctrica o entregar el equipo y material necesario para que las personas lleven a cabo sus actividades. “Lo vemos muy positivo, yo creo que estas leyes son muy buenas”, dijo.

Sin embargo, Ramos Morán reconoció que el Home Office no es una modalidad que aplique para todos los sectores como el industrial, de salud y el comercio, “incluso en el comercio electrónico, porque alguien tiene que despachar la mercancía a quien la compra o quien la vende”. En las actividades que sí se pueden desarrollar de forma remota, se debe aplicar con las condiciones establecidas en la ley, señaló.

‘Mi experiencia ha sido positiva’

Cecilia Guerrero empezó con el teletrabajo en mayo de 2020. A lo largo de los nueve meses, dice que el cambio ha sido para bien, pues logró controlar su alimentación y ahorró dinero que normalmente hubiera gastado en gasolina para trasladarse a la oficina, pero acepta que las fallas en las herramientas tecnológicas y algunos distractores afectaron su desempeño.

“Mi experiencia ha sido positiva porque me ha permitido tener control de otras cosas, por ejemplo, implica menos gasto de gasolina, gasto de comida en el exterior y a mí me permitió ordenar mi alimentación, bajar dos kilos por no comer fuera y comer mejor en casa”, dijo Cecilia, quien actualmente se desempeña en el área de comunicación de una empresa.

Comentó que en el verano del año pasado por la zona donde vive se registraron fallas en el servicio de energía eléctrica. “Se estuvo yendo la luz con mucha frecuencia, mucha, exagerada, por la carga de usuarios que tiene el sector… y desde octubre se ha agravado más el servicio intermitente de Internet… tengo que usar mis propios datos para trabajar, no es tan común, pero sí lo he requerido”.

Cecilia no descarta que cuando Ciudad Juárez avance al semáforo verde ella siga con su trabajo desde casa, ya que la empresa donde labora no tiene problemas en el cumplimiento de la legislación nacional y “no tendría que andar con prisas para llegar a algún lugar, pero sí me gustaría ir a la empresa para tener contacto social que es lo único que extraño”.

De 8 horas a ¡¿todo el día?!

La experiencia del trabajo en casa ha sido diferente para cada persona y ha provocado diversas sensaciones, señala la psicóloga Gabriela Saucedo. “El trasladarte de tu casa al trabajo ya era algo diferente, ibas escuchando música, llegabas y saludabas a todos… era una dinámica muy distinta. Ahora parece que te levantas y vas directo a la computadora”.

Saucedo agregó que en el caso de las mujeres el escenario se complica debido a que atienden otras responsabilidades y tienen que dar acompañamiento a los hijos: “se nos aumenta el trabajo que antes teníamos en un horario de ocho horas”. La carga de responsabilidades, considera la experta, puede generar estrés, trastornos del sueño y otras afectaciones físicas y emocionales en trabajadoras y trabajadores que se encuentran en casa.

La psicóloga lamentó que los horarios no se respeten con la modalidad a distancia: “son las 6:00 de la tarde, las 10:00 de la noche, las 12:00 y siguen contestando mensajes, mandando reportes y es como si nunca salieran. Las personas están trabajando más tiempo por el hecho de estar en casa y eso a las empresas les beneficia”.

Dijo que en su caso la mudanza a Home Office fue “rapidísima” para seguir brindando atención psicológica en línea. “La tecnología es una barrera para el contacto humano en la terapia, el proceso no es igual. En la psicología nos pone retos más altos, de entrar con esa empatía y con esa confianza que las personas necesitan, pero la computadora es fría, y si el paciente está expresando tristeza o desolación, no es igual entenderlo”.

Considera que el teletrabajo será para ella una buena opción aun cuando la sociedad regrese a la normalidad, porque le permitirá conectarse con las personas sin importar el lugar donde se encuentren, aunque para eso la mayoría deberá tener la posibilidad de acceder a una computadora e Internet y le permita continuar sus actividades.

Imagen
Cortesía | Freepik

Opción a futuro

Eduardo Ramos dijo que esta primera experiencia en el Home Office trajo aprendizajes para los diversos sectores económicos y la necesidad de buscar capacitarse para el uso de tecnologías que permitan a los trabajadores dar resultados en cualquier circunstancia: “necesitamos adquirir habilidades que permitan ser igual de eficientes trabajando desde casa, a pesar de los distractores”.

Espera que las autoridades federales afinen los detalles como si el pago de la luz será deducible o si el servicio estará a nombre de la empresa, ya que todavía no se ha especificado, aunque insiste que el hecho de que se haya regulado el teletrabajo ya representa un avance que se consolidará en los siguientes años para beneficio de los trabajadores y empresas.

Publicidad
Enlaces patrocinados