Ciudad Juárez.- Continuar con su profesión o quedarse en casa cuidando de sus hijos es una de las decisiones más difíciles que deben de tomar las madres y padres de familia, pero cuando encuentran una guardería o estancia infantil que les brinda la tranquilidad de que sus niñas o niños estarán bien cuidados mientras reciben una alimentación balanceada, aprenden y se divierten, todo pareciera ser más sencillo.
Es el caso de decenas de madres que acuden diariamente a la guardería Gussi, que cuida diariamente a 83 menores desde las 7:00 de la mañana hasta las 5:30 de la tarde.
Esto se replica en las 28 guarderías adscritas al IMSS, que tienen una capacidad para 5 mil 708 infantes desde los 45 días de nacidos hasta los 4 años.
Para la psicológica Janai Martínez, quien funge como directora de esta institución, aún existe un gran estigma sobre los cuidados que reciben al interior de las guarderías. Genera que las madres de familia sientan culpa por dejarlos en estos lugares, pero cuando descubren la gran familia que son y el bien que les generan a los niños, se convierten en sus mejores aliados.
Martínez explica que, si una madre trabaja o no, no está relacionado con la atención y cuidados que les brindan a los menores, si no con la calidad del tiempo que les destinen.
“La mamá es la primera que se da el latigazo y lo vincula a que no tiene tanto tiempo, tenemos varias mamás que no vienen mucho porque los papás son los que los llevan y los traen, tenemos una mamá que trabaja en un banco, creo la he visto unas dos veces y su hijo es un superdotado, se trata de calidad y no de cantidad. Yo puedo estar con él 24 horas los siete días de la semana y no estar, pero puedo estar una hora y aprovecharla al máximo”, explicó la directora.
Aseguró que, si una madre es feliz, esto se nota en el desarrollo, crianza y comportamiento del menor, y trabajar en la carrera que decidieron estudiar porque las hace felices termina siendo también positivo para sus hijos.
Crecer juntos
“Nosotros debemos ser felices, si todos decidimos estudiar una carrera es porque amamos esa carrera y el que nosotros seamos felices, va hacer a nuestros hijos felices. Si yo como mamá busco un lugar de calidad es porque no los estamos dejando en la calle y también es muy respetable quien decide quedarse en casa (…) Una mamá exitosa no es la que gana más, si no la que hace lo que quiere hacer y está donde quiere estar”, dijo Martínez.
Janai señala que las actividades laborales que desarrollan las madres son también un orgullo para sus hijos, quienes las identifican con alguna profesión y durante las horas de clase suelen presumir en cuanto tienen oportunidad con sus compañeros.
“Para ellos es un orgullo el saber que su mamá contribuye en algo, es impresionante cómo al ver un logotipo, al ver una marca, ellos sienten cómo ese lugar es importante, porque su mamá está ahí haciendo algo importante”.
En el caso de los niños que tienen una rutina más larga al interior de estos centros, son los que tienen mayor desarrollo y en su mayoría son los que sus madres los llevan durante toda su jornada laboral, explica la psicóloga.
“El niño que tiene una jornada más completa, desarrolla más sus capacidades, porque completa más sus actividades pedagógicas, tiene más desarrollo con sus compañeros, pero yo creo que también hay una parte importante, porque ellos saben que su mamá y su papá están trabajando y que esto para ellos es su escuelita”.
"Los niños de mamás que tiene sus carreras y trabajan sí son más independientes, su autoestima es más alta, la forma en dialogar en comparación a los niños que vienen de casa".
Tania Nevarez, maestra de preescolar de la guardería Gussi
Una cadena de apoyo
Las guarderías se han convertido en un eslabón muy importante para la cadena de apoyo entre mujeres, ya que permiten que cada vez más profesionistas puedan seguirse desarrollando.
Ana Elizabeth Romero, maestra de primaria, comentó que tener a su pequeña hija en esta guardería le ayuda a poder ser parte fundamental de la educación de decenas de niños.
“La guardería me da la tranquilidad de poderme ir a realizar mis labores y saber que mi hija está en buenas manos, los cuidados, la atención que le dan, la comida, porque sé que está siendo bien alimentada y nutrida”.
Aseguró que la decisión de continuar con su carrera o dedicarse de tiempo completo a su hija fue la más difícil que ha tomado hasta el momento. “Fue una decisión muy difícil porque era muy pequeña mi bebé y porque fue la única opción que tenía, no tenía otra opción, decidirlo o tener que hacerlo fue muy difícil, era cuidar a mi hija o continuar con mi carrera”, narró Romero.
La profesión de educar a los niños
Para la directora de Gussi, cuidar, educar y querer a los niños que llegan a esta guardería es un trabajo muy noble y complejo, pero lamentablemente no es muy bien retribuido por la sociedad, aun cuando los padres de familia les dejan a lo más valioso que tienen, sus hijos.
“Se ha estereotipado a las guarderías hasta este punto de juzgar socialmente a la mujer, esta labor es muy bonita y a veces, no es remunerada ni económicamente como debería, porque tenemos la joya más valorada de muchas mamás y papás, no nos están entregando un niño, nos están entregando una vida. A veces sí es socialmente mal visto, pero aquí hemos aprendido a querer a los niños que no son nuestros hijos y a preocuparnos con ellos aún fuera de las instalaciones”.
Las cuidadoras diariamente inician su labor desde antes de las 7:00 de la mañana para recibir a los menores, revisarlos minuciosamente en el filtro de entrada y dirigirlos al aseo que efectúan antes del desayuno, el cual se prepara por la cocinera, acompañada por una nutrióloga que planea los menús de los niños dependiendo de la edad.
Después del desayuno, inician con el lavado de dientes o encías, para dirigirse a los salones y realizar las actividades que previamente desarrollaron para ellos. En el caso de los más pequeños se preparan para sus siestas y los más grandes inician con su horario de clases.
La hora de la comida se vuelve una convivencia entre todos, ya que los niños pasan al comedor mientras las maestras les cantan, dan a conocer los alimentos y cuidan que tengan una alimentación completa.
El aseo es fundamental, por lo que al terminar de comer, regresan al sanitario para de nuevo hacer limpieza bucal y lavado de manos. Vuelven a los salones para continuar con sus actividades en las cuales descubren el mundo, aprenden a dar sus primeros pasos, dicen sus primeras palabras y generan vínculos de amistad y cariño con sus compañeros.
Tras la salida de los menores, las maestras continúan con sus labores desde casa preparándose para el día siguiente. La mayoría de ellas son madres de familia y atienden su hogar, donde incluso suelen recibir llamadas de las madres de familia por inquietudes que tienen o seguimientos que les brindan a los niños.
Optan profesionistas por la lactancia
La lactancia materna exclusiva (LME) es un tipo de alimentación que consiste en que el bebé solo reciba leche materna directo del seno de la madre y ningún otro alimento sólido o líquido a excepción de soluciones hidratantes, vitaminas, minerales o medicamentos.
Cada vez hay más conocimiento de la importancia y del vínculo que se genera con la leche materna, señala Martínez, por ello, de momento en el área de lactantes de la guardería, el 50 por ciento de los bebés tienen lactancia exclusiva como alimentación.
Actualmente, más madres trabajadoras buscan tener ese vínculo con sus hijos, aún sin importar sus jornadas laborales salen una hora de su centro de trabajo para acudir a amamantar a sus pequeños.
“Aquí en la guardería se les permite, si en el trabajo les dan su hora de lactancia, ellas pueden venir a darles. Tenemos personal en la guardería que están lactando, tenemos muchas mamás que han venido a lactar. La leche materna es algo que el Seguro Social también enfatiza muchísimo y aquí tenemos todas las pautas y la puerta abierta”, explicó Martínez.
Contó que las madres de familia que trabajan a pocos minutos de la institución, tanto en la Presidencia Municipal y el Hospital del Sol, acudían diariamente en su hora de lactancia para alimentar directamente a sus hijos.
La primera impresión
El vínculo afectivo entre las cuidadoras y los infantes es lo más importante desde el primer momento, gracias a esto los padres eligen la guardería.
Ana Janeth Villarreal Estrada, coordinadora de la guardería Gussi, dijo que el recibir a los padres de familia desde el primer momento de una manera cálida, facilita la decisión de realizar la inscripción o no.
“El trabajo de nosotros es hacer sentir a la mamá en casa, nosotros siempre les comentamos, esto es un trabajo en equipo, si trabajamos así podemos lograr un desarrollo en el bebé, esencial, primordial y muy educativo”, explicó Villarreal Estrada.
Con el paso del tiempo se genera un lazo afectivo, porque algunos niños pasan más tiempo en estas instituciones que en sus casas y sí se crea ese vínculo entre maestra y alumno.
“Ojalá se den el tiempo o la oportunidad de conocer una guardería, como en todos los casos los comentarios a veces son positivos o negativos, pero yo creo que hay que vivir la experiencia, darse la oportunidad de conocer. Aquí estamos claros, nuestro trabajo es cuidar a los menores, pero también se vuelven parte de nuestra vida, ya sabemos por qué lloran, quiénes son los papás de quién, hay niños que llegan desde los 45 días y se van hasta a los cuatro años, si no fuera bueno no tuviéramos tantos niños”, puntualizó la coordinadora.
Mejora la autoestima de los infantes
Los niños que se encuentran inscritos en las guarderías del IMSS deben iniciar su educación desde los tres años de edad con el primer grado de preescolar, por lo cual, también cuentan en cada una con educadoras.
Tania Nevarez, maestra de preescolar de la guardería Gussi, explicó que los niños que tienen madres trabajadoras son más independientes y van más avanzados en su educación.
“Los niños que están con mamá en casa les falta independencia, las actividades básicas, como ir al baño, bajarse solitos el pantalón, lavarse las manos, los dientes; no las saben hacer, no se compara a los infantes, pero los niños de madres trabajadoras son más independientes en esos rubros”.
El último año de guardería sirve para que los menores se preparen para salir de este tipo de instituciones e integrarse al Jardín de Niños, esta independencia ayuda que el proceso sea más fácil.
“Creo que, como mamás, nosotras necesitamos más a nuestros hijos que ellos a nosotras, porque en cuanto entran a la guardería ellos se vuelven independientes”, manifestó Nevarez.
La educadora, quien diariamente convive con más de una veintena de niños, aseguró que estos también suelen tener una autoestima más alta y se integran con rapidez a los diversos entornos.
“Los niños de mamás que tiene sus carreras y trabajan sí son más independientes, su autoestima es más alta, la forma en dialogar en comparación a los niños que vienen de casa, los cuales tardan en incorporarse a las dinámicas y tardan hasta un mes para conseguir amigos”.
Las guarderías se han convertido en el aliado fundamental para que las mujeres puedan seguir con sus profesiones, desarrollarse y con ello aportar en gran medida a la economía de sus hogares. Dan con ello una mejor calidad de vida a sus hijos y demuestran que no hay impedimento para que puedan ser madres trabajadoras.
