
Ciudad Juárez.- La Unión de Funerarios de Ciudad Juárez, a través de su presidente Marcelo Ruiz, reconoció que existe la posibilidad de que varios de sus integrantes hayan sido engañados por el crematorio “Plenitud”, al entregar cenizas que podrían no corresponder a los cuerpos solicitados por las familias.
En una nueva declaración pública, el líder del gremio afirmó que entregarán toda la documentación disponible para demostrar si el proceso fue concluido de manera adecuada o si hubo irregularidades.
Ruiz explicó que el procedimiento por parte de las funerarias termina cuando se entrega al crematorio la documentación legal del cuerpo y se reciben las cenizas para dar a los deudos.
“Vamos a mostrar si recibimos las cenizas, las entregamos a los familiares, y si el cuerpo aún está ahí, entonces fuimos engañados y así lo vamos a denunciar ante la autoridad”, afirmó.
La Unión señaló que asumirá una responsabilidad moral ante las familias, aunque aclaró que no existe un mecanismo técnico que permita verificar que unas cenizas pertenecen a una persona específica.
En cuanto a los gastos derivados del escándalo, el presidente dijo que será la autoridad quien determine si corresponde algún tipo de compensación. Sin embargo, reiteró que pondrán toda la información sobre la mesa, pues su compromiso es con la transparencia y con las familias afectadas. Hasta el momento, la unión ha logrado identificar entre tres y cuatro funerarias que colaboraron con el crematorio, pero todavía no tienen la lista completa, ya que los servicios se prestaron en distintos periodos.
Ruiz recordó que “Plenitud” ha sido operado durante más de 25 años por la familia Arellano Cuarón, quienes han cambiado dos veces de ubicación y que los permisos del crematorio eran oficiales, otorgados por la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coespris) y Ecología estatal.
“Nosotros lo conocíamos solo como ‘Plenitud’, así aparece en los registros y boletas de asentamiento. La información no estaba oculta; el Registro Civil puede confirmar fácilmente qué funerarias tramitaron cremaciones con ellos”, explicó.
También dejó claro que la Unión no responsabiliza directamente a las autoridades por lo ocurrido, aunque pidió un mayor control sobre este tipo de servicios. “Los permisos los otorgan las dependencias, pero no existe ninguna corporación pública que dé seguimiento puntual a cada cremación. La responsabilidad es del particular que opera el crematorio”, dijo. Además, aclaró que las funerarias no tienen acceso a las instalaciones de incineración, ya que representan un foco de infección y solo el personal autorizado puede operar dentro.
Recordó que este no es el primer caso; durante la pandemia, en ese mismo crematorio, se encontraron decenas de cuerpos sin procesar, aunque en aquel entonces la situación se resolvió con una sanción y reapertura posterior. “Lo inédito no es el hallazgo en sí, sino la magnitud. Hoy tenemos que asumir una responsabilidad moral colectiva y levantar la mano si fuimos parte del proceso. No nos vamos a deslindar”, concluyó.