Ciudad Juárez.- Alrededor de 150 migrantes pasaron la noche en el bordo del Río Bravo, encendiendo fogatas con llantas y otros materiales para mitigar el frío. Durante la madrugada, algunos fueron dispersados por personal del Instituto Nacional de Migración (INM) y elementos de la Guardia Nacional y un helicóptero de Estados Unidos mientras que otros cruzaron la cerca para entregarse a las autoridades estadunidenses.
José Alberto, un migrante de Colombia, relató que el grupo atravesó el Río Bravo, que lleva una altura superior a un metro, enfrentando las corrientes para llegar a las mallas fronterizas. Poco a poco, las personas lograron ingresar al territorio estadunidense, pero cerca de 20 migrantes permanecen en el lugar, entre ellos familias con niños, que no pudieron avanzar debido a las condiciones peligrosas.
José Alberto, quien llegó antier a la ciudad viaja con una mujer hondureña y dos niñas menores, explicó que no lograron cruzar porque, frente a ellos, una joven quedó atrapada en la malla y se cortó la mano al intentar avanzar. El incidente provocó que muchas familias reconsideraran sus intentos ante el riesgo.
Las niñas, mojadas por haber cruzado el río sin éxito, encontraron ropa entre los objetos abandonados en la orilla para protegerse del frío.